Diana Avella: La jueza de la gallera
La curadora del Festival de Hip Hop al Parque será jurado en la final nacional de Red Bull Batalla de los Gallos, que se celebrará en Bogotá el próximo 10 de agosto. Es la primera mujer en Colombia a la que se le encomienda esta labor.
Joseph Casañas - @joseph_casanas
Diana Avella canta con furia: La única salida, si me lo preguntas, es aferrarte al orgullo de esas historias de lucha (las de las indígenas, afros, parteras, madres y abuelas), encontrar tus miedos y hacerles frente. Diana Avella reflexiona: “No se trata de que nos den espacios por el solo hecho de ser mujeres, sino por ser mujeres que están capacitadas para sacar adelante proyectos e ideas. Para hacer arte”.
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Diana Avella canta con furia: La única salida, si me lo preguntas, es aferrarte al orgullo de esas historias de lucha (las de las indígenas, afros, parteras, madres y abuelas), encontrar tus miedos y hacerles frente. Diana Avella reflexiona: “No se trata de que nos den espacios por el solo hecho de ser mujeres, sino por ser mujeres que están capacitadas para sacar adelante proyectos e ideas. Para hacer arte”.
Hace cuatro años Avella es la curadora internacional de Hip Hop al Parque y este año se convertirá en la primera mujer en ser jurado de la Red Bull Batalla de los Gallos. Diana Avella canta con ira e ironía: El éxito es un marido que me mantenga y libertad se entenderá como poder trabajar haciendo de modelo o presentadora de farándula y nada más que saber callarse, porque, según muchos, el chisme es lo mejor que ellas saben. Pero mujer nací, aprendí a resistir, el rap es mi argumento y tengo algo por decir.
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Las reglas, los manuales, la experiencia, dicen, enseñan que las cosas que no se planifican están destinadas al fracaso. Sin embargo, en la calle las cosas son a otro precio. Para miles de jóvenes raperos que hacen de la noche su escenario, no planear nada es su éxito. Improvisar es su estilo de vida. Decir cosas que no siempre están pensadas sobre una base musical de rap puede significar éxtasis o agonía; aplausos o rechiflas, ruido o silencio, y los silencios en las batallas de gallos son dolorosos.
“Soy una jurado minuciosa. Me interesa mucho que el freestyler tenga estructura y haga el seguimiento de la temática hasta el final. Me fijo mucho en la puesta en escena. Hay batalladores muy buenos. Tienen métrica, estructura, pero cero puesta en escena, y esa es la magia de este oficio”, dice Diana Avella.
La incursión de la mujer en el rap no ha sido a ritmo de doble tempo; todo lo contrario. Los pasos han sido lentos. Medidos. “No es que el rap sea machista, lo que pasa es que hace parte de esta sociedad y no se puede analizar el papel de la mujer por fuera de ese contexto. Si la sociedad tiene comportamientos machistas, lógicamente el rap también”.
Avella no se queda en el discurso de segregación, de rechazo. Desde lo que hace plantea soluciones. “Llevo veinte años metida en el mundo del rap y en las labores que he venido desempeñando, como cantante, como creadora de contenidos para revistas especializadas, y ahora como curadora, intento que mi trabajo hable por sí solo”.
Canta de nuevo: Pero mujer nací, en un mundo pa’ machos, de güevas, de pantalones, de golpes, de maltrato, de infidelidades, de irresponsabilidades, de guerras, de multinacionales, pero mujer nací.
Avella creció en el barrio Las Cruces, la cuna del rap en Bogotá. El barrio del Ataque del Metano. El barrio de Kany, Káiser y Ata. Los hermanos Pimienta. El barrio de Tres Coronas. El barrio de la casa con la placa 5-27, la vivienda que fue testigo del crecimiento de los pioneros del rap en Colombia, diez años después de que en Nueva York totearan la estructuras.
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“Haber crecido en ese ambiente popular me hizo entender muchas cosas. Aprender del rap. Apropiarme de él. De su esencia, sus motivaciones y revoluciones”. Como hace veinte años está metida entre rimas, estructuras, break dance, vinilos y grafos, ha visto la evolución del público que asiste a las batallas de gallos.
“A esas primeras batallas asistía público que estaba íntimamente ligado con la cultura. El freestyle abrió una vertiente y la posibilidad de que cualquier joven de cualquier barrio, así no escribiera rap, pudiera tener la experiencia de subirse a una tarima a cantar, porque esto tiene que ver con la habilidad de conectar diferentes momentos y palabras y esto no es una habilidad exclusiva del rapero, es una habilidad innata en los seres humanos por medio del lenguaje”.
Las rimas siguen su curso. En la gallera se continúa disparando con la metralleta lírica. La tarima de Red Bull Batalla de los Gallos espera a los finalistas de la competencia nacional, el próximo 10 de agosto, en la Gran Carpa de las Américas.
Quien gane representará a Colombia en la final internacional, que se llevará a cabo en Madrid. En ese evento, el país tendrá dos representantes: el campeón de este año y Valles-T, quien quedó en el tercer lugar en 2018. La misión será derrotar a los rivales más fuertes: Azcino (de México), Wos (de Argentina) y quien quede como representante de España.