"La intención de la señora Rozo no es otra que la de desacreditarme, valiéndose de los medios de comunicación y las redes sociales para ello. El proceso penal que se adelanta en mi contra y del cual me imputaron el delito de acoso sexual, corresponde a hechos (...) de los cuales aún no hay certeza". Con estas palabras, Didier Luna, exentrenador de la Selección Colombia femenina sub-17 de fútbol, se defendió de las denuncias de supuesto acoso sexual que hiciera en su contra la antigua fisioterapeuta del equipo, Carolina Rozo.
Didier Luna fue imputado el pasado 11 de marzo oficialmente y se declaró inocente. Rozo denunció que Luna la había acosado desde su llegada a la Selección a finales de 2017, hasta el punto de decirle, en varias ocasiones, que quería tener una relación con ella. Y que, después de sus reiteradas negativas, el exdirector técnico empezó a dificultar su trabajo, a criticar lo que hacía, a no dejarla acceder al terreno de juego.
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“Llegué al cargo en diciembre de 2017 y a medida que fue pasando el tiempo el señor Luna se puso más cariñoso conmigo. En las cenas y en los desayunos me saludaba de manera morbosa. Incluso, una vez me dijo al oído que yo le gustaba (…) Yo le respondí que no estaba interesada y que me respetara. Se puso de mal genio y se fue”, relató Rozo. La Fiscalía consideró que en este caso hay un agravante ya que él era el superior jerárquico de Rozo. Y un juzgado ordenó no acercarse a la mujer ni salir del país.
En un comunicado, Luna aseguró que su único interés es cooperar con las autoridades para que "la verdad se haga presente lo más pronto posible" y anunció que no saldrá del país. Además, dijo que no tiene ningún interés en acercarse a Rozo. "No me asiste interés de hacerlo, mi relación con la misma (Rozo) fue meramente laboral y desde que, por motivos que desconozco, dejó de prestar sus servicios a la Selección, no he tenido ningún tipo de contacto ni lo tendré".
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"Siempre he sido correcto en mi actuar familiar, sociales, personal y laboral. En toda mi vida, jamás me había envuelto en una situación tan delicada como esta, pero la enfrento con la cabeza en alto y la tranquilidad de saber que las cosas no son como las ha expresado la señora Rozo Varela. (...) No permitiré que esta situación propiciada por la ya mencionada manche quien soy, ni mi profesión", agregó Luna.
En este caso, la fisioterapeuta también contó que Luna les tocaba la cola a algunas jugadoras del equipo refugiándose en la figura paternal que trataba de construir. “Es que ni un papá de verdad toca así a las hijas. Y él se aprovechaba de su posición para hacerlo. Es un pervertido. Y siempre que yo le decía algo, porque era la única que lo frenaba, me decía que era una chismosa”, dijo Rozo.
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