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Fernando Merchán, el vigilante del edificio Equus 66 en donde la pequeña Yuliana Samboní fue hallada sin vida el pasado 4 de diciembre, murió por una hipoxia severa (falta de oxígeno), que fue ocasionada por tres circunstancias: el consumo de antidepresivos, la inadecuada posición para respirar en la que quedó y las hemorragias que le produjeron las cortadas que tenía en su cuerpo. Lo confirmó este miércoles el director de Medicina Legal, Carlos Valdéz, quien ya había señalado que las heridas con cuchillo que Merchán mostraba en sus tobillos, muñecas y cuello no eran lo suficientemente graves como para haber provocado su muerte. (Lea: 'Heridas en el cuerpo de Fernando Merchán no fueron tan graves como para causar su muerte': Medicina Legal)
La hipoxia severa que causó la muerte de Merchán fue detallada por Valdéz en tres circunstancias, que llevaron al instituto a concluir que fue una muerte violenta y suicida. “Primero: un estado de anemia aguda, producto de las lesiones por elemento cortante. Segundo: producto de la depresión neurológica medicamentosa, al haberse hallado en la sangre el medicamento trazadona, que es un antidepresivo. Tercero: como resultado de una asfixia posicional, al ser verificada por el Instituto de Medicina Legal desde el lugar de los hechos”, afirmó el director del instituto sobre el deceso del vigilante. (Lea: 'No quería volver a la cárcel. Soy inocente': Fernando Merchán, vigilante de Equus 66)
A Merchán lo encontró muerto una de sus hijas en el baño del apartamento donde ambos vivían, en el sur de Bogotá, el pasado viernes 10 de diciembre. Es decir, seis días después de que Yuliana Samboní, con 7 años, fuera encontrada en el cuarto de máquinas del jacuzzi que había en el pent-house de Equus 66, casi 12 horas después de que la hubiera secuestrado Rafael Uribe Noguera. Merchán era el celador de turno cuando Uribe Noguera ingresó a la niña al edificio. (Lea: ¿Por qué el vigilante de Equus 66 reportó que el apartamento de Rafael Uribe estaba solo?)
Al principio, Merchán parecía ser un testigo clave para la Fiscalía. Antes de morir ya le había dado su testimonio al organismo investigador, y en sus minutas había consignado que ese domingo 4 de diciembre, hacia las 3:40 p.m., los hermanos de Rafael Uribe Noguera (Francisco Uribe Noguera, abogado, y Catalina) habían llegado a Equus 66. Merchán anotó en las minutas que el pent-house estaba vacío; la Fiscalía estableció lo contrario. (Lea: Hermanos Uribe Noguera sí entraron al edificio Equus 66 el día del crimen de Yuliana)
Porque su testimonio reñía con los hallazgos que ha venido haciendo la Fiscalía, el propio fiscal general, Néstor Humberto Martínez, dijo este martes que Merchán habría podido considerarse hasta un copartícipe de los hechos en los que Yuliana Samboní perdió la vida. Según Medicina Legal, la niña, que fue raptada mientras jugaba en la calle frente a su casa con un primo tan pequeño como ella, fue abusada sexualmente y torturada. Todo mientras estuvo en poder de Rafael Uribe Noguera.
"El vigilante tenía conocimiento de lo que estaba ocurriendo...advertimos que el vigilante no manifestó la verdad ante la Fiscalía y tampoco las anotaciones que hizo en el libro de ingresos corresponden a la verdad. Había conocimiento y coparticipación de su parte", señaló el fiscal Martínez, al tiempo que advertía que Uribe Noguera sería llamado a juicio en tiempo récord: se espera que esta semana se radique la acusación. Sus hermanos también están en el radar de la Fiscalía, pues todavía no es claro si fueron ellos quienes alteraron la escena del crimen. Lo claro es que sí fue alterada.