El valor de la información en momentos de incertidumbre
Las agencias estadísticas del mundo comenzaron a ajustar sus metodologías para que la coyuntura no les dificulte la generación de informes económicos. El DANE lo tuvo que hacer para ajustar el cálculo del desempleo.
Paula Delgado Gómez / @PaulaDelG.
El coronavirus no solo ha puesto en jaque a sectores como el comercio y el turismo, sino también les ha dificultado a las agencias estadísticas en todo el mundo llevar a cabo sus procesos de recolección y procesamiento de la información, lo que implica que a algunos países se les dificulte la toma de decisiones en un momento en que es clave entender el impacto de la propagación de la pandemia, así como de las medidas que se vienen implementando para contenerla en la economía y el bienestar de las personas.
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Sin embargo, recolectar y procesar los datos que se necesitan es un desafío mayúsculo en medio de las medidas sanitarias recomendadas, las restricciones de movilidad y el cierre de miles de negocios, lo que ha llevado a algunos analistas a advertir que América Latina, en particular, podría estar ante una incertidumbre económica justo ahora que los gobiernos y los bancos centrales necesitan más que nunca esa información para ajustar sus políticas.
Hay una especial preocupación alrededor de la inflación, algunos creen que es posible que no se sepa con certeza cómo se están comportando los precios de los bienes de la canasta familiar o que se lean efectos nulos cuando en realidad son alcistas, incluso que los datos no sean comparables con los de períodos anteriores. No conocer este entorno con exactitud significa perder de vista una de las variables más dicientes de comportamiento de la economía, tomar decisiones monetarias a ciegas y hasta permitir una pérdida del poder adquisitivo.
El sábado pasado, el DANE reveló la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para Colombia correspondiente a marzo. Según la entidad, el valor anual es el más alto registrado en los últimos dos años, 3,86 %, y se ubicó cerca del máximo proyectado por los analistas consultados por el Banco de la República para la más reciente encuesta de expectativas.
A diferencia de lo manifestado en las últimas semanas por sus pares, el DANE no ha identificado distorsiones en la información por cuenta de estos inconvenientes y dice garantizar la continuidad de los datos. Según su director, Juan Daniel Oviedo, en el boletín más reciente se evidencian los primeros efectos parciales de las medidas para hacerle frente al COVID-19, particularmente después del 19 y del 24 de marzo con la declaratoria del simulacro en Bogotá y al confinamiento obligatorio nacional decretado.
Oviedo explicó que se ayudaron con recolección de información de precios en las páginas web de algunos establecimientos, en encuestas enviadas por correos electrónicos a los comercios, consultas telefónicas y en los registros de precios de las cadenas dedicadas al comercio al por menor que maneja la asociación empresarial Logyca. Todos los procedimientos mencionados están avalados por el manual del Fondo Monetario Internacional (FMI) para la definición del cálculo de inflación, para complementar los procesos de recolección de precios en los canales presenciales.
Además, para seguir las recomendaciones de protección sanitaria establecidas por el Ministerio de Salud, reorganizaron las labores de quienes hacen la recolección física para que no tuvieran que moverse más allá de su área de influencia desde su lugar de domicilio y así evitar el uso de transporte masivo sin que ello implicara dejar de medir lo que sucedía a nivel de pequeños establecimientos y canales cercanos a la informalidad. “Pusimos a los encuestadores a recoger información como si estuvieran saliendo a mercar en tiendas de barrio, pequeños supermercados, droguerías y licoreras”, contó Oviedo.
El director del DANE destacó que la muestra de precios de la entidad permite tener cotizaciones diarias para cada producto en promedio, “lo que significa que estas reflejarán el comportamiento de todo el mes, en algunos casos, o de los primeros 20 días del mes, en el caso de los establecimientos que estuvieron cerrados entre la cuarentena y el 31 de marzo; pero eso de ninguna forma significa que los precios sean cero, hubo movimientos importantes antes del confinamiento que pudimos leer”, dijo en referencia al hecho de que muchos negocios dejaron de funcionar y al efecto de esta dinámica en la inflación.
También fue enfático en que la continuidad y la estabilidad de la serie existe: “Así como el cero se mide, los choques inflacionarios que pueden suceder también”, dijo Oviedo, al tiempo que garantizó la normalidad en el cálculo del IPC. “Tenemos la garantía metodológica de que la cifra, la variación, el análisis y los elementos de contexto están dados para que tengamos un dato muy robusto”, aseguró el viernes antes de revelar el dato.
Sin embargo, donde sí se harán verificaciones y se revisarán inconsistencias con especial cuidado es en la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH), principal insumo del DANE para monitorear el mercado laboral y publicar el dato de desempleo, dado que se pasó de un cuestionario presencial de 100 preguntas a una versión más corta que se hace por teléfono.
Las encuestas de esta última comenzaron a hacerse a finales del mes pasado y se espera que cuando se revele el resultado correspondiente a marzo, los últimos días de abril, se evidencien algunos efectos parciales de las decisiones que se han venido tomando desde el punto de vista de actividad productiva, pues varias empresas se vieron en la obligación de recortar su nómina.
Esta semana también comenzará a levantarse la información para el informe de actividades económicas que se hace mensualmente y que tiene que ver con ingresos, ventas o personal ocupado; en este, del mismo modo, se podrán ver los efectos del coronavirus desde otra perspectiva. Según la entidad, la producción de información permanecerá inalterada, pues el único riesgo es que haya posibles retrasos en los reportes que les envía el sector privado.
Sobre este punto vale la pena recordar que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) manifestó en un informe que las perspectivas de crecimiento siguen siendo muy inciertas, aunque prevén que el crecimiento global podría reducirse en aproximadamente la mitad, pasando de una proyección de 2,9 a 2,4 % debido al impacto adverso en la confianza, los mercados financieros, el sector de viajes y la interrupción del suministro.
Para garantizar la producción, disponibilidad y calidad de las estadísticas oficiales en medio de la declaratoria de emergencia sanitaria, el DANE definió una serie de lineamientos operativos que incluyen fortalecer el equipo de procesamiento del Sistema de Información de Precios Agropecuarios (SIPSA), la única encuesta que se seguirá haciendo de forma presencial por la importancia que tiene del comportamiento de precios mayoristas y abastecimiento mayorista de productos agropecuarios.
Al respecto, el economista Jorge Restrepo destacó que la información estadística que produce la entidad no solo es un bien público de los más importantes, sino que nos permite saber cómo va la actividad económica y el empleo en momentos en que “tenemos suficiente incertidumbre acerca del avance de la epidemia como para añadirle incertidumbre en términos de impactos”.
La inflación, por ejemplo, no solo es esencial para la toma de decisiones por parte del Gobierno, según el experto, sino también para los hogares. “Suspender la captura de información sería un error”, concluyó.
* Estamos cubriendo de manera responsable esta pandemia, parte de eso es dejar sin restricción todos los contenidos sobre el tema que puedes consultar en el especial sobre Coronavirus.
El coronavirus no solo ha puesto en jaque a sectores como el comercio y el turismo, sino también les ha dificultado a las agencias estadísticas en todo el mundo llevar a cabo sus procesos de recolección y procesamiento de la información, lo que implica que a algunos países se les dificulte la toma de decisiones en un momento en que es clave entender el impacto de la propagación de la pandemia, así como de las medidas que se vienen implementando para contenerla en la economía y el bienestar de las personas.
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Sin embargo, recolectar y procesar los datos que se necesitan es un desafío mayúsculo en medio de las medidas sanitarias recomendadas, las restricciones de movilidad y el cierre de miles de negocios, lo que ha llevado a algunos analistas a advertir que América Latina, en particular, podría estar ante una incertidumbre económica justo ahora que los gobiernos y los bancos centrales necesitan más que nunca esa información para ajustar sus políticas.
Hay una especial preocupación alrededor de la inflación, algunos creen que es posible que no se sepa con certeza cómo se están comportando los precios de los bienes de la canasta familiar o que se lean efectos nulos cuando en realidad son alcistas, incluso que los datos no sean comparables con los de períodos anteriores. No conocer este entorno con exactitud significa perder de vista una de las variables más dicientes de comportamiento de la economía, tomar decisiones monetarias a ciegas y hasta permitir una pérdida del poder adquisitivo.
El sábado pasado, el DANE reveló la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para Colombia correspondiente a marzo. Según la entidad, el valor anual es el más alto registrado en los últimos dos años, 3,86 %, y se ubicó cerca del máximo proyectado por los analistas consultados por el Banco de la República para la más reciente encuesta de expectativas.
A diferencia de lo manifestado en las últimas semanas por sus pares, el DANE no ha identificado distorsiones en la información por cuenta de estos inconvenientes y dice garantizar la continuidad de los datos. Según su director, Juan Daniel Oviedo, en el boletín más reciente se evidencian los primeros efectos parciales de las medidas para hacerle frente al COVID-19, particularmente después del 19 y del 24 de marzo con la declaratoria del simulacro en Bogotá y al confinamiento obligatorio nacional decretado.
Oviedo explicó que se ayudaron con recolección de información de precios en las páginas web de algunos establecimientos, en encuestas enviadas por correos electrónicos a los comercios, consultas telefónicas y en los registros de precios de las cadenas dedicadas al comercio al por menor que maneja la asociación empresarial Logyca. Todos los procedimientos mencionados están avalados por el manual del Fondo Monetario Internacional (FMI) para la definición del cálculo de inflación, para complementar los procesos de recolección de precios en los canales presenciales.
Además, para seguir las recomendaciones de protección sanitaria establecidas por el Ministerio de Salud, reorganizaron las labores de quienes hacen la recolección física para que no tuvieran que moverse más allá de su área de influencia desde su lugar de domicilio y así evitar el uso de transporte masivo sin que ello implicara dejar de medir lo que sucedía a nivel de pequeños establecimientos y canales cercanos a la informalidad. “Pusimos a los encuestadores a recoger información como si estuvieran saliendo a mercar en tiendas de barrio, pequeños supermercados, droguerías y licoreras”, contó Oviedo.
El director del DANE destacó que la muestra de precios de la entidad permite tener cotizaciones diarias para cada producto en promedio, “lo que significa que estas reflejarán el comportamiento de todo el mes, en algunos casos, o de los primeros 20 días del mes, en el caso de los establecimientos que estuvieron cerrados entre la cuarentena y el 31 de marzo; pero eso de ninguna forma significa que los precios sean cero, hubo movimientos importantes antes del confinamiento que pudimos leer”, dijo en referencia al hecho de que muchos negocios dejaron de funcionar y al efecto de esta dinámica en la inflación.
También fue enfático en que la continuidad y la estabilidad de la serie existe: “Así como el cero se mide, los choques inflacionarios que pueden suceder también”, dijo Oviedo, al tiempo que garantizó la normalidad en el cálculo del IPC. “Tenemos la garantía metodológica de que la cifra, la variación, el análisis y los elementos de contexto están dados para que tengamos un dato muy robusto”, aseguró el viernes antes de revelar el dato.
Sin embargo, donde sí se harán verificaciones y se revisarán inconsistencias con especial cuidado es en la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH), principal insumo del DANE para monitorear el mercado laboral y publicar el dato de desempleo, dado que se pasó de un cuestionario presencial de 100 preguntas a una versión más corta que se hace por teléfono.
Las encuestas de esta última comenzaron a hacerse a finales del mes pasado y se espera que cuando se revele el resultado correspondiente a marzo, los últimos días de abril, se evidencien algunos efectos parciales de las decisiones que se han venido tomando desde el punto de vista de actividad productiva, pues varias empresas se vieron en la obligación de recortar su nómina.
Esta semana también comenzará a levantarse la información para el informe de actividades económicas que se hace mensualmente y que tiene que ver con ingresos, ventas o personal ocupado; en este, del mismo modo, se podrán ver los efectos del coronavirus desde otra perspectiva. Según la entidad, la producción de información permanecerá inalterada, pues el único riesgo es que haya posibles retrasos en los reportes que les envía el sector privado.
Sobre este punto vale la pena recordar que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) manifestó en un informe que las perspectivas de crecimiento siguen siendo muy inciertas, aunque prevén que el crecimiento global podría reducirse en aproximadamente la mitad, pasando de una proyección de 2,9 a 2,4 % debido al impacto adverso en la confianza, los mercados financieros, el sector de viajes y la interrupción del suministro.
Para garantizar la producción, disponibilidad y calidad de las estadísticas oficiales en medio de la declaratoria de emergencia sanitaria, el DANE definió una serie de lineamientos operativos que incluyen fortalecer el equipo de procesamiento del Sistema de Información de Precios Agropecuarios (SIPSA), la única encuesta que se seguirá haciendo de forma presencial por la importancia que tiene del comportamiento de precios mayoristas y abastecimiento mayorista de productos agropecuarios.
Al respecto, el economista Jorge Restrepo destacó que la información estadística que produce la entidad no solo es un bien público de los más importantes, sino que nos permite saber cómo va la actividad económica y el empleo en momentos en que “tenemos suficiente incertidumbre acerca del avance de la epidemia como para añadirle incertidumbre en términos de impactos”.
La inflación, por ejemplo, no solo es esencial para la toma de decisiones por parte del Gobierno, según el experto, sino también para los hogares. “Suspender la captura de información sería un error”, concluyó.
* Estamos cubriendo de manera responsable esta pandemia, parte de eso es dejar sin restricción todos los contenidos sobre el tema que puedes consultar en el especial sobre Coronavirus.