La diferencia entre el humor y el irrespeto: una lección de Rusia 2018

Después del partido entre Colombia y Japón, dos videos circularon por las redes sociales hasta volverse virales. En ambos episodios, hinchas colombianos pretendieron burlarse tanto de ciudadanos que visitan Rusia por el Mundial, como de la misma sociedad rusa que los acoge. El país debate su comportamiento.

Camilo Gómez- @camilogomez8
20 de junio de 2018 - 04:21 p. m.
Hasta el momento 11.000 colombianos han viajado a Rusia según informó Cancilleria. / AFP
Hasta el momento 11.000 colombianos han viajado a Rusia según informó Cancilleria. / AFP
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Tras el partido de la selección Colombia contra el equipo de Japón los colombianos no quedamos bien parados, ni a nivel futbolístico ni a nivel cultural. Primero, un hincha se burló de seguidoras del equipo japonés de una forma burda. Luego, para rematar, algunos colombianos se regocijaron de haber conseguido burlar la seguridad rusa y entrar alcohol al estadio.

Los medios del mundo compartieron este miércoles la historia de los dos videos en los que ciertos compatriotas dejaron mal parado al país a nivel de comportamiento internacional. El Espectador consultó a dos expertos en sociología para indagar sobre el episodio.  

Carlos Charry, profesor asociado de la Universidad del Rosario y Ph. D en sociología explicó el mito de la cultura del más vivo, mientras que Daniel Barredo, profesor de la Universidad del Rosario y director del proyecto “Esfera pública y participación ciudadana”, expuso la realidad del comportamiento en redes sociales.

¿Por qué este tipo de contenido se viraliza tanto en internet?

Daniel Barredo: Porque reúne varios elementos. Primero es un tema de la agenda actual que recoge la cobertura informal de un hecho. Segundo, es un video desagradable, pero debido a la sensación ácida que dejó el resultado algunos pueden congratularse con esto. Y tercero, las redes deben entenderse como un espacio de entretenimiento por lo que algunos usuarios podían encontrar gracioso el video.

¿Por qué el comportamiento de los colombianos en el exterior suele ser tan negativo?

Carlos Charry: Pienso que ese comportamiento es el reflejo del comportamiento local que cada ocho días en la zona rosa o en cualquier otra parte con un par de tragos las personas comienzan a hacer chistes de mal gusto como los que vimos en el video. Si es extraño que se esté exteriorizando esto de una manera tan abierta. Antes se destacaba que el colombiano afuera sí cumplía las normas que aquí adentro no, pero pareciera que la cosa se está desbordando.

En el Mundial pasado, la hinchada colombiana fue muy bien evaluada por su comportamiento y por eso no se entiende qué es lo que pasó acá. Hay un componente grande y es lo que se ve de alguna manera en el video, que hay total desprecio o rechazo e incluso se aprovecha del desconocimiento de la persona, eso es una forma de rechazar a los otros.

Entonces, cuando te burlas del otro y aprovechas sus diferencias es una forma de discriminación. En ese caso, entre tantos que hemos visto parecidos aquí, sociológicamente hay una especie de superioridad moral en este caso que se hace expresa a través de la burla, que es el típico caso de "usted no sabe quién soy yo" y otras formas que existen en el país. 

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Es una especie de cinismo justificado...

C.C: Exacto. Por eso hablo de superioridad moral. Por ejemplo, cuando los colombianos grabaron a los japoneses recogiendo sus desechos se muestran los dos contrastes altamente marcados. La constitución de la individualidad de las personas allá dice que "yo no boté esto pero me siento con el compromiso de dejar esto limpio". No creo que exista una hinchada tan juiciosa como la japonesa, mientras que el colombiano miraba eso con una extrañeza. Nosotros hemos normalizado un conjunto de acciones que muestran una división entre lo público y lo privado. 

El colombiano promedio considera que puede hacer todo lo que quiera porque no hay controles sociales y por eso ocurren cosas como la de los videos del martes, que además de hacerlo público lo festejamos como si fuera un logro. Tenemos un serio problema de la constitución de lo público y de cómo nos debemos comportar en público. El colombiano piensa que lo público no le pertenece a nadie cuando en realidad nos pertenece a todos.

 

¿Acaso esto tiene que ver con ese mito de la cultura del más vivo?

C.C: Sí, exactamente. En algunas regiones del país como Antioquia o Valle hay un dicho que dice "el vivo bobo", no el vivo vive del bobo, que es el que se cree muy astuto y audaz pero en realidad está haciendo una estupidez. Y eso se está impregnando en nuestra forma de ser, que entonces usted es muy audaz si se consigue la forma de no pagar el pase o evadir impuestos. Esa idea de no dar papaya también está interiorizada en nuestro comportamiento.

¿Cómo afecta eso al comportamiento?

C.C: Pues, por ejemplo, si la gente prefiere evadir impuestos que no se quejen cuando no hayan acueductos, cuando no hayan vías. Si no se cumple la normativa al final esto le terminará afectando. 

¿Qué lleva a una persona a violar los códigos de un país en el que se encuentra de visita?

C.C: Como colombianos descargamos la responsabilidad en otros. Entonces la culpa es de las instituciones, del Estado, de la falta de policía, de los políticos, de la corrupción y formamos una serie de sujetos abstractos pero nosotros "no somos los responsables". Se ha perdido el valor de un control social y no entendemos el valor de lo público y por eso creemos que podemos hacer lo que sea y terminamos manchando el nombre de un país.

El hecho de que se haga público este tema genera que la persona esté reflexionando y le va a caer una forma de control social. Las redes sociales se están volviendo ese espacio de control para decir "no oiga, se pasó, eso no está bien hecho".

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¿Es oportuno este tipo de contenidos en internet? Es decir, muchos buscan una sanción social, pero por otro lado se le puede estar dando más amplitud a una conducta reprochable.

C.C: Las redes sirven para ambas cosas. Lo importante es que a pesar de la burla la gente dijo "no esto no está bien, qué pena con los japoneses, con los rusos, con el país". Ahora, si la gente simplemente no hace control y se sigue burlando de la situación pues obviamente está mal darle amplitud. Es cuestión de cómo la gente interactue con el contenido y sepa darle un filtro. Las redes sociales pueden ser usadas para buenas cosas como para malas.

D.B: Pienso que no es en absoluto oportuno ya que se consigue el efecto contrario pues se le da cobertura. En las redes encontramos una amplificación de los comportamientos que se producen fuera de línea. En cambio, en la realidad se puede olvidar oporo discutir el comportamiento grosero u obsceno. En las redes se replica de forma automática.

¿En el caso de los medios, cuál debería ser el protocolo para esta situación? ¿Compartir o no el video?

D.B: Lo mejor es no compartir este tipo de videos salvo que sean temas que puedan afectar a las agendas políticas, que afecten en este caso al comportamiento institucional del país porque se amplifica un usuario, posiblemente anónimo. Es lo mismo que amplificar una broma de mal gusto. 

La diferencia es que los usuarios confunden las tendencias de los usuarios con las tendencias informativas y por eso llegamos a compartir este tipo de videos. El periodista lo que debe hacer es guiarse con sentido ético y profesional y decidir cuáles son los temas que pueden fomentar una discusión en la opinión pública más allá de la tendencia reprochable de buscar clicks.

¿Internet como espacio da origen o lugar a este tipo de burlas?

D.B. Este tipo de bromas también se da en la calle, en una discoteca. Son indicadores de falta de cultura cívica. La diferencia es que en esos espacios mediados por la tecnología se amplifican y muchas veces se legitiman socialmente. Internet es la gran memoria colectiva en la cual se van archivando este tipo de contenidos y por ahora no se nos permite eliminar este tipo de contenidos que no aportan a la discusión.

¿Hay alguna explicación para que estas situaciones le causen diversión a alguien?

C.C: Porque muchas personas se identifican con eso. Por ejemplo, el caso de Edwin Cardona imitando los rasgos de los asiáticos, que fue burlesco, significó burla en ciertas personas que se identificaban con el chiste. Lo importante aquí es que hubo un control social que pudo incidir en la ausencia del jugador en la plantilla que viajó a Rusia.

Hay muestras de episodios similares de otros países como Argentina y México, ¿a qué se debe esto? ¿Es un problema regional?

C.C: También sucede en otros lugares. Yo viví en Barcelona y, por ejemplo, el comportamiento de los alemanes y los ingleses era desastrozo porque ellos iban en ese modo: vamos a emborracharnos y a hacer lo que no podemos hacer en nuestras sociedades. En el caso de estas expresiones de burla de los latinoamericanos tiene que ver con la lejanía cultural y social con el resto del planeta.

Somos un continente un poco "provinciano", al ver a ese mundo que no es necesariamente occidente, como Arabia, Rusia, como un total. Tenemos poca interacción con el resto lo que nos lleva a verlos de una forma despectiva y eso en un mundo globalizado no se debería presentar, pero lo hace.

¿Estas actitudes se tratan también del espacio o actividades que se viven?

C.C: Sí, evidentemente. No debería ocurrir. A veces ni siquiera tiene que haber un evento como el Mundial. En Barcelona o también en ciudades italianas, la gente está cansada del turista, primero porque encarece el costo de vida, pero también porque el turismo se ha vuelto una industria masiva con una repercusión muy fuerte en la sociedad. Acá también lo vivimos, por ejemplo, con la gente que va a Playa Blanca y deja basura siendo esta una reserva natural.

Tiene que haber un parte de responsabilidad, que creo que en el caso de Rusia indicó que tenía una serie de normas y no se puede ruido o festejos en espacios públicos. No solamente los grandes eventos sino el turismo en general está generando que la gente no vaya a conocer un pueblo o una cultura sino simplemente a tomarse unas fotos. Se ha perdido la idea de que cuando viaja va a conocer, sino que va es a hacer todo lo que no puede hacer en casa. Se trata de un turismo desfogado y las actitudes que hemos visto ayer dan muestra de eso.

¿Es este tipo de conductas son el reflejo de algo más?

D.B: La divulgación de este tipo de contenidos refleja la ignorancia de un usuario sobre los espacios de la tecnología. Posiblemente es una persona que trata de amplificar la broma con su red de amigos. Sin embargo, no es una conducta de todos los colombianos, no es un indicativo. Prueba de ello está el movimiento en contra que desde las mismas redes sociales se ha ido generando.

¿Cuál sería el protocolo para una persona que viaja al extranjero?

C.C: Hay un refrán que dice "a donde fueres has lo que vieres". Se trata de cuando se vaya a un país hay que respetar las normas de ese país y su cultura y darse el espacio de conocerlo. Esas personas que viajaron a Rusia, como por ejemplo algunos medios de comunicación también, tienen un trabajo interesante, mostrar que esa sociedad no es como la muestran en los productos de Hollywood, que no son mafias y residuos del comunismo soviético sino una sociedad moderna también con dificultades como la nuestra para precisamente contrastar con su propia sociedad.

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Por Camilo Gómez- @camilogomez8

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