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Tres años le duró la libertad condicional que un juez de ejecución de penas le concedió en 2015 al coronel retirado Hugo Aguilar, quien después de haber participado en el operativo en que murió Pablo Escobar en 1993 -Aguilar asegura que fue él quien le disparó al capo del cartel de Medellín- se lanzó a la política, fue gobernador de Santander y, en 2013, condenado por nexos con grupos paramilitares. Ahora fue capturado de nuevo por una investigación que se adelanta en su contra por los delitos de enriquecimiento ilícito y lavado de activos. (Un Porsche podría costarle la libertad a Hugo Aguilar).
Aguilar, desde que recuperó su libertad, fue objeto de polémicas por la vida de lujos que gozaba. La hoy directora de Vanguardia Liberal, Diana Saray Giraldo, reveló una foto en la que se veía a Aguilar conduciendo un vehículo de alta gama, un convertible Porsche, avaluado en no menos de $350 millones. Un dato que era de total relevancia si se tiene en cuenta que Aguilar, a quien se le impuso en su condena de parapolítica una multa de 10.750 salarios mínimos (más de $6.300 millones al momento del fallo), señaló que sólo podía pagar $500.000 mensuales porque no tenía recursos para cancelar su deuda de otra manera. (Lea: Las movidas de los Aguilar en Santander).
La Fiscalía descubrió que a través de su exesposa Mónica María Barrera Carreño; y Yeison Albeiro Sáenz Plazas, un presunto testaferro -los dos capturados-, “habría intentado legalizar y ocultar recursos obtenidos por su relación con estructuras del desmovilizado Bloque Central Bolívar de las autodefensas”, señala la Fiscalía. En desarrollo de la investigación se documentó que no existe justificación ni soporte frente a $2.500’000.000 que harían parte del capital del exfuncionario y su familia.
También se ordenaron medidas cautelares a 33 bienes del coronel (r) Hugo Aguilar. Son cuatro vehículos de gama alta, dos de ellos marca Porsche, y 29 inmuebles ubicados en Bucaramanga, Piedecuesta, San Gil, Páramo y Socorro (Santander), Chitaraque (Boyacá), y Bogotá. Los bienes superarían en valor comercial los $15.000’000.000. Hay dos consultorios, seis oficinas, dos parqueaderos, dos casas, cuatro apartamentos, seis lotes, un depósito y cuatro predios rurales. Sobresalen dos propiedades lujosas en un exclusivo condominio de mansiones ubicado en Ruitoque, en Piedecuesta (Santander).
El 14 de agosto de 2013, el coronel (r) Aguilar fue condenado a pagar nueve años de prisión y una multa de 10.750 salarios mínimos mensuales por "promover grupos al margen de la ley". La Fiscalía probó ante la Corte Suprema de Justicia que Aguilar se había aprovechado de la presencia de los paramilitares en Santander y de que estos habían decidido respaldar a su partido, Convergencia Ciudadana, en las elecciones regionales, lo que significó para la población civil amenazas y coacción. Según el fallo de la Corte, "las autodefensas dominaban plenamente en Santander" y jefes paramilitares como Ernesto Báez estaban detrás de esa marcada presencia.
Desmovilizados como Orlando Morales le contaron a la justicia que vieron a Aguilar en el sur de Bolívar en reuniones con líderes de las AUC como Julián Bolívar. Otro jefe paramilitar, Diego Vecino, también testificó haber visto a Aguilar en reuniones con integrantes de las AUC; en su caso, habló de una reunión en una zona conocida como Piamonte, la cual fue corroborada por Salvatore Mancuso. A esa reunión también asistió Luis Alberto el Tuerto Gil, quien en 2002 llegó al Senado con la votación más alta en Santander.
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Gil fue condenado igualmente por parapolítica. En su caso y en el de Aguilar, la Corte Suprema concluyó que el rápido crecimiento del partido Convergencia Ciudadana -que quedó sepultado después de estas sentencias judiciales- se debía básicamente al respaldo paramilitar.