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Álvaro Uribe ya se las cantaba al régimen venezolano desde hace más de una década. “Vete al carajo”, le dijo Hugo Chávez al expresidente colombiano en el 2010. Sus múltiples riñas y reconciliaciones acapararon cientos de titulares. De igual forma ocurrió con Andrés Pastrana, cuando alegaba que Chávez tenía vínculos con las Farc. Con Iván Duque, presidente electo de Colombia, parece que las cosas seguirán por el mismo rumbo.
La semana pasada, Duque no sólo acordó con el vicepresidente de EE. UU., Mike Pence, seguir presionando al gobierno de Venezuela, sino que en una entrevista con la agencia Efe confirmó que no nombrará embajador en Caracas.
“Voy a promover la retirada de Colombia de Unasur, una caja de resonancia de la dictadura. Vamos a apoyar la denuncia del secretario general de la OEA, Luis Almagro, para investigar al dictador y sus adláteres por sus crímenes ante la Corte Penal Internacional”, señaló Duque, quien tomará posesión el 7 de agosto.
Duque ya había alzado la voz muy fuerte contra Venezuela cuando, en 2017, interpuso ante la Corte Penal Internacional (CPI) una denuncia contra el presidente venezolano por haber cometido crímenes de lesa humanidad.
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La oposición venezolana le ha mostrado su apoyo incondicional desde antes de las elecciones. Dirigentes como Antonio Ledezma, María Corina Machado, Henrique Capriles, David Smolansky y Gaby Arellano mantuvieron reuniones con representantes del Centro Democrático, quienes se comprometieron a luchar por la libertad plena de Leopoldo López y todos los presos políticos. El 17 de junio, día de la segunda vuelta presidencial, Lilian Tintori advirtió: “Los derechos humanos no tienen fronteras, por eso, este domingo vota por la justicia, la democracia y la libertad. Vota por Duque. El futuro es de todos, ¡vamos, Colombia!”. Su compañera María Corina Machado, amiga de Marta Lucía Ramírez, también comentó: “Venezuela vive en carne propia los estragos del socialismo. ¡Ustedes están a tiempo!”.
En mayo, Pastrana y Uribe se concentraron en la frontera con líderes de oposición para sellar lo que llamaron “una nueva era de la integración definitiva entre Colombia y Venezuela”. En el puente Simón Bolívar, lugar que ha sido testigo de la diáspora, llegaron a un acuerdo: luchar hasta ver libres a los venezolanos.
Desde el exilio, políticos perseguidos, como David Smolansky, pusieron en la agenda el combate de la economía criminal que promueve Maduro para “desestabilizar a la región”. En un encuentro con el candidato Iván Duque, hace unos meses, llegaron a la conclusión de que es urgente la creación de un fondo de cooperación multilateral para ayudar a los venezolanos que huyen del país por la crisis política y humanitaria.
De esa reunión surgió un nuevo compromiso: Duque prometió invertir varios millones de dólares para brindar educación, techo, salud, alimentación y capacitación a los venezolanos que están en condición de desplazamiento. “Mientras la dictadura siga en Venezuela, la migración no va a parar. El fondo de atención humanitaria para los migrantes venezolanos se puede financiar con los US$300 millones que se le iban a pagar a Naciones Unidas por la supervisión del Acuerdo con las Farc. Pero tiene que ir de la mano con la terminación de la dictadura”, explicó Duque en una entrevista.
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Gaby Arellano, quien fue diputada a la Asamblea Nacional y ahora se encuentra solicitando asilo político en Colombia, comenta que la oposición no sólo se acercó a Iván Duque, sino que también estableció buenas relaciones con las campañas de Sergio Fajardo y Germán Vargas Lleras, en donde había más de un venezolano trabajando. “Era inminente estrechar lazos con el Gobierno colombiano, porque —afirma Arellano— cuando se restablezca la democracia en Venezuela se necesitará del apoyo de todos los presidentes para reconstruirla”. Al igual que ella, Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas, respaldó al candidato uribista durante los comicios. Después de las votaciones, Duque sorprendió con un mensaje para los venezolanos: “La causa de ustedes es la causa de todos y vamos a trabajar por la defensa de la democracia para que puedan volver a gozar de sus libertades. El éxito de Venezuela es el éxito de Colombia, y aquí tienen una nación hermana que los quiere y que va a trabajar siempre por su porvenir. ¡Viva Colombia y viva Venezuela!”.
Ledezma se formó en el partido socialdemócrata Acción Democrática (AD), de centro-izquierda, y, aunque después fundó su propio partido, Alianza Bravo Pueblo (ABP), los problemas de Venezuela llevaron a que políticos como él se afiliaran a una oposición que encuentra puntos en común con la derecha que representa Duque. El dirigente, que estuvo preso en Ramo Verde, junto a Leopoldo López, pide desde el exilio a los jefes de Estado que desconozcan públicamente al gobierno de Venezuela.
Antes de llegar a la Casa de Nariño, Duque endurece su discurso con Venezuela, pero para ir a la acción deberá tomar medidas contundentes, entre las cuales podría estar una especie de lista negra, como la Lista Clinton, que pretende confiscar propiedades, congelar cuentas bancarias y bienes, inhabilitar la entrada al territorio y cortar la relación comercial con personas o empresas relacionadas con el chavismo.
La apertura de un corredor humanitario es una de las exigencias más urgentes: miles de venezolanos cruzan diariamente la frontera en búsqueda de medicamentos y comida para sus familiares. Este plan aliviaría los problemas en la frontera y serviría de apoyo para abastecer a quienes se desplazan por este motivo.
Según la Fundación InSight Crime, “las Farc no serán el único dolor de cabeza para Duque, el gobierno de Maduro protege a las disidencias y bandas criminales de Colombia, permitiendo el paso de cocaína”. Recomienda hacerle frente a esta realidad desde un refuerzo de la seguridad en la frontera. Algo que Duque ya contempla, al igual que rechaza cualquier operación armada. “Yo nunca he hablado de propiciar intervenciones militares”, enfatizó Duque, mientras Maduro llama a sus fuerzas armadas a estar en guardia tras las supuestas intenciones de Donald Trump de invadir al país vecino.
Incluso el diputado chavista Pedro Carreño dijo durante una entrevista en televisión que Venezuela está militarmente preparada para enfrentar una eventual invasión de Estados Unidos a su país y que lo haría derribando puentes colombianos.
* Periodista venezolana.