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Aprobado en el Congreso, y ahora con su aval pendiente en la Cámara de Representantes, avanza el proyecto de ley que busca otorgarles a los trabajadores, de ingresos de hasta tres salarios mínimos, una prima para la canasta familiar.
Este beneficio sería, según lo explicado por el promotor de la iniciativa, el senador Álvaro Uribe Vélez, el equivalente a cinco días de salario, para trabajadores de pequeña empresa; diez, para los de mediana, y 15 para quienes laboran en una grande.
La asesora económica de Uribe explicó a este medio el por qué se hace la distinción de empresas.
Así las cosas, un trabajador que recibe un salario mínimo, con la eventual aprobación de esta ley, tendrá un ingreso adicional, por cada año trabajado, o su equivalente, de $138.019 (si labora en una pequeña empresa), $276.038 (si es de una mediana) y $414.058 (si es de una grande).
Esta prima sería adicional a la que se recibe en junio y diciembre; su pago también sería dividido en dos, es decir, la primera mitad en marzo y, la segunda mitad, en septiembre.
Desde el Ministerio de Hacienda se pide revisar esta iniciativa, pues se considera que su impacto podría ser negativo en términos de formalidad y empleabilidad, pues esto, eventualmente, se convertiría en una carga para los empresarios que dejarían de contratar personas para pagar el salario de su nómina.
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La Andi también se mostró inconforme. Su presidente, Bruce Mac Master, calificó este proyecto como populista, a la vez que aseguró que su costo para los empresarios sería de $1,8 billones de pesos.
Otro que manifestó su desacuerdo fue el Congreso Gremial Nacional, al asegurar que apoya los argumentos del Ministerio de Hacienda y califica esta iniciativa como “inconveniente”.
El gremio que reúne a las micro, pequeñas y medianas empresas, Acopi, considera que la aprobación de esta prima desestimularía la contratación formal, pues produciría un incremento sobre el salario mínimo de 4,16% y elevaría los costos no salariales, que con la actual prima pesa entre 8,8% y 9,68%, a un 9,62%, "lo que impactaría los dos grandes desafíos que enfrenta el mercado laboral colombiano: lograr una reducción en la tasa de desempleo y mejorar la calidad del trabajo para alcanzar más formalización y recaudo fiscal".
Uribe defiende su propuesta argumentando que la clase media en el país necesita ser fortalecida, ya que el salario mínimo, según sus cálculos, sólo cubre el 60% de la totalidad de la Canasta Básica Familiar. Asegura que el ingreso ideal de un trabajador debería rondar el $1.300.000 para satisfacer sus necesidades.
Una mirada similar es la que contemplan las centrales obreras del país. La Confederación General del Trabajo (CGT), por ejemplo, aseguró en las pasadas negociaciones del salario mínimo que el ingreso de un trabajador en Colombia debería ser de $1.600.000.
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Por su parte, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), cree que aumentar el salario sería bueno para la economía, pues esto incrementaría el consumo y así las empresas necesitarían producir más, dejando como resultado más ingresos y, por consiguiente, más recursos para contratar empleados