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Un solo plano mantenido durante 1:37 minutos. El senador Musa Besaile que se esconde debajo de una gorra, mientras que su esposa y sus tres hijos, quebrados en llanto, dan la cara en un video en que se anuncia la entrega a la justicia del congresista, que es investigado por presuntamente haber sobornado a magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
La entrega del senador Besaile se dio en la noche del pasado jueves, mientras se jugaba el partido de Colombia contra Paraguay, fecha decisiva en la clasificación de la selección de fútbol al Mundial de Rusia 2018 y que tenía captadas grandes audiencias en el país. Como quien dice, una gran oportunidad para que dar la cara y no acaparar las portadas de los periódicos ni los grandes titulares en las emisiones de los noticieros.
(Lea: Senador Musa Besaile es enviado a la cárcel La Picota)
El video, al menos en todo el país, se conoció varias horas después de que los medios ya habían registrado, con la información que estaba disponible, que el senador, de quien se decía había escapado al Líbano, se entregara.
Sin embargo, las características propias del video, como el hecho de que sus hijos menores de edad aparecieran en la cámara llorando y su esposa, en medio de sollozos, defendiera a Besaile, generaron una oleada de críticas, principalmente en redes sociales, que consideraron la pieza como “ruin” o “patética”. Es decir, un senador, que es requerido por la justicia, exponiendo a su familia ante todo un país antes de ir a la cárcel por un asunto por el que sólo él debe responder.
La pieza audiovisual fue publicada en una multitud de medios de comunicación, en algunos de ellos sin tomar medidas para proteger la identidad de los menores, lo que también generó un llamado de atención por parte de Karen Abudinén, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF): “Frente al caso de hoy, el ICBF quiere hacer un llamado a toda la sociedad, a los padres de familia, a los adultos, que cuiden a los niños. No los expongan a los medios de comunicación y redes sociales”.
Y es que el debate resulta por lo menos interesante. ¿Se debió publicar el video? Hay varias consideraciones respecto al caso de Besaile que invitan a inclinarse por el sí: se trata de un funcionario público, dicho personaje está implicado en un proceso judicial de interés general y, por supuesto, el protagonista es un mayor de edad. Lo que pasa es que Besaile (quien conoce muy bien de estos temas, pues es uno de los personajes que hacen las leyes en el país), se las arregla para asumir un rol pasivo en el video. Ni siquiera habla. Se limita a mostrar su imagen de padre cariñoso y abraza a su esposa (quien entre llanto aboga por él) y a sus hijos, quienes ni son mayores de edad, ni ejercen cargos públicos, ni están procesados.
El proceso de Besaile le interesa al país, pero no por ello se debe exponer a sus hijos. Curiosamente, tanto el congresista como su esposa parecen no haber tenido en cuenta ese tema.
(Vea el video de Musa Besaile con su familia y sus líos con la justicia)
Si los padres divulgan el video, se podría entender que están dando consentimiento para que las imágenes de sus hijos sean reproducidas. ¿Es eso suficiente justificación para que los medios lo usen sin acudir a herramientas que ayuden a proteger la identidad de los niños? No. La Ley 1098 de 2006, o Código de Infancia y Adolescencia, determina en el artículo 47 cuáles son las responsabilidades especiales de los medios de comunicación. Allí, varios numerales señalan que los medios se deben abstener en varias situaciones de publicar imágenes de menores de edad o que los puedan afectar.
Por ejemplo, el numeral 6 señala: “Abstenerse de realizar transmisiones o publicaciones que atenten contra la integridad moral, psíquica o física de los menores, que inciten a la violencia, que hagan apología de hechos delictivos o contravenciones, o que contengan descripciones morbosas o pornográficas”.
Por su parte, el numeral 8 dice: “Abstenerse de entrevistar, dar el nombre, divulgar datos que identifiquen o que puedan conducir a la identificación de niños, niñas y adolescentes que hayan sido víctimas, autores o testigos de hechos delictivos, salvo cuando sea necesario para garantizar el derecho a establecer la identidad del niño o adolescente víctima del delito, o la de su familia si esta fuere desconocida. En cualquier otra circunstancia, será necesaria la autorización de los padres o, en su defecto, del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
En todos los casos, la idea es no publicar las fotos de los menores cuando su dignidad es afectada de alguna manera, como, consideran muchas personas, ocurre en el video difundido por la familia del senador Musa Besaile.
Varios medios de comunicación en el país han dejado por escrito las directrices para que los periodistas tengan claridad sobre cuándo se puede publicar la fotografía de un menor de edad y en qué casos se necesita, por escrito, la autorización de los padres de familia.
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La situación en redes sociales podría cobrar mayor relevencia, pues su control es mucho más complejo y por el posible desconocimiento de muchos de sus usuarios sobre las leyes que regulan la difusión de las imágenes de menores de edad en la red. Además de a lo que el video se refiere, las redes sociales han sido el lugar de "lapidación" de muchos ciudadanos que son condenados o calumniados por la masa digital sin antes tener el fallo de la justicia o por simples ligerezas y motivaciones políticas.