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Este domingo llegaron a la Fiscalía tres de los líderes del partido Farc para visitar al hombre cuya detención puso en jaque las aristas políticas del Acuerdo de Paz: Jesús Santrich. "(A él le enviamos un) mensaje de solidaridad, de apoyo y manifestarle que le hemos solicitado al Gobierno y estamos solicitando a la Fiscalía garantías de seguridad, un debido proceso y un juicio justo", señaló Pablo Catatumbo antes de ingresar al búnker, quien insistió en que este caso es un montaje jurídico y que no hay evidencias concluyentes contra Santrich.
Al salir, Catatumbo expresó: "Encontramos a un Santrich como lo hemos conocido siempre, con mucho ánimo, con mucha determinación, bien de salud y muy convencido de su inocencia, convencido de que pasaremos esta prueba y de que finalmente él estará en capacidad de demostrar su inocencia. Nos dijo que iba a continuar con esa huelga de hambre hasta las últimas consecuencias. No nos manifestó que quisiera morir, de ninguna manera. Le dijimos que era necesario conservar la salud".
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El líder del partido Farc, quien dijo que este episodio tiene el propósito de debilitar a esta colectividad política que derivó del Acuerdo de Paz, insistió en que a Santrich "lo juzgue el juez natural, que es la JEP. Que se respete su proceso. En este momento pudiéramos decir que Santrich está detenido de manera ilegal, no hay proceso contra él. Está detenido por un indictment, por orden de interpol. Hay que esperar que la JEP se pronuncie. En primer lugar, que se demuestre que se cometió un delito, hasta ahora hay la presunción de que se cometió un delito. Creemos que la JEP debe pronunciarse frente a esta violación de procedimiento".
"Estos procesos políticos son mediáticos, pero son los abogados y es en los tribunales donde debe definirse esto", agregó Catatumbo. "(A Santrich) lo vimos bien de salud. Nos pidió que confiáramos en su determinación y en su inocencia. Nosotros estamos dispuestos a enfrentar la situación que se venga".
Catatumbo, además, se refirió al crimen que tiene a Ecuador de luto: el asesinato de tres hombres que pertenecían al diario El Comercio, Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra. "Una barbaridad lo que acaba de hacer ese señor (alias Guacho). Condenamos de manera rotunda el asesinato de los periodistas en el Ecuador". Nunca antes Ecuador había enterrado a periodistas suyos bajo estas circunstancias.
Ortega, reportero, Rivas, fotógrafo y Segarra, conductor, viajaron a la provincia de Esmeraldas (zona fronteriza con Colombia) para cubrir la oleada de violencia que venía sufriendo la región por cuenta de los actos de la disidencia de Guacho, que se autodenominó frente Óliver Sinisterra. El pasado 26 de marzo fueron secuestrados. Al parecer, Guacho pedía el intercambio por tres de sus hombres detenidos en Ecuador, pero el final fue el peor de todos: esta semana se supo, a través de unas fotografías, que los cautivos habían sido ejecutados.
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