Harvey Weinstein responde a Salma Hayek: debería estar agradecida
El productor respondió la columna escrita por la actriz mexicana, quien lo describió como su 'monstruo personal'. Dice que gracias a él Jennifer Lopez no fue la protagonista de "Frida", y el filme tuvo un apoyo de 12 millones de dólares.
Con información de Bang Showbiz
Salma Hayek publicó una columna en The New York Times en la que detalla la tortuosa producción de la película "Frida" de 2002, la cual le valió una nominación al Óscar a mejor actriz. (Leer Salma Hayek denuncia que Harvey Weinstein la amenazó y presionó para grabar escenas de sexo).
Titulada "Durante años fue mi monstruo", Hayek asegura que cuando firmó un contrato con la compañía productora de Weinstein para financiar la película "Frida", tuvo que empezar a "decir que no" muchas veces al productor.
"No a abrirle la puerta a cualquier hora de la noche, hotel tras hotel, ubicación tras ubicación", escribió la actriz y productora de 51 años.
"No a tomar una ducha con él. No a dejar que me vea tomar una ducha. No a dejar que me dé un masaje. No a dejar que un amigo suyo desnudo me dé un masaje. No a dejar que me haga sexo oral. No a que me desnude con otra mujer", agregó.
Ya en el rodaje, Salma Hayek recuerda cómo en una ocasión Weinstein hizo salir a todo el equipo del set de filmación excepto a ella, y le recriminó que interpretase a Frida Kahlo con su singular uniceja, ya que esto la hacía menos atractiva y, según él, su única valía como actriz era su "sex appeal", y "no había nada de eso en la película".
Tras esta disputa, el productor le dijo que anularía la película, aunque finalmente aceptó seguir con el rodaje siempre que Hayek accediese a grabar una escena de sexo con la actriz Ashley Judd, que también denunció acoso por parte de Weinstein. (Contexto Harvey Weinstein pagaba un millón de dólares a mujeres que acosaba).
El día que tuvo que grabar la escena de sexo, Hayek sufrió un ataque de ansiedad, "por primera y última vez" en su carrera, y empezó a llorar mientras su cuerpo temblaba de forma descontrolada.
Ante las declaraciones de Salma Hayek, el abogado de Harvey Weinstein emitió un comunicado en el que asegura que su cliente no "recuerda" haber presionado a la artista para que realizara ningún desnudo, además de justificar su insistencia para incluir en la trama una escena de cama entre dos mujeres basándose en que la protagonista de la historia, Frida Kahlo, era bisexual.
"Las acusaciones de naturaleza sexual realizadas por Salma no son exactas y otras personas que presenciaron esos mismos hechos tienen un recuerdo muy diferente de cómo se desarrollaron", apunta además su representante legal.
Así mismo, Weinsten recuerda que fue Edwad Norton, quien en ese momento era novio de Hayek, quien reescribió el guion e incluyó la escena sexual. Sin embargo, en su columna, la artista mexicana asegura que esa fue una petición del productor.
En ese mismo comunicado, Harvey Weinstein también ofrece explicaciones a algunas de las 'anécdotas' sobre el rodaje contadas por la actriz, como por ejemplo que le pidió a esta que se deshiciera del entrecejo y la cojera de su personaje, no porque deseara que luciera más sexy -como asegura ella-, sino porque desviaba la atención de las interpretaciones, y que su actitud tras el estreno de la cinta -su protagonista le acusa de haberse negado a promocionarla- se debía a su "decepción" con el resultado del montaje final.
Weinsten también dice que Jennifer Lopez, quien era una estrella "más grande" en 2002, estaba interesada en interpretar a Frida Kahlo, pero que fue su empresa, Miramax, la que respaldó a Hayek como líder e invirtió 12 millones de dólares. El resultado, dice él, fue una película que "se estrenó en varios teatros y fue apoyada por una gran campaña publicitaria y un enorme presupuesto para los Premios de la Academia".
En su columna, Salma Hayek reconoció que durante años intentó "lavarse el cerebro" para olvidar episodios tan preocupantes como la noche en que el productor la sacó supuestamente "a rastras" de una gala del Festival de Venecia para obligarla a acompañarle a una fiesta privada junto a prostitutas de lujo o la ocasión en que le amenazó con matarla tras una de las muchas veces que ella rechazó sus insinuaciones.
Según la mexicana, Weinstein desplegó con ella las mismas tácticas que han denunciado otras actrices, invitándola a su habitación de hotel, ofreciéndole masajes y suplicándole que se duchara en su presencia, a las que ella respondía invariablemente con una negativa rotunda a la que seguía siempre un ataque de rabia por parte de él. (Leer Espías, dólares y amenazas: Así fue como Weinstein calló durante años su actividad sexual).
"Sabiendo lo que sé ahora", reflexiona Salma en un fragmento de su artículo, en alusión a las más de 80 mujeres que han acusado a Weinstein de acoso e incluso violación, "me pregunto si no fue mi amistad con Quentin Tarantino y George Clooney [con quienes había trabajado anteriormente], lo que me salvó de que me violara".
Salma Hayek publicó una columna en The New York Times en la que detalla la tortuosa producción de la película "Frida" de 2002, la cual le valió una nominación al Óscar a mejor actriz. (Leer Salma Hayek denuncia que Harvey Weinstein la amenazó y presionó para grabar escenas de sexo).
Titulada "Durante años fue mi monstruo", Hayek asegura que cuando firmó un contrato con la compañía productora de Weinstein para financiar la película "Frida", tuvo que empezar a "decir que no" muchas veces al productor.
"No a abrirle la puerta a cualquier hora de la noche, hotel tras hotel, ubicación tras ubicación", escribió la actriz y productora de 51 años.
"No a tomar una ducha con él. No a dejar que me vea tomar una ducha. No a dejar que me dé un masaje. No a dejar que un amigo suyo desnudo me dé un masaje. No a dejar que me haga sexo oral. No a que me desnude con otra mujer", agregó.
Ya en el rodaje, Salma Hayek recuerda cómo en una ocasión Weinstein hizo salir a todo el equipo del set de filmación excepto a ella, y le recriminó que interpretase a Frida Kahlo con su singular uniceja, ya que esto la hacía menos atractiva y, según él, su única valía como actriz era su "sex appeal", y "no había nada de eso en la película".
Tras esta disputa, el productor le dijo que anularía la película, aunque finalmente aceptó seguir con el rodaje siempre que Hayek accediese a grabar una escena de sexo con la actriz Ashley Judd, que también denunció acoso por parte de Weinstein. (Contexto Harvey Weinstein pagaba un millón de dólares a mujeres que acosaba).
El día que tuvo que grabar la escena de sexo, Hayek sufrió un ataque de ansiedad, "por primera y última vez" en su carrera, y empezó a llorar mientras su cuerpo temblaba de forma descontrolada.
Ante las declaraciones de Salma Hayek, el abogado de Harvey Weinstein emitió un comunicado en el que asegura que su cliente no "recuerda" haber presionado a la artista para que realizara ningún desnudo, además de justificar su insistencia para incluir en la trama una escena de cama entre dos mujeres basándose en que la protagonista de la historia, Frida Kahlo, era bisexual.
"Las acusaciones de naturaleza sexual realizadas por Salma no son exactas y otras personas que presenciaron esos mismos hechos tienen un recuerdo muy diferente de cómo se desarrollaron", apunta además su representante legal.
Así mismo, Weinsten recuerda que fue Edwad Norton, quien en ese momento era novio de Hayek, quien reescribió el guion e incluyó la escena sexual. Sin embargo, en su columna, la artista mexicana asegura que esa fue una petición del productor.
En ese mismo comunicado, Harvey Weinstein también ofrece explicaciones a algunas de las 'anécdotas' sobre el rodaje contadas por la actriz, como por ejemplo que le pidió a esta que se deshiciera del entrecejo y la cojera de su personaje, no porque deseara que luciera más sexy -como asegura ella-, sino porque desviaba la atención de las interpretaciones, y que su actitud tras el estreno de la cinta -su protagonista le acusa de haberse negado a promocionarla- se debía a su "decepción" con el resultado del montaje final.
Weinsten también dice que Jennifer Lopez, quien era una estrella "más grande" en 2002, estaba interesada en interpretar a Frida Kahlo, pero que fue su empresa, Miramax, la que respaldó a Hayek como líder e invirtió 12 millones de dólares. El resultado, dice él, fue una película que "se estrenó en varios teatros y fue apoyada por una gran campaña publicitaria y un enorme presupuesto para los Premios de la Academia".
En su columna, Salma Hayek reconoció que durante años intentó "lavarse el cerebro" para olvidar episodios tan preocupantes como la noche en que el productor la sacó supuestamente "a rastras" de una gala del Festival de Venecia para obligarla a acompañarle a una fiesta privada junto a prostitutas de lujo o la ocasión en que le amenazó con matarla tras una de las muchas veces que ella rechazó sus insinuaciones.
Según la mexicana, Weinstein desplegó con ella las mismas tácticas que han denunciado otras actrices, invitándola a su habitación de hotel, ofreciéndole masajes y suplicándole que se duchara en su presencia, a las que ella respondía invariablemente con una negativa rotunda a la que seguía siempre un ataque de rabia por parte de él. (Leer Espías, dólares y amenazas: Así fue como Weinstein calló durante años su actividad sexual).
"Sabiendo lo que sé ahora", reflexiona Salma en un fragmento de su artículo, en alusión a las más de 80 mujeres que han acusado a Weinstein de acoso e incluso violación, "me pregunto si no fue mi amistad con Quentin Tarantino y George Clooney [con quienes había trabajado anteriormente], lo que me salvó de que me violara".