Colombia venció a Senegal y avanzó a octavos de final en el Mundial

Con gol de Yerry Mina, el seleccionado nacional derrotó 1-0 al conjunto africano. Clasificó primera del grupo H y jugará en Moscú su partido de segunda ronda. Reviva el gol de la clasificación.

Jesús Miguel de la Hoz - Samara
28 de junio de 2018 - 04:13 p. m.
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Dicen que en los partidos del Mundial detrás de la boleta de entrada viene una letra menuda en negrilla que dice: “el sufrimiento viene incluido”. Es un mito, una forma de tomar en broma que el corazón se está deshaciendo a pedazos y el alma está que se sale del cuerpo con el pasar de los minutos. Sin embargo, no hay palabras más adecuadas para narrar todas las sensaciones que se viven dentro de un partido definitivo. En el que un gol a favor significa un pasaje al Olimpo y uno en contra es el camino directo al infierno. Así se vivió el duelo entre Colombia y Senegal en Samara, los minutos parecían segundos para unos y horas para otros: el tiempo y su forma subjetiva de pasar. Todo era un mar de nervios hasta que apareció la figura de Yerry Mina, con su metro, 95 centímetros de alto. El defensor se elevó por los aires para ganarle el salto a Mbaye Niang y a Cheikhou Kouyate al minuto 74 y hacer que todo el país estallara en una alegría incontenible para tocar el cielo con las manos. (Vea nuestro especial sobre el Mundial de Rusia 2018)

Gol de Yery Mina:

El seleccionador del combinado colombiano, José Pékerman, apostó por la base que venció a Polonia el pasado domingo en Kazán. Solo hizo dos cambios: Carlos Sánchez por Wilmar Barrios y Matheus Uribe por Abel Aguilar. Estos dos jugadores se encargaron de cortar el juego en la mitad de la cancha. Aunque se esperaba la misma intensidad del encuentro pasado, al combinado nacional se le notó la falta de asociación de sus volantes ofensivos y a eso se le sumaba que los laterales no eran un apoyo constante. El cuadro colombiano careció de profundidad y en los primeros 45 minutos solo tuvieron un remate a la portería que fue un tiro libre de Juan Fernando Quintero que tapó el arquero Khadim Ndiaye. 

Los senegaleses fueron más incisivos en la primera parte. Con Sadio Mané, abierto por el costado izquierdo y con Ismaila Sarr, por derecha, complicaron constantemente a la zaga colombiana. Aprovecharon la baja de James y la poca presión de los volantes ofensivos para sacar el equipo. Con su rapidez y sus diagonales hacia adentro fueron peligrosos. Incluso, al minuto 16 hicieron que todo el país temblara por una acción de Dávinson Sánchez en contra de Mané. Barrida abajo, robo de balón, pero por inercia el futbolista senegalés terminó en el suelo. El árbitro central Milorad Mazic pitó penal, pero una vez miró el VAR se dio cuenta que la jugada fue limpia y echó para atrás la decisión. Todos los colombianos recogieron los pedazos de su corazón del suelo y continuaron con la angustia. (Lea: Preocupación en Colombia: James salió lesionado del partido ante Senegal)

Pero la actitud de Colombia lo llevó a salir de esos momentos complicados. Una idea que imperó en la segunda etapa, a lo que se le sumó el gol de Polonia, que fue un bálsamo y se escuchó a lo largo y ancho del escenario en Samara. Fue un tanto que calmó las revoluciones nacionales, apareció la combinación de Falcao, Muriel, Quintero y Cuadrado para que el cuadro colombiano mostrara una cara diferente. Se sacudieron y empezaron a tener la posesión del esférico. No hubo llegadas con contundencia, no obstante ya no existía el temor en la zona posterior, porque obligaron a que los senegaleses sacaran el pie del acelerador para ajustar su retaguardia y así el cuadro nacional entró en confianza, empezó a inclinar la cancha. "Hicieron las cosas con mayor acierto", afirmó el entrenador Aliou Cisse en rueda de prensa. Hasta que al minuto 74 apareció Yerry Mina con un cabezazo para hacer estallar a todo Colombia. Un gol que se celebró con la misma intensidad tanto en Rusia como a lo largo y ancho del territorio nacional. 

Aunque los africanos se fueron encima, el ímpetu no les alcanzó, se fueron los minutos y las llegadas se escapaban. David Ospina le ahogó un grito de gol a Mbaye Niang y también se erigió como figura. Sus manos aparecieron para tranquilizar a los colombianos. El alma de a poco se fue acomodando, el corazón se recompuso, las ilusiones empezaron tomarse el cuerpo de cada uno de los seguidores nacionales y una vez el árbitro central pitó el final del encuentro todo explotó en un solo grito. La alegría se tomó al país, a Samara y el fan fest de diferentes ciudades rusas. Triunfo, primer puesto e ilusión. Los dirigidos por José Pékerman siguen con un buen andar su paso por Rusia 2018. Moscú será su próximo destino y de Bélgica e Inglaterra saldrá el próximo rival. (Puede leer: Así quedaron las llaves de octavos de final del Mundial de Rusia 2018)

Por Jesús Miguel de la Hoz - Samara

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