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Desde hace un par de días, la justicia enfrenta un escándalo sin igual: tres expresidentes de la Corte Suprema resultaron involucrados en un escándalo mayúsculo de corrupción que comenzó el 27 de junio de este año, cuando el jefe anticorrupción de la Fiscalía (Gustavo Moreno) fue detenido.
En ese momento la Fiscalía, respaldada por la justicia estadounidense, dio a conocer que Moreno y otro abogado, Leonardo Pinilla, supuestamente le habían pedido un soborno al exgobernador Alejandro Lyons a cambio de obstruir las investigaciones en su contra por desfalcos a los recursos de Córdoba.
El pasado 15 de agosto, la Fiscalía le agregó un elemento nuevo a la historia: señaló que en las conversaciones entre Lyons, Moreno y Pinilla se había detectado una presunta red de corrupción dentro de la Corte Suprema, en la cual podrían estar implicados los magistrados José Leonidas Bustos y Francisco Ricaurte. La Corte Suprema, de inmediato, le pidió a la Comisión de Acusaciones (la única que podría investigarlos) rigor y prontitud.
La Fiscalía añadió que también abriría una indagación contra Camilo Tarquino, otro exmagistrado, por estos mismos hechos. Su caso no estaría en manos de la Comisión pues los actos en cuestión los habría cometido después de 2012, cuando ya no hacía parte de la Corte. De ellos tres, sin duda, quienes más habían acumulado poder dentro de la Corte Suprema son Ricaurte y Bustos.
Un aspecto de la vida de estos tres exmagistrados que ahora empieza a ser auscultada es el de sus bienes. Por eso, El Espectador revisó con lupa las propiedades que figuran a su nombre en las oficinas de registro público. Esto fue lo que encontró.
José Leonidas Bustos
Este expresidente de la Sala Penal de la Corte Suprema y de la misma Corte perteneció a ese alto tribunal entre 2008 y 2016. De los tres exmagistrados que hoy están en tela de juicio porque, se supone, hacían parte de la red de corrupción que se tejió con los abogados Gustavo Moreno y Leonardo Pinilla, Bustos es quien más ha tenido propiedades a lo largo de su carrera profesional.El exmagistrado arrancó su vida de casado con Ana Josefa Velasco comprando como primera propiedad una casa en el sur de Bogotá, en diciembre de 1977, en una urbanización estrato 3 llamada Las Carabelas. Medía 155 metros cuadrados y costó $280.000. La entregaron en dación de pago al banco Colmena en 2004, por $164 millones.
Su segunda propiedad fue una oficina 205 del edificio Centro Ejecutivo, ubicada cerca del Parque de la 93 en Bogotá. La compró en 1996 por $30 millones a un hombre llamado Pastor Trejos, quien a su vez se la había comprado a Juan Enrique Fernández Carrasquilla, un penalista de Medellín que para esa época era considerado uno de los hombres más poderosos del país y fue abogado de narcotraficantes como Iván Urdinola o los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela.
Bustos vendió esa oficina en 2005, tres años antes de llegar a la Corte Suprema. En 1996, mismo año en que la había adquirido, compró un apartamento en un edificio en el centro de Bogotá de 293 metros cuadrados con su entonces esposa, Ana Josefa Velasco, por $94 millones.
En 1997 compró su tercera propiedad: un apartamento mucho más pequeño (51 metros cuadrados) en la misma edificación del centro de Bogotá, solo a nombre suyo, por $22 millones. Lo vendió al año siguiente por casi el doble: $39 millones. En 1999, consiguió un lote rural en Silvania (Cundinamarca) por $50 millones y lo vendió en $70 millones 11 años más tarde.
Luego de haber vendido su apartamento en el centro en marzo de 2008 - un mes antes de que se posesionara como magistrado de la Corte Suprema- por $275 millones, José Leonidas Bustos y Ana Josefa Velasco de Bustos compraron un apartamento en el norte de la capital, en la Calle 134 con Carrera 10A. Medía 172 metros cuadrados y costó $320 millones. No duraron mucho con él: lo vendieron en 2010 por $30 millones más.
Esa fue la última propiedad que estuvo a nombre de ambos. En 2010, Bustos compró un apartamento de 289 metros cuadrados en el norte de Bogotá, en la localidad de Suba, y quedó solo a su nombre. La transacción se registró por $850 millones -mucho más costoso que los bienes que había adquirido en su matrimonio-. Según el certificado de libertad y tradición de ese inmueble, se vendió al banco BBVA por $1.400 millones tres años más tarde.
En 2014 compró dos bienes más. Uno, una vivienda de interés social en Ibagué, lo consiguió por $83 millones y lo vendió por casi $40 millones más dos años después. Otro es el apartamento donde vive ahora con su nueva pareja, Martha Cristina Pineda, quien en 2015 se autoproclamó la “primera dama de la justicia” mientras Bustos ejercía como presidente de la Corte Suprema.
Ese apartamento está localizado en uno de los barrios más costosos de Bogotá, la Cabrera, mide 388 metros cuadrados y Bustos pagó por él -al menos así quedó consignado en la Notaría Segunda de Bogotá- $1.840 millones. Solo la justicia podrá decir si alguno de estos bienes fue adquirido con dineros de origen ilegal, pero sí es claro que para la época en que Bustos empezó a vivir en la opulencia ya conocía a Gustavo Moreno, de cuya oficina empezó a volverse visitante asiduo hacia el año 2013.
En total, Bustos ha negociado nueve propiedades, pero sólo una sigue siendo suya: el apartamento en La Cabrera, donde, por el precio del metro cuadrado que se maneja en esa zona, hoy podría venderlo en más de $2.500 millones -por esa misma razón, es probable que el precio que pagó por él haya sido mayor al registrado en la escritura-. Hasta el momento, Bustos no ha querido salir a hablar en medios de este huracán en el que se encuentra.
Camilo Tarquino
Este miembro de la Sala Laboral estuvo en la Corte suprema de 2004 a 2012, y la presidió en 2011. La primera propiedad que tuvo fue un apartamento pequeño, de 57 metros cuadrados, situado en el centro de Bogotá. Lo compró en 1989 por $2 millones y lo vendió cuatro años más tarde, por casi el doble. En el 94 adquirió otro apartamento pequeño, de 46 metros, en Teusaquillo (Bogotá), por $12 millones. Sigue a su nombre.En 1995 compró su primera vivienda familiar junto a su esposa, Luz Stella Trujillo Espitia: una casa en el norte de Bogotá, en la urbanización Los Cedritos, de 244 metros cuadrados. Les costó $70 millones. La vendieron 15 años más tarde por $490 millones.
En 1995 también compró tres lotes para una sola finca en zona rural de Ibagué, cada uno por $4,2 millones. Los vendió 12 años luego, en 2007, por $35 millones cada uno, es decir, $105 millones en total. Un año después, en 2008, compró la finca El Novillero en la vereda Compera de Pacho, Cundinamarca, la cual sigue siendo de su propiedad.
En 2010, después de vender su casa en Cedritos, y cuando llevaba ya seis años como magistrado de la Corte, Tarquino y su esposa compraron el apartamento donde aún residen: un pent house en el exclusivo sector de Santa Bárbara alta, en el norte de Bogotá, de 470 metros cuadrados. Registraron la compra por $900 millones.
Un apartaestudio que hoy puede valer más de $200 millones, una finca en Pacho, Cundinamarca, y un pent house que comparte con su familia, que a precio actual podría costar más de $4.200 millones: esas son las tres propiedades que están en este momento a nombre del exmagistrado Camilo Tarquino, quien por ahora no ha querido dar declaraciones públicas.
Francisco Ricaurte
De los tres, es quien menos tiene propiedades registradas a su nombre. El primer bien que figura a su nombre en registros públicos es un apartamento en el barrio La Cabrera, que está ubicado a dos cuadras del apartamento donde ahora vive el exmagistrado José Leonidas Bustos. Ese apartamento, de 228 metros cuadrados, se compró por $370 millones en 2005, un año después de que Ricaurte llegara a la Sala Laboral de la Corte Suprema.Su segunda adquisición fueron tres lotes seguidos el uno del otro en la vereda Senda de Garagoa, Boyacá. Cada terreno costó $100 millones y están a su nombre desde noviembre de 2010.
Un terreno compuesto por tres lotes, que en 2010 costó $300 millones y un apartamento que hoy podría valer unos $1.400 millones: esas son las dos propiedades que le pertenecen al exmagistrado Francisco Ricaurte, quien hasta ahora solo ha hablado con un medio (la revista Semana) y dijo que esperaría a conocer más detalles del caso en el que resultó implicado para poderse pronunciar. Su última actuación pública había sido postularse para la JEP.