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Aun siendo la primera vez que el mercado de valores daba espacio a una colocación de bonos sociales, la aceptación de los inversionistas ante la subasta de Bancoldex rompió todos los récords, a pesar de ser una modalidad incipiente en el mundo.
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En primer lugar, el monto aprobado era de $300.000 millones, ampliable a $400.000 millones si había una mayor aceptación. Dado que la demanda fue de $1,25 billones, la base tuvo que ser el monto ampliado ($400.000 millones) y aun así las solicitudes superaron en 4,17 veces el valor inicial. Esta cifra, además, es la más alta registrada en la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) para una emisión en lo corrido del año.
Por otra parte, si bien los bonos sociales quedaron en manos de 184 adjudicantes, 402 personas pujaron en la subasta holandesa a través de los cuatro agentes colocadores (Ultraserfinco, Corredores Davivienda, Valores Bancolombia y Alianza Valores). Para participar, el monto inicial de la inversión era de $10 millones, con el fin de atraer también pequeños capitales.
Tras el cierre de la jornada en la BVC, se conoció que estos bonos colocados a plazos de tres y cinco años tendrán de retorno una tasa fija de 6,05 % efectivo anual y otra del IBR + 1,15 % mes vencido para el primer caso, y una rentabilidad del IPC + 2,85 % para el segundo caso, todos calculados de acuerdo con el promedio definido por los inversionistas en el momento de la suscripción.
Además, Bancoldex anunció que desde el lunes quedará abierta y disponible una línea de crédito por el monto total de la captación ($400.000 millones), llamada “Ayudando a despegar”, a través de las entidades financieras que hacen el papel de intermediarias. Este producto tendrá plazos de entre tres y siete años para préstamos que no excedan los $10 millones y su tasa de interés será de DTF+1.
El presidente de Bancoldex, Mario Suárez Melo, celebró el deseo de la gente por apoyar las causas sociales. “No sabíamos hasta qué punto la finalidad podía influir en la decisión, aunque siempre creímos que tiene implícito un estímulo importante y una preferencia ante esa posibilidad”, señaló.
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Melo destacó que con los bonos tienen beneficios en doble vía: “Logramos darle una fuente de inversión al público a un interés remunerativo y tener recursos adicionales que nos permitan multiplicar nuestra tarea”.
Bancoldex otorga estos créditos a través de una red propia de 70 entidades intermediarias (microfinancieras y bancos que ofrecen microcréditos) en todo el país. A dichos establecimientos llegan las solicitudes de los microempresarios, principalmente del sector rural. La banca administra los recursos que le asigna Bancoldex según el cupo que haya solicitado, o, dicho técnicamente, según su apetito.
Además de las colocaciones, los intermediarios hacen también la legalización de los créditos y los estudios de los mismos. En consecuencia, estas entidades asumen el riesgo propio de la actividad financiera. Así se garantiza también el reembolso del capital a los inversionistas que adquirieron bonos.
El presidente de Bancoldex explicó que, según su encuesta microempresarial, aproximadamente el 85 % de la población nunca ha solicitado un crédito. “Esa es una de las finalidades de este bono: llegar con opciones más flexibles y menos costosas a estos sectores que se han sentido excluidos del sistema financiero”, dijo.
La garantía está en que el crédito se otorga para apoyar labores productivas, “no es asistencial”, resaltó Melo. Es para empresas unipersonales o familiares, tampoco es un crédito de consumo, “debe tener un efecto multiplicador”.
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También aquí la demanda es superior a la oferta. Para seleccionar a los beneficiarios de los créditos priman siempre las iniciativas con más potencial, es decir, las que beneficien a un mayor número de personas o tengan gran impacto en la comunidad, por encima de las que demuestren un mejor rendimiento económico.
En el mundo, se estima que el mercado de bonos sociales supera los US$8.000 millones, con alrededor de 35 emisiones. En Latinoamérica, la primera emisión la hizo el Banco de Desarrollo Nacional Financiera (Nafin) de México en julio del año pasado. Ahora, Colombia apuesta por esta alternativa de financiación, que tiene un fuerte potencial de crecimiento. “Hay un ‘hub’ de inversionistas que apostaron con nosotros por encontrar una forma de traducir la solidaridad en obras reales”, dijo Suárez.
¿Qué son los bonos sociales?
Los bonos, también conocidos como títulos de deuda, son un instrumento financiero que utilizan empresas y gobiernos para obtener recursos de los inversionistas en el mercado de valores y así costear sus nuevos proyectos. Sin embargo, el beneficio de dicha transacción puede llegar a más manos.
Esa es la premisa de los bonos sociales, una tendencia que está tomando fuerza en el mundo (junto a otras como los bonos verdes o los sostenibles) porque los recursos recaudados están destinados a financiar exclusivamente proyectos sociales cuyo objetivo sea resolver o mitigar un determinado problema en una población, propiciar la igualdad, satisfacer las necesidades básicas insatisfechas y contribuir al desarrollo social y humano.
En el mundo se estima que este mercado supera los US$8.000 millones con alrededor de 35 emisiones. En Latinoamérica la primera emisión la hizo el banco de desarrollo Nacional Financiera (Nafin) de México en julio del año pasado. Ahora Colombia le apuesta a esta alternativa de financiación que tiene un fuerte potencial de crecimiento.
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De hecho, recientemente Colombia se estrenó en los bonos verdes. La emisión por $200.000 millones tuvo lugar en agosto de 2017 con un balance fue positivo: se presentaron solicitudes por 2,5 veces el valor emitido.