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Este viernes se estrenó en Netflix Bird Box (A ciegas, en español), la película basada en el libro de Josh Malerman. El filme retrata la aniquilación de la población mundial por cuenta de una extraña presencia maligna, que mata a cualquiera que la vea.
En medio del caos por sobrevivir, se desarrolla la historia de Malorie (Sandra Bullock), quien encuentra el amor y recobra la esperanza gracias a Tom (Trevante Rhodes), quien para sobrevivir junto a sus hijos debe emprender una peligrosa travesía por un río para llegar al único lugar que les puede brindar protección.
En esta película posapocalíptica los espectadores verán una interpretación limpia de Sandra Bullock, quien se ha caracterizado por ser la reina de las comedias románticas en la pantalla grande, pero en este thriller encarna el papel de una mujer que no sabe si quiere ser madre y las circunstancias la obligan a dejar la apatía de lado para luchar por las personas que se convierten en su familia.
“Nunca había trabajado en este género. Me gusta el romance, pero esto es diferente y eso se refleja en el transcurso de la película”, afirma Sandra Bullock, ganadora del Óscar en 2010 a mejor actriz por su papel en The Blind Side, durante una charla con periodistas en São Paulo (Brasil), donde se estrenó la película.
De hecho, Dylan Clark, productor de la película, cuenta que el libro de John les “pareció increíble. No creímos que fuera de terror. Y nos encantó cuando Sandra aceptó el papel. Teníamos un gran elenco”. Y sí, la producción, además de Bullock y Rhodes, cuenta con las participaciones estelares de John Malkovich, Sarah Paulson y Tom Hollander, bajo la dirección de la danesa Susanne Bier, ganadora del Óscar a mejor película extranjera en 2011 por En un mundo mejor.
Una de las particularidades de la película, por ejemplo, es que los actores grabaron las escenas con los ojos vendados —de ahí que su traducción sea A ciegas—. La esencia de esta historia se basa en la naturalidad de la interpretación y para lograrlo se vieron sometidos a una preparación intensa, guiada por una persona ciega de nacimiento, quien les dio consejos y les ayudó para que se concentraran en el sentido auditivo.
La única ocasión en la que podían ver un poco era durante la grabación con los niños. “Estábamos completamente ciegos —recuerda Bullock—, a menos de que el rodaje se hiciera con los niños. No queríamos que corrieran ningún peligro, además les prometí a sus padres que les devolvería a los niños en una sola pieza”.
Ese fue uno de los retos: grabar con niños. “Ellos manejan sus propios horarios, estaban en el set con sus padres. Ellos no tenían miedo, pero tenían que expresarlo, por eso nos tocaba reunirnos con ellos, me tocaba decirles: ‘Te voy a gritar’, para que se prepararan, pero claro, no les contábamos todo porque queríamos que sus expresiones fueran sinceras, espontáneas. Tengo que decir que fueron dos pequeños profesionales”.
Otra característica del filme, subraya Clark, es que fue grabado en la selva “para que todo fuera más especial”. Pero sin duda la interpretación del elenco se lleva las miradas por transmitir el dolor, la fuerza, el amor y el miedo a morir; algo que Bullock reconoció y aplaudió durante el evento.
“La amenaza (o fuerza maligna) no se ve. Aquí los actores tenían que expresar su peor miedo. Cuando tú ves su actuación sabes que (los actores) están yendo a un lugar muy íntimo para poder expresarse. No hay bestia, la bestia somos nosotros, está dentro de nosotros”, sostiene Bullock, quien recuerda una de las escenas de Trevante. “Cuando ves la reacción de Trey, porque solo ves sus ojos, te das cuenta de que su interpretación te aflige, te sume en la desesperación”.
A sus palabras se une Rhodes, quien asevera que la experiencia durante el rodaje “fue liberadora. Todo dependía de nuestra imaginación, ya que no estaba en el libreto. Fue una experiencia diferente”.
Por eso se vuelve tan valiosa la actuación de los personajes, porque depende de su sagacidad y creatividad para darle vida a ese monstruo. Incluso, si se hace un repaso por otros thrillers, la presencia o los antagonistas siempre terminan reflejándose en las películas, siempre se hace una descripción y el espectador se va con la idea de cómo es. Acá sucede todo lo contrario. “La presencia —describe Clark— está físicamente, pero no se ve, se siente a través de los personajes, de lo que traduce su sentimiento, su miedo”.
Más allá de la actuación, este filme de Bier es, en palabras de Sandra Bullock, una metáfora de lo que es ser madre. Los miedos, luchas, desafíos, angustias y debilidades se ven reflejadas en el largo camino que realiza por el río.
“Eres una madre que tiene que cuidar a sus hijos, sabes que van a pasar hambre, frío, inclemencias, pero haces todo lo posible para que no la pasen tan mal. Tienes miedo, pánico y preocupación todos los días por tus hijos. ¿Qué les va a pasar? Y si realmente les muestras tu miedo, no es bonito”, relata Bullock, quien asocia la sensación de lo vivido en el rodaje de la película con situaciones reales que vive en su rol de madre. “No tenía que ir a otro lugar para saber qué miedo tenía con los niños en esta situación”.
Tanto Rhodes como Bullock concuerdan que este filme explora hasta qué punto el amor por alguien lleva a una persona a sacrificar su propia vida. Y le da otro significado de ser familia: un grupo de sobrevivientes al borde del abismo unidos por el miedo a la muerte.
Esta cinta se suma a otras producciones de Netflix, como Mowgli, del británico Andy Serkis, que demuestran que es posible contar con un gran elenco y una realización impecable sin pasar por las salas de cine, un fenómeno que toma mayor fuerza gracias a las plataformas de streaming y que abre las puertas a otro tipo de formatos.
Y así lo reconoce Sandra Bullock a El Espectador, quien además confiesa que su parte favorita al hacer una película es “cuando un grupo de personas tiene que resolver cómo contar una misma historia de una manera distinta” y eso sucede tanto en realizaciones para cine como para la pantalla pequeña. “Estoy muy feliz como mujer en una industria que usualmente nos rechaza. Yo sigo aquí. Todavía tengo oportunidades. Justo cuando piensas que todo está concluyendo, algo como esto (Bird Box) pasa. Y pienso: Netflix, en su contenido, con historias como Roma, o con otros filmes que tiene, va a influenciar a la gente para que vaya a los cines y viceversa. Hay suficiente espacio para ambos”.
*La periodista viajó a Brasil por invitación de Netflix.