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Los bonos argentinos son ahora la deuda soberana más riesgosa del mundo – después de Venezuela–, a raíz de la aplastante victoria de la oposición en las primarias presidenciales del domingo.
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El diferencial en las permutas de incumplimiento crediticio y los bonos soberanos de Argentina se disparó el lunes por encima de los de la endeudada Zambia, que se encuentra en medio de una crisis alimentaria luego de la peor sequía en cuatro décadas.
La perspectiva de una victoria para Alberto Fernández en las elecciones de octubre y un retorno a las políticas populistas del pasado ha llevado a los inversores a asimilar en los precios un 81% de posibilidades de incumplimiento en los próximos cinco años.
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Ahorradores preocupados
Los ahorradores argentinos que tienen invertido su dinero en fondos comunes empezaron a salir de sus tenencias ayer ante el fuerte descenso en el precio de los activos del país.
La consultora 1816 Economía & Estrategia, que provee información sobre la industria, estima que los rescates ayer superaron los ARS 60.000 millones, lo que representa el 7,5% del total. Este descenso supera en términos nominales al monto de rescates que se hizo durante la crisis financiera de 2018, y es la mayor caída desde que la consultora empezó a relevar estos datos en enero de 2017.
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El fenómeno no sólo aumenta la presión en el mercado cambiario, por la decisión de los ahorradores de pasarse al dólar, sino también sobre el mercado de bonos. Y una de las mayores preocupaciones es que se genere un círculo vicioso: al verse forzados los administradoras a vender títulos de deuda que tienen en cartera para reajustar sus fondos, provocan una caída en los precios y hace crecer el riesgo de mayor salida de ahorradores, que a su vez podría llevar a una mayor depreciación del peso.
“El que se asusta frente a este escenario, saca la plata del fondo y va a comprar dólares para cubrirse”, dice Fernando Caffa, socio y director comercial en Compass Group en Buenos Aires.