Antes de ser presidente, Trump quería hacer negocios en Cuba
El presidente de EE. UU. dijo hoy tras el relevo del poder de Raúl Castro y la llegada de su sucesor, que "nos estamos ocupando de Cuba". Así pensaba Trump de la isla antes de llegar a la Casa Blanca.
Alfred Davies
No se esperan grandes cambios en la relación entre Cuba y Estados Unidos tras la sucesión presidencial en la isla caribeña, con un aliado devoto de Raúl Castro encabezando el Estado cubano y la postura firmemente anticubana de Donald Trump. ¿Pero siempre ha sido así?
Durante su mandato, el presidente estadounidense Donald Trump ha impuesto varias sanciones contra Cuba. Entre los castigos contra La Habana, impuso varias restricciones en el sector de turismo, anulando muchas partes de la política de apertura del expresidente Barack Obama.
Ver más: Nuevo gobierno en Cuba: las mismas (o peores) relaciones con EE. UU.
Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba siguen tensas y, por el momento, no hay señales de que la sucesión presidencial en el Estado comunista pueda mejorar la situación. En una breve visita a los Cayos de Florida este jueves, Trump dijo que se seguirá “ocupando” de Cuba, un país que “amo”.
Esta afición por la isla se pone en evidencia en varias visitas exploratorias de miembros de su equipo antes de su presidencia, desveladas en varios medios estadounidenses.
En 2016, durante su campaña presidencial, la revista estadounidense Newsweek desveló que, en 1998, oficiales de su compañía ‘Trump Hotels & Casino Resorts Inc’ habrían solicitado un viaje a Cuba para explorar oportunidades de negocios en la isla comunista.
En esta época, dado al embargo contra Cuba, cualquier gasto en la isla era prohibido para empresarios estadunidenses. El viaje exploratorio de la compañía de Trump habría costado US$ 68.000, según documentos obtenidos por Newsweek.
Supuestamente, con el conocimiento del actual presidente estadounidense, estos gastos incurridos en la incursión en Cuba de la compañía de Trump habrían pasado por la empresa consultoría ‘Seven Arrows Investment and Development Corp’, cuyos empleados realizaron el viaje a la isla. Con las instrucciones de la empresa consultaría, el negocio de Trump registró la factura del viaje como gastos caritativos para hacerlos pasar por legales.
Ver más: "¡Luego de sesenta años un Castro no será líder de Cuba!"
Durante este viaje, los representantes de la compañía se reunieron con oficiales del gobierno, banqueros y empresarios, con el objetivo de estar preparados para reaccionar a una potencial apertura de relaciones de la parte del entonces presidente Bill Clinton.
En marzo de 1998, Clinton había reanudo vuelos chárteres entre los dos países para ciudadanos estadounidenses con autorización, además de permitir a cubanos residentes en EE. UU. mandar pequeñas cantidades de dinero a sus familiares en Cuba. Trump, en medio de dificultades financieras, vio una oportunidad en esta potencial apertura de relaciones, y preparó su empresa a reaccionar.
Finalmente, el proyecto no vio la luz. Meses más tarde, en su campaña presidencial de 2000 para el ‘Reform Party’, Trump proclamó ante varios disidentes cubanos en Miami que nunca invertiría en Cuba mientras que Fidel Castro lidera el país.
La apertura de Obama y el golf
En 2016, Bloomberg Businessweek reportó que varios ejecutivos y aconsejadores de The Trump Organization, responsables de buscar nuevos campos de golf, viajaron a Cuba a fines de 2012 y a principios de 2013. La organización es dueño de varios campos a lo largo del mundo. Antes de 2015, viajes a Cuba para actividades de negocios (como la construcción de campos de golf) estaban todavía prohibidos.Entre estos aconsejadores, Edward Russo, el consultor medioambiental de Trump para el golf. Russo confirmó a periodistas de Bloomberg Businessweek que había viajado a Cuba una docena de veces entre 2011 et 2016, aunque estos viajes no tuvieran nada que ver con The Trump Organization. ¿El motivo de estos viajes? “La observación de aves y para mirar hábitats”, según dijo Russo a periodistas.
Ver más: "Cuba es más que los hermanos Castro"
En un correo enviado a Bloomsberg, Eric Trump, hijo del actual presidente estadounidense, ofreció una aclaración sobre los intereses de la organización en Cuba: “Durante los últimos 12 meses, varios competidores importantes han buscado oportunidades en Cuba. Aunque no sabemos si Cuba represente una oportunidad para nosotros, es importante entender la dinámica del mercado que nuestros competidores están explorando”.
Aunque haya varias versiones del motivo de los viajes de los empleados de The Trump Organization a Cuba, lo que queda muy claro es que la actitud de Donald Trump hacia la isla caribeña parece cambiar cuando le convenga financiera y políticamente.
Cuando CNN le preguntaron a Trump en 2016 si le interesó la idea de abrir un hotel en Cuba, el actual presidente respondió que “Sí, sí, en el momento justo, cuando se nos permita hacerlo”.
El presidente estadounidense prohibió a 83 hoteles, incluyendo varios que habrían sido competidores de Trump en Cuba, seguir en Cuba, acabando así con la posibilidad de que aprovechen su ausencia en este sector mientras que esté en la Casa Blanca.
No se esperan grandes cambios en la relación entre Cuba y Estados Unidos tras la sucesión presidencial en la isla caribeña, con un aliado devoto de Raúl Castro encabezando el Estado cubano y la postura firmemente anticubana de Donald Trump. ¿Pero siempre ha sido así?
Durante su mandato, el presidente estadounidense Donald Trump ha impuesto varias sanciones contra Cuba. Entre los castigos contra La Habana, impuso varias restricciones en el sector de turismo, anulando muchas partes de la política de apertura del expresidente Barack Obama.
Ver más: Nuevo gobierno en Cuba: las mismas (o peores) relaciones con EE. UU.
Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba siguen tensas y, por el momento, no hay señales de que la sucesión presidencial en el Estado comunista pueda mejorar la situación. En una breve visita a los Cayos de Florida este jueves, Trump dijo que se seguirá “ocupando” de Cuba, un país que “amo”.
Esta afición por la isla se pone en evidencia en varias visitas exploratorias de miembros de su equipo antes de su presidencia, desveladas en varios medios estadounidenses.
En 2016, durante su campaña presidencial, la revista estadounidense Newsweek desveló que, en 1998, oficiales de su compañía ‘Trump Hotels & Casino Resorts Inc’ habrían solicitado un viaje a Cuba para explorar oportunidades de negocios en la isla comunista.
En esta época, dado al embargo contra Cuba, cualquier gasto en la isla era prohibido para empresarios estadunidenses. El viaje exploratorio de la compañía de Trump habría costado US$ 68.000, según documentos obtenidos por Newsweek.
Supuestamente, con el conocimiento del actual presidente estadounidense, estos gastos incurridos en la incursión en Cuba de la compañía de Trump habrían pasado por la empresa consultoría ‘Seven Arrows Investment and Development Corp’, cuyos empleados realizaron el viaje a la isla. Con las instrucciones de la empresa consultaría, el negocio de Trump registró la factura del viaje como gastos caritativos para hacerlos pasar por legales.
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Durante este viaje, los representantes de la compañía se reunieron con oficiales del gobierno, banqueros y empresarios, con el objetivo de estar preparados para reaccionar a una potencial apertura de relaciones de la parte del entonces presidente Bill Clinton.
En marzo de 1998, Clinton había reanudo vuelos chárteres entre los dos países para ciudadanos estadounidenses con autorización, además de permitir a cubanos residentes en EE. UU. mandar pequeñas cantidades de dinero a sus familiares en Cuba. Trump, en medio de dificultades financieras, vio una oportunidad en esta potencial apertura de relaciones, y preparó su empresa a reaccionar.
Finalmente, el proyecto no vio la luz. Meses más tarde, en su campaña presidencial de 2000 para el ‘Reform Party’, Trump proclamó ante varios disidentes cubanos en Miami que nunca invertiría en Cuba mientras que Fidel Castro lidera el país.
La apertura de Obama y el golf
En 2016, Bloomberg Businessweek reportó que varios ejecutivos y aconsejadores de The Trump Organization, responsables de buscar nuevos campos de golf, viajaron a Cuba a fines de 2012 y a principios de 2013. La organización es dueño de varios campos a lo largo del mundo. Antes de 2015, viajes a Cuba para actividades de negocios (como la construcción de campos de golf) estaban todavía prohibidos.Entre estos aconsejadores, Edward Russo, el consultor medioambiental de Trump para el golf. Russo confirmó a periodistas de Bloomberg Businessweek que había viajado a Cuba una docena de veces entre 2011 et 2016, aunque estos viajes no tuvieran nada que ver con The Trump Organization. ¿El motivo de estos viajes? “La observación de aves y para mirar hábitats”, según dijo Russo a periodistas.
Ver más: "Cuba es más que los hermanos Castro"
En un correo enviado a Bloomsberg, Eric Trump, hijo del actual presidente estadounidense, ofreció una aclaración sobre los intereses de la organización en Cuba: “Durante los últimos 12 meses, varios competidores importantes han buscado oportunidades en Cuba. Aunque no sabemos si Cuba represente una oportunidad para nosotros, es importante entender la dinámica del mercado que nuestros competidores están explorando”.
Aunque haya varias versiones del motivo de los viajes de los empleados de The Trump Organization a Cuba, lo que queda muy claro es que la actitud de Donald Trump hacia la isla caribeña parece cambiar cuando le convenga financiera y políticamente.
Cuando CNN le preguntaron a Trump en 2016 si le interesó la idea de abrir un hotel en Cuba, el actual presidente respondió que “Sí, sí, en el momento justo, cuando se nos permita hacerlo”.
El presidente estadounidense prohibió a 83 hoteles, incluyendo varios que habrían sido competidores de Trump en Cuba, seguir en Cuba, acabando así con la posibilidad de que aprovechen su ausencia en este sector mientras que esté en la Casa Blanca.