Caso Odebrecht: Las razones por las que Andrés Cardona fue condenado a cinco años de cárcel

La investigación por uno de los escándalos de corrupción más grandes en Colombia sigue dando resultados. El viernes pasado, 16 de febrero, el juzgado 14 penal del circuito de Bogotá condenó al ingeniero de Manizales, Andrés Cardona, por su participación en el entramado criminal que se pactó entre la multinacional brasileña Odebrecht y funcionarios del Gobierno, congresistas y hombres de negocios en Colombia. El manizalita se convierte en el cuarto condenado en este sonado caso y pagará una pena de cinco años de cárcel, más de 127 salarios mínimos y además no podrá ejercer cargos públicos ni tampoco contratar con el Estado.

(En contexto: El enlace entre el carrusel y Odebrecht)

Aunque antes de que estallara el escándalo de Odebrecht el nombre Cardona ya era usual escucharlo en despachos judiciales, hace un años exactamente el contratista comenzó a ocupar titulares de prensa. En febrero de 2017, el ingeniero fue capturado en Bogotá y fue claro al decirle a la jueza que legalizó su captura que era completamente inocente. En ese momento, la Fiscalía tenía las pruebas suficientes para pedir una medida de aseguramiento en su contra por los delitos de interés indebido en la celebración de contratos y cohecho. La jueza lo envió a la cárcel y fue desde allí en donde Cardona comenzó sus negociaciones con la Fiscalía.

(También le puede interesar: Las fichas del caso Odebrecht y el carrusel de Bogotá)

De acuerdo con las pesquisas del ente investigador, el ingeniero manizalita, en compañía del empresario Orlando Fajardo, quien también está involucrado en este caso, fueron claves para el pago de coimas por parte de Odebrecht en Colombia. Además, según la Fiscalía, en 2009, Cardona y el empresario Emilio Tapia, utilizaron sus influencias dentro de la Empresa de Acueducto de Bogotá para que un consorcio brasileño, cuyo nombre en esa época era solamente sinónimo de calidad y prestigio, se quedará con la licitación del túnel en la zona de Tunjuelo-Canoas para las tareas de descontaminación del Río Bogotá. El consorcio, compuesto por Odebrecht y CASS Constructores, del grupo Solarte, quedó con el contrato.

Para la Fiscalía, es claro que, al quedar el consorcio de Odebrecht con esta obra, calculada en unos $244 mil millones, Cardona ofreció a su empresa ACC Ingeniería para subcontratar a obra a cambio de que le pagaran $2 mil millones. El negoció se concretó y los fiscales del caso explicaron durante las audiencias judiciales que la entrada del ingeniero manizalita a esta obra ocasionó un sobrecosto de $600 millones. La tarea de Cardona no terminó allí. Después de que la empresa brasileña ganara el contrato de Tunjuelo-Canoas, la Fiscalía asegura que el hoy condenada fue pieza clave para concretar el pago de coimas.

(También le puede interesar: Las fichas del caso Odebrecht y el carrusel de Bogotá)

Según la investigación, Odebrecht negoció con varios funcionarios de la Alcaldía de Bogotá y del Acueducto el pago de sobornos para quedarse con la licitación. Fue ahí en donde Cardona volvió a aparecer en el radar del entramado de corrupción pues fue quien, según la Fiscalía, le entregó el 6 % del valor del contrato a los hermanos Iván y Samuel Moreno, ambos condenados por el carrusel de la contratación en Bogotá. Un valor que habían concretado previamente los brasileños y colombianos para asegurar que Odebrecht se quedara con el millonario contrato.

Por orden de la jueza que lo condenó, Cardona deberá cumplir su condena en la cárcel La Modelo en Bogotá, mientras que sigue su proceso de colaboración con la justicia para seguir con las pesquisas y terminar de desvelar los nombres y responsables de este, uno de los peores escándalos de corrupción de la historia en Colombia.

La investigación por uno de los escándalos de corrupción más grandes en Colombia sigue dando resultados. El viernes pasado, 16 de febrero, el juzgado 14 penal del circuito de Bogotá condenó al ingeniero de Manizales, Andrés Cardona, por su participación en el entramado criminal que se pactó entre la multinacional brasileña Odebrecht y funcionarios del Gobierno, congresistas y hombres de negocios en Colombia. El manizalita se convierte en el cuarto condenado en este sonado caso y pagará una pena de cinco años de cárcel, más de 127 salarios mínimos y además no podrá ejercer cargos públicos ni tampoco contratar con el Estado.

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Aunque antes de que estallara el escándalo de Odebrecht el nombre Cardona ya era usual escucharlo en despachos judiciales, hace un años exactamente el contratista comenzó a ocupar titulares de prensa. En febrero de 2017, el ingeniero fue capturado en Bogotá y fue claro al decirle a la jueza que legalizó su captura que era completamente inocente. En ese momento, la Fiscalía tenía las pruebas suficientes para pedir una medida de aseguramiento en su contra por los delitos de interés indebido en la celebración de contratos y cohecho. La jueza lo envió a la cárcel y fue desde allí en donde Cardona comenzó sus negociaciones con la Fiscalía.

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Para la Fiscalía, es claro que, al quedar el consorcio de Odebrecht con esta obra, calculada en unos $244 mil millones, Cardona ofreció a su empresa ACC Ingeniería para subcontratar a obra a cambio de que le pagaran $2 mil millones. El negoció se concretó y los fiscales del caso explicaron durante las audiencias judiciales que la entrada del ingeniero manizalita a esta obra ocasionó un sobrecosto de $600 millones. La tarea de Cardona no terminó allí. Después de que la empresa brasileña ganara el contrato de Tunjuelo-Canoas, la Fiscalía asegura que el hoy condenada fue pieza clave para concretar el pago de coimas.

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Según la investigación, Odebrecht negoció con varios funcionarios de la Alcaldía de Bogotá y del Acueducto el pago de sobornos para quedarse con la licitación. Fue ahí en donde Cardona volvió a aparecer en el radar del entramado de corrupción pues fue quien, según la Fiscalía, le entregó el 6 % del valor del contrato a los hermanos Iván y Samuel Moreno, ambos condenados por el carrusel de la contratación en Bogotá. Un valor que habían concretado previamente los brasileños y colombianos para asegurar que Odebrecht se quedara con el millonario contrato.

Por orden de la jueza que lo condenó, Cardona deberá cumplir su condena en la cárcel La Modelo en Bogotá, mientras que sigue su proceso de colaboración con la justicia para seguir con las pesquisas y terminar de desvelar los nombres y responsables de este, uno de los peores escándalos de corrupción de la historia en Colombia.