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El viernes pasado el Instituto Nacional Penitenciario (Inpec) confirmó el primer caso de COVID-19 en una cárcel del país: un hombre de 63 años que había salido libre el 1 de abril de la cárcel de Villavicencio y que murió seis días después. Luego falleció un interno de 78 años, con antecedente de enfermedad respiratoria, y un tercer recluso se encuentra hospitalizado, también por coronavirus. Otros dos casos sospechosos, informó la entidad, dieron negativo a la prueba que realiza el Instituto Nacional de Salud (INS) para verificar si se es portador del virus.
(En contexto: Dos muertos por COVID-19 en cárcel de Villavicencio y un preso hospitalizado: Inpec)
Así lo confirmó el Inpec al recibir los resultados de los tests. Con lo cual, por ahora, el número de contagios en el penal se mantiene en dos, además del adulto mayor que había recuperado su libertad. Asimismo, la entidad señaló que, “adicional a la situación que se presentó en el Establecimiento Penitenciario y Carcelario de Villavicencio, no hay casos positivos de COVID- 19 en otros centros de reclusión del orden nacional”. Es decir, por ahora no hay más casos confirmados de coronavirus en cárceles que dependan de la guardia y custodia del Inpec.
En la cárcel de la capital del departamento del Meta hay un hacinamiento del 99% pues está construida para 899 personas y hay 1.789 personas privadas de la libertad. En el patio donde estaban los dos reclusos fallecidos hay 537 personas, el Pabellón Santander, de las cuales 60 eran adultos mayores que fueron trasladados a otro pabellón. El restante (incluido personas que tiene actualmente tuberculosis) quedarán aislados de los demás pabellones de la cárcel. Asimismo, tres dragoneantes del Inpec están aislados por haber entrado en contacto directo con uno de los fallecidos que dio positivo para COVID-19.
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Desde el viernes, el Inpec encendió el protocolo de emergencia en este centro de reclusión y eso incluye, por ejemplo, que harán búsqueda activa de casos sospechosos y que le pidieron celeridad al INS para el procesamiento de las pruebas de todos los dragoneantes que custodian este penal, así como de los privados de la libertad que se relacionaron con el hombre fallecido, para descartar más contagios.
El director del Inpec, general Norberto Mujica, explicó las medidas en una rueda de prensa virtual el pasado sábado, así: “Adultos mayores pasaron al pabellón primario que tenemos y la idea es hacer una búsqueda activa de personas con alguna situación especial. El día lunes se va a instalar una carpa medicalizada. Vamos a hacer desinfección. No vamos a hacer traslados por fuera del establecimiento porque sería irresponsable. Vamos a hacer aislamientos preventivos al interior. Sé que estamos hacinados, pero por eso activamos el pabellón que teníamos destinado para aislamiento”.
(Vea: Prevenir la pandemia en cárceles es urgente y requiere medidas novedosas: abogados penalistas)
La entidad también hizo un llamado a no creer en información que circula en redes sociales sobre posibles nuevos contagios, como el caso de un video viralizado que muestra la extracción de un cuerpo en la cárcel La Picota con mensajes alarmistas de que se trataría de un contagio de COVID-19, cuando en realidad fue una persona que falleció por un cáncer avanzado. Y señaló: “el Instituto continua con los protocolos establecidos para evitar la propagación del virus, bajo los lineamientos del Ministerio de Justicia y el Derecho y con el apoyo de la USPEC y las instituciones de salud nacionales, departamentales y distritales”.