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Después de la polémica que causó el discurso de Rubén Mendoza durante la inauguración de la más reciente edición del Festival Internacional de Cine de Cartagena, con el cual se pronunció sobre temas de actualidad nacional y que originó el retiro del Centro de Convenciones de la vicepresidenta Martha Lucía Ramírez, las reacciones sobre el hecho se han dividido entre gestos de apoyo hacia el artista y de rechazo por su “impertinencia” dentro del evento, al tratarse de un festival de cine. La tensión no ha disminuido y hay una atención especial hacia el futuro de las relaciones entre Mendoza y el Gobierno. Las películas en este país, en su mayoría, se graban con dineros que proporciona el Estado y, teniendo en cuenta la profesión del director, podría decirse que la incertidumbre no es infundada.
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Al nerviosismo ahora se le suma una preocupación expresada por el director artístico y ejecutivo del Festival Internacional de Cine Colombiano en Buenos Aires, quien el pasado 15 de febrero presentó una propuesta a la agregada cultural de la Cancillería en Argentina, María Victoria Salcedo, en la que le detallaba cómo sería la segunda edición de este certamen, las competencias entre los filmes y una retrospectiva. En esta propuesta había, sobre todo, una intención por evidenciar cuáles de los puntos de esta programación ya contaban con financiación y cuáles no, con el objetivo de pedirle apoyo a la institucionalidad colombiana para cubrir el resto o alguna parte de lo que aún no contaba con recursos. Se habló entonces de que se prestara el apoyo para costear los tiquetes del director al que se le quería hacer la retrospectiva: Rubén Mendoza.
La segunda edición de este festival, que se realizará del 1° al 7 de julio en Buenos Aires, fue apoyada el año pasado por Proimágenes, entidad que había hecho una convocatoria que el festival ganó. El premio consistió en un fondo de dinero que permitió que los organizadores pagaran las películas expuestas para esa edición.
Aunque este año Proimágenes también apoyará la celebración de este evento, sus aportes se enfocarán específicamente en la entrega de estímulos a los filmes ganadores.
La preocupación de los organizadores, específicamente de Daniel Saldarriaga, cofundador del festival, se basa en la respuesta que le dio Salcedo a su pregunta de si el apoyo de la Cancillería para el traslado del director se había confirmado. Aunque en repetidas ocasiones la agregada cultural le dijo que aún no se había confirmado nada, el pasado 7 de marzo, un día después del discurso hecho por Mendoza en el Festival Internacional de Cine de Cartagena, se inició una conversación entre las dos partes que comenzó a ser motivo de sospecha para Saldarriaga. Según él, María Victoria Salcedo le preguntó si había escuchado el discurso de Mendoza, a lo que él le respondió que sí. También la cuestionó sobre si ella creía que este asunto afectaría el apoyo que podría darle la Cancillería. Ella le respondió que la pregunta tendría que invertirse, ya que leyendo la intervención del director, su molestia hacia el Gobierno era evidente y le preocupaba que se sintiera incómodo por viajar con dineros del Estado. En esta conversación nada quedó definido, pero Salcedo le aclaró a Saldarriaga que “la Cancillería no censura”, ya que él antes le ofreció otras propuestas en caso de que con Mendoza no se pudiese concretar el viaje.
Al otro día (8 de marzo) María Victoria Salcedo le envió dos fotografías a Saldarriaga que contenían una lista de directores que forman parte de la maleta cinematográfica: un convenio con una lista de películas que tiene la Cancillería para aportar a la difusión de cine en el exterior sin ningún costo. Después de las imágenes, Salcedo dijo:
María Victoria Salcedo: ¿De estos cuáles para traer (Argentina)? Nos tenemos que mover rápido. Me gusta Adriana Lucía, porque además la podríamos poner a cantar… Te alegra el panorama.
Daniel Saldarriaga: Hola, María V, no entiendo. ¿Sería sumarle a la propuesta anterior o este sería el apoyo?
De la lista que pasó la agregada cultural, a Saldarriaga le interesó el nombre de Natalia Santa, directora de La defensa del dragón. Al pedido del organizador, Salcedo le respondió: “Pedimos el tkt (tiquete) para Natalia Santa. Bajamos a Rubén porque no está en el portafolio que te mandé”.
Después de esta respuesta, Saldarriaga insistió en la pregunta de si solo se podía escoger de la lista de las personas del portafolio, y propuso que se optara por cambiar el apoyo, ya que los nombres que contenía esa lista no estaban disponibles en las fechas de concurso del festival, ni tampoco aplicaban para realizar una retrospectiva. Le explicó las razones a Salcedo por las que estaban interesados en Mendoza y mencionó a Víctor Gaviria como otra posible alternativa. Ella le respondió: “Dani, acuérdate que cambió el Gobierno. Cambió el equipo y las reglas de juego son nuevas”.
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El Espectador se comunicó con María Victoria Salcedo, que explicó sus respuestas en la conversación citada y las razones por las que los procesos internos de la Cancillería se han dilatado.
Si la propuesta no ha entrado a comité, ¿por qué le dijo el 7 de marzo que se tuvo que “bajar a Rubén Mendoza porque no hacía parte del portafolio?”
Le dije eso porque necesitábamos otros escenarios. Lo que creo es que Daniel (Saldarriaga) ha estado bastante desconectado. Él ha estado hacia al final y ha tenido muy poco rigor en esto. Esa respuesta simplemente fue para que él me diera más alternativas
Si Proimágenes, los patrocinadores y el festival costearon la edición del festival pasado, ¿por qué cuando Saldarriaga le ofrece más opciones para cambiar el apoyo por otro director, usted le dice que el Gobierno cambió y las reglas de juego son otras? ¿A qué se refiere?
Era por los tiempos. Él necesitaba una certeza, pero yo no podía asegurarle nada porque esto tiene un retraso de tres meses. El cambio de Gobierno dilata todo. Mi relación con ellos nunca ha pasado por un matiz político. La conversación está fuera de contexto. Entiendo el sentimiento de tensión y paranoia, pero no tengo nada que esconder y los tiempos de comité están.
Si el año pasado solo se ofreció listado de películas, ¿por qué este año si se habló de llevar a directores? Se lo pregunto porque por la coincidencia de las fechas y el evento del FICCI, a los organizadores del festival les quedó la sensación de que se pretende reemplazar a Rubén Mendoza.
Soy la que siempre quiere más. El año pasado dijeron que no me iban a dar un peso para cine, pero insistí mucho. Mis propuestas siempre son desbordadas, pero nosotros nunca hemos mirado desde esa óptica. No entiendo de dónde se está atando una cosa con la otra. Eso es hilar demasiado fino y tratar de encontrar razones para un debate. No hay instrucción. No hay nada escondido. No tengo presupuesto aprobado.
Según Saldarriaga, su intención no es dinamitar las relaciones entre el festival y la Cancillería, pero no entiende por qué el 21 de febrero y el 5 de marzo la agregada cultural había manifestado que seguía en pie la propuesta por Rubén Mendoza, y el 7 y 8 de marzo ya se habló específicamente del discurso del director y la decisión de que debían desistir de él porque no formaba parte de la maleta cinematográfica. “Si el comité no ha visto la propuesta, ¿por qué ella me dice que tuvo que bajarlo. ¿Justo en esas fechas?” Entre las conversaciones de Saldarriaga y Salcedo también se mencionó el nombre de Alexandra Falla, directora de Patrimonio Fílmico, para quien, según Saldarriaga y después de la respuesta de la agregada sobre Mendoza, si hubo disposición de trasladar hasta el festival.