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Javier Ortega, el hincha del Barcelona
A sus 18 años decidió, contra el querer de sus padres, que quería convertirse en periodista. Lo deseaba tanto, que en 2005 retornó a Ecuador procedente de España, donde vivía de vender helados. De la península trajo su afición por el Barcelona y en especial por el astro argentino Leonel Messi.
El diario “El Comercio”, de Ecuador, reseña que en 2010, como estudiante de la Universidad Salesiana, ingresó como pasante a Últimas Noticias (ÚN), en donde escribió sobre ligas barriales. Cubrió campeonatos de Barrionuevo, Atucucho, Bellavista, etc.
“Desde el principio queríamos que se quedara”, cuenta Esteban Ávila, su primer jefe. Un año después integró la plantilla del vespertino, como redactor de Sucesos.
En 2012 pasó al equipo de seguridad de “El Comercio”. Su tesis de pregrado fue un reportaje sobre microtráfico en La Mariscal. Cuatro años después cubrió la última parte del proceso de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc. En 2017 investigó la trama de corrupción de Odebrecht.
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Paúl Rivas, con ADN de fotógrafo
La fotografía es una profesión que heredó de su padre Ángel Rivas, quien fue militar y fotógrafo durante 20 años. En 1999 ingresó al diario “El Comercio” como fotógrafo de temas sociales.
Próximo a cumplir 46 años, Rivas ha ganado siete premios de fotoperiodismo en Ecuador.
Su trabajo también ha sido reconocido en revistas internacionales, como la imagen del volcán El Reventador, tomada en el 2003, que fue calificada por la revista “Gatopardo” como una de las mejores 10 fotografías de ese año en Suramérica.
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Efraín Segarra, el conductor
Durante 16 años ha trasladado en su auto a los periodistas de “El Comercio”. Lo conocen como “Segarrita”.
Tiene 60 años. Es oriundo de Pasaje, en El Oro, pero vive desde su infancia en la capital y es hincha acérrimo del Deportivo Quito. Es el chofer de mayor edad de ese diario.
Su amigo y colega José Simbaña lo llama “Mi Viejito”. “No es sólo por la edad, porque realmente tiene un espíritu joven, sino que siempre me ha tratado de mijo”, cuenta. Su camioneta azul es un reflejo de su personalidad.
Siempre está impecable, adentro no faltan papel higiénico, franela, luces led, agua e iniciales de su nombre pegadas cerca del radio. Sobre el tablero del volante lleva una figura de la Virgen. Sobre el parabrisas colocó un “stiker” que dice “Reina de El Cisne”.
En su carrera profesional tuvo dos percances, en uno de los cuales perdió una oreja al ser atacado por un delincuente.
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