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Bolivia no descansa desde el pasado lunes. Luego de un anómalo conteo de votos de las elecciones generales, del que se ha denunciado fraude electoral, los bolivianos salieron a las calles, protagonizando violentos enfrentamientos. Mientras tanto, los organismos y gobiernos internaciones piden que el proceso se lleve a cabo con la mayor transparencia posible. Parece, sin embargo, que sea cual sea el resultado, el perdedor no quedará satisfecho.
Una de las primeras reacciones llevó desde la Misión de Observación Electoral (MOE) de la OEA en Bolivia, la cual al revelar en Washington el informe preliminar de los comicios, señaló que con el 96,78% de las actas computadas, el conteo definitivo marca una diferencia de 9,48% entre Evo Morales y Carlos Mesa. "En el caso de que, concluido el cómputo, el margen de diferencia sea superior al 10%, estadísticamente es razonable concluir que será por un porcentaje ínfimo. Debido al contexto y las problemáticas evidenciadas en este proceso electoral, continuaría siendo una mejor opción convocar a una segunda vuelta", señaló.
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Según la ley boliviana, para evitar una segunda vuelta, el candidato ganador necesita un mínimo de 40% de los votos y una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre su más cercano contendor.
"El clima de polarización, la desconfianza en el árbitro del proceso electoral y la falta de transparencia de su accionar, así como la inequidad en la contienda y lo ajustado del desenlace de los comicios, han generado una alta tensión política y social", afirmó el informe.
La MOE instó a que se concluya "con celeridad" el cómputo definitivo. A petición del canciller boliviano, Diego Pary, la OEA aceptó hacer un "análisis de integridad electoral" para evaluar la verificación del conteo y de todo el proceso, así como los aspectos estadísticos y la cadena de custodia. Pero advirtió que las conclusiones deben tener un "carácter vinculante" para todas las partes.
Tensión en las calles
En la ciudad de Santa Cruz, al este de bolivia, se presentaron choques callejeros entre leales y opositores al presidente Evo Morales, los cuales dejaron un saldo preliminar de dos heridos, constató un reportero de la AFP e imágenes de la televisión privada.Puede leer: Estallan incidentes en Bolivia tras cuestionados resultados
Un adulto y un joven recibieron pedradas en la cabeza que les causaron heridas, constató la AFP y el canal de televisión Bolivisión. Los enfrentamientos ocurrieron en un populoso barrio "Plan Tres Mil", leal a Morales, cuando los opositores intentaban presionar el cumplimiento de la huelga decretada por un poderoso comité civil de esa región.
Todo empezó en la madrugada, con la quema de las oficinas del tribunal electoral departamental, como ocurrió entre lunes y martes con similares oficinas en las ciudades de Sucre (sureste), Potosí (suroeste) y Cobija (norte). En varios puntos de Santa Cruz, de unos 2 millones de habitantes, los vecinos cortaron el tráfico vehicular con piquetes de llantas y piedras, como forma de hacer cumplir la huelga.
"Necesitamos tener democracia y libertad, no un gobierno dictador, que uno no puede hablar, no puede decir las cosas porque ya nos meten presos. Queremos libertad para toda Bolivia", señaló a la AFP Sofía Chávez, trabajadora doméstica de 39 años.
En otro punto de la ciudad, José Antonio Arnez, ingeniero de 59 años, también explica las razones de la medida de protesta: "Cuando la Constitución le dice, 'usted, Evo Morales, nunca debió estar en esa papeleta,' es él el que esta haciendo un golpe a la democracia y eso tiene que quedar claro".
La huelga se cumplía parcialmente también en las ciudades de Sucre y Cochabamba (centro), mientras que los reportes de otras ciudades eran incompletos. La situación en La Paz, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo, era de tranquilidad. Los opositores insisten en que el resultado de las elecciones del domingo confirman una segunda vuelta entre Morales y el candidato opositor Carlos Mesa, pero el oficialismo está confiado en que no habrá un balotaje.
Los candidatos insisten en su victoria
Mientras el candidato opositor Carlos Mesa pidió este miércoles a la comunidad internacional que esté vigilante para evitar que el presidente de Bolivia, Evo Morales, convierta al país en una dictadura, el actual mandatario aseguró estar "casi segurísimo" de ganar en primera vuelta la reelección para un cuarto mandato."Que se mantenga vigilante (...) para que no entre en el camino de la dictadura al que quiere llevarnos el presidente Morales", aseveró en un mensaje al pueblo boliviano el opositor Mesa.
El mandatario izquierdista acumula un 46,03% de los votos frente al 37,35% de Mesa, cuando faltan por escrutarse alrededor del 3% de los sufragios válidos nacionales, según datos actualizados del TSE a las 08H25 locales (12H25 GMT). Para evitar la segunda vuelta, necesita un mínimo de 40% de los votos y una ventaja de 10 puntos porcentuales respecto al segundo candidato.
Morales denunció además que "está en proceso un golpe de estado", en aparente referencia a las protestas opositoras y la huelga indefinida anunciada a partir de este miércoles. "Quiero que sepa el pueblo boliviano, que hasta ahora humildemente soportamos para evitar violencia y no hemos entrado en confrontación", sostuvo.
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Como respuesta Mesa difundió un video en el que aseguró: "Claramente nos señaló, a mí como responsable de esa supuesta intención de interrumpir el orden constitucional", dijo el opositor, quien no fue citado expresamente por Morales en su discurso.
El candidato de la alianza Comunidad Ciudadana calificó de "increíble acusación" las palabras del mandatario, porque "si hay alguien que ha roto y rompe sistemáticamente el orden constitucional de Bolivia, se llama Evo Morales".
Al respecto, recordó que el presidente ya se pudo presentar por tercera vez la reelección en 2014 pese a que la Constitución limita a dos consecutivas y ahora concurre a una cuarta a pesar de que en 2016 un referéndum le negó esta posibilidad. El opositor consideró al presidente "un candidato ilegal", que "vulnera el orden constitucional" al controlar todos los poderes del Estado, el ejecutivo que le corresponde pero también el legislativo, judicial y electoral.