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Este fin de semana, prestigiosos medios de comunicación como The New York Times, Quartz, la BBC y The Guardian destaparon simultáneamente el mayor escándalo en la historia de Angola, uno de los países más corruptos del mundo.
La pesquisa fue realizada por 120 reporteros que hacen parte del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), autor de la filtración en 2016 de documentos confidenciales sobre paraísos fiscales conocido como los "Panama Papers". El consorcio denominó el último episodio de su investigación "Luanda Leaks", y se centra en Isabel dos Santos, la hija del expresidente de Angola Jose Eduardo dos Santos, que estuvo 25 años en el poder en el país petrolero africano.
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Luego de analizar 750.000 documentos facilitados por la plataforma para la protección de denunciantes en África (PPLAAF, por sus siglas en inglés), entre ellos correos electrónicos, contratos, cuentas y auditorías, los investigadores denunciaron que dos Santos acumuló un patrimonio de US$2.000 millones en el extranjero con dineros públicos y jugadas sucias, que iban desde beneficiarse de decretos firmados por su padre hasta desplazar familias de escasos recursos en territorios de su interés.
Además, los “Luanda Leaks” ilustran cómo reputadas firmas consultoras, abogados, bancos y contadores asesoraron a dos Santos para desviar dinero a paraísos fiscales. En palabras del ICIJ, la investigación "pone en evidencia las fallas del sistema regulatorio internacional que permite a las empresas de servicios profesionales servir a los poderosos prácticamente sin hacer preguntas". Estas son algunas de las firmas que estuvieron involucradas en el caso.
Las consultoras
La firma norteamericana Boston Consulting Group asesoró a dos Santos a reestructurar la petrolera estatal Sonagol, la misma que la empresaria dirigió gracias a su padre hasta 2017. La consultora, de la mano de otros gigantes como McKinsey & Company (de Nueva York) y la firma de abogados portuguesa Vieira de Almeida, lanzó un plan de 52 páginas para rescatar a la petrolera, proyecto que incluía, entre otras cosas, reformar leyes nacionales para ayudar a mejorar la eficiencia de Sonagol.
De acuerdo con The New York Times, las consultoras habrían accedido a recibir pagos del gobierno a través de una empresa de Malta que era propiedad de dos Santos. Además, un documento confidencial supuestamente redactado por Boston Consulting en septiembre de 2015 muestra el complejo esquema que utilizó la compañía petrolera para desviar dinero a paraísos fiscales.
La firma también está involucrada con los manejos de una joyería suiza adquirida por la comercializadora de diamantes del Estado angoleño, Sodiam, y por el esposo de dos Santos, Sindika Dokolo, que habían inyectado capital en la empresa para sacarla a flote luego de una crisis que por poco la lleva a la ruina.
Eventualmente, empleados de la consultora estuvieron al frente de la joyería y, bajo su supervisión, se destinaron millones de dólares de fondos estatales para financiar costosas fiestas en la Riviera francesa. La investigación muestra, además, que la compañía se vino abajo por malos manejos y presiones económicas.
Otra reputada consultora involucrada en los desvíos de dinero es PricewaterhouseCoopers (hoy PwC), que actuó como contadora, consultora y asesora fiscal de dos Santos, trabajando con al menos 20 empresas controladas por su esposo. Los investigadores hallaron cartas que indican cómo estas firmas buscaron formas de abrir cuentas bancarias no transparentes para beneficiarse.
"Reguladores del mundo prácticamente ignoraron el papel fundamental que juegan profesionales occidentales en mantener la industria de los paraísos fiscales que permite lavar dinero y desviar fondos de las arcas públicas", dice el informe.
Tras el escándalo, PwC aseguró que está investigando sus negocios con dos Santos y que dejaría de trabajar con su familia. Voceros de Boston Consulting aseguraron a The New York Times que revisaron las estructuras de pago y los contratos "para garantizar el cumplimiento de las políticas establecidas y evitar la corrupción". Por su parte, McKinsey aseguró que no volvería a trabajar con las compañías de dos Santos.
Gigantes de la moda
Si bien no hicieron parte de la trama de corrupción, casas de moda como Dolce & Gabbana se beneficiaron ampliamente de estos dineros sin cuestionar su procedencia.
Entre 2015 y 2016, dos Santos pagó casi US$ 780.000 en ropa de Dolce & Gabbana y más de US$ 2,5 millones de otras grandes marcas como Roberto Cavalli, Moschino, Philipp Plein, Maison Margiela y Vicini.
“No era ilegal que Dolce & Gabbana tomara su dinero, pero al hacerlo se convirtió en una de las docenas de compañías occidentales que se beneficiaron del presunto saqueo de la riqueza de Angola por parte de la familia dos Santos, y ayudó a legitimar la posición de la familia entre las élites europeas”, puntualizó Quartz .
¿En qué va el caso?
Dos Santos recurrió a Twitter para refutar las alegaciones, lanzando una treintena de trinos en portugués e inglés, acusando a los periodistas que participaron en la investigación de contar "mentiras".
"Mi fortuna está construida con mi carácter, mi inteligencia, educación, mi capacidad de trabajo, perseverancia", escribió. También acusó de "racismo y perjuicios" a SIC-Expresso, una cadena de televisión y diario portugueses y miembro de ICIJ, "que recuerda a la era colonial de cuando un africano nunca podía ser considerado igual a un europeo".
El fiscal general, Helder Pitra Gros, aseguró este lunes que está determinado a "usar todos los medios" para llevar a Angola a Dos Santos, quien vive entre Londres y Dubai. "Activaremos todos los mecanismos internacionales para traer de vuelta a Isabel dos Santos al país", declaró Pitra Gros.