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Bittori regresó a su pueblo el día que Eta anunció la dejación de las armas. La mujer, que había tenido que abandonar el lugar en el que creció y tuvo a su familia, visitó la tumba de Txato, su esposo asesinado por el grupo separatista al que pertenecía el hijo de Miren, su amiga de toda la vida. Este es el argumento general de Patria, novela lanzada en 2016 por el escritor español Fernando Aramburu y que tendrá una nueva vida en la televisión a partir del 2020.
“Patria habla de cómo se vivió el fenómeno del terrorismo por medio de personas que no estaban vinculadas al terrorismo, en familiares, en gente que le tocó porque su entorno estaba ahí”, dijo a El Espectador Aitor Gabilondo, quien adaptó el guion para la pantalla chica. (Le puede interesar: HBO permite descargar series y películas de su plataforma de streaming).
A él, uno de los guionistas más importantes de España actualmente, la novela le caló en el alma y la mente porque creció en el País Vasco. Los personajes y las situaciones narradas en Patria eran reconocibles, por lo que compara la lectura con un sirimiri, aquella lluvia fina que al principio parece ligera pero que poco a poco va pesando… porque las heridas que dejó la actividad de Eta siguen abiertas.
La enemistad entre Bittori y Miren es el reflejo de la división del País Vasco, por lo que la línea narrativa de la serie plantea una historia de deshielo a partir de la bala que separó a las familias y congeló en el tiempo las emociones. El espectador encuentra a una hija huyendo, un personaje en la cárcel, otro buscando su independencia y su libertad sexual, dos señoras paradas, cada una en su mundo. (Puede leer: Película colombiana "El Piedra" fue comprada por HBO).
“La historia de Patria comienza cuando Eta termina, entonces es una especie de deshielo lento, lento, lento, que acaba en un abrazo”, explica Gabilondo, quien está seguro de que la reacción que generará la serie no va a ser racional, porque no habla de ideales políticos, sino de posiciones muy fuertes que, según él, una parte de la sociedad necesita ver y escuchar ya que aún es un tema vetado en los pueblos donde la organización se fundó en época franquista.
Piensa que en este conflicto hay al menos tres realidades para tener en cuenta: la que se vivió en el País Vasco, la que se vivió en España y la que se vivió en el mundo, y sabe que entre más cerca se está a la situación, es más compleja de ver y más difícil tomar partido. Por eso le pareció que comprar los derechos de la novela Patria era la oportunidad perfecta para empezar a hablar del tema.
Recurrió a la honestidad para retratar la vida de los personajes más que las situaciones conflictivas, porque su propósito no es glorificar el mal. Él y el equipo de producción, casi todo oriundo del País Vasco, se enfocan en narrar el eco de lo que ocurrió y no lo que ocurrió.
No lo hace a través del relato moralista, ni de la narración documental o periodística, sino por medio de la ficción, un género que le da libertad para inspirarse en hechos reales con el fin de recorrer la herida que han dejado.
“Cuando viví esa realidad estábamos muy atrincherados, no se podía matizar. Solo podías creer en un dolor o en el otro. Lo que muestra Patria es el dolor de los familiares, eso de lo que nunca se hablaba”, añadió.
El perdón y la reconciliación juegan un papel fundamental en la vida de Bittori, Miren y toda la gente que está alrededor, porque “no puedes avanzar olvidando, no puedes avanzar odiando, pero tienes que avanzar... ¿Cómo se hace? Pues con mucha dificultad”, reflexionó el guionista.
Ese viaje largo y difícil también lo deben recorrer el lector y el espectador de Patria. Serán testigos, entonces, de cómo dos señoras anónimas, sencillas y sin pasiones políticas de ningún tipo quedan enfrascadas en un ambiente que las obliga a tomar posición y, aun así, siguen adelante. No importa si son víctimas o victimaria, simplemente son humanos que pueden vivir en una sociedad que puede ser cualquiera, porque el conflicto es local, pero la historia es universal.
Aitor Gabilondo cree que las series de ficción están haciendo una labor complementaria al periodismo, que está tan desacreditado y contaminado por las noticias falsas. Sabiendo que no están contando una realidad exacta, cree que se acerca a la historia a través de las emociones, porque éstas son más difíciles de rebatir que los datos.
También es consciente de que el recuerdo de esta historia cambiará con el paso de los años, ya que las nuevas generaciones tendrán una versión diferente de quienes la vivieron. Eso no le preocupa, más bien lo tranquiliza, porque, así como lo refleja el espíritu de la serie, la ley de la vida es que las personas y las sociedades deben seguir avanzando, como Bittori y Miren.
* La periodista viajó a España por invitación de HBO.