¿Por qué la salida pacífica y negociada es la única opción para Venezuela?

La violenta represión del sábado durante la operación con la que se intentaba hacer llegar las donaciones internacionales a territorio venezolano hace pensar que lo único que queda es el uso de la fuerza, tal como lo sugirió el autonombrado presidente encargado, Juan Guaidó. Sin embargo, sería la peor solución a una crisis que afecta de forma directa a Colombia.

redacción internacional
25 de febrero de 2019 - 02:00 a. m.
Los venezolanos que intentaron ingresar las donaciones se mantienen pendientes de las órdenes de Juan Guaidó. / Cristian Garavito - El Espectador
Los venezolanos que intentaron ingresar las donaciones se mantienen pendientes de las órdenes de Juan Guaidó. / Cristian Garavito - El Espectador
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A pesar de la represión del sábado en Venezuela, de la quema de parte de la ayuda internacional y de los violentos hechos contra la comunidad indígena en la frontera con Brasil, la intervención militar en territorio venezolano sería la peor salida a la crisis.

Aunque desde Estados Unidos se escuchan voces que sugieren que ese sería el siguiente paso y que hasta el mismo Juan Guaidó, a quien más de 50 países reconocen como el presidente encargado de Venezuela, sugirió el uso de la fuerza, analistas opinan que esta es una salida que se debe evitar.

Tras la fallida operación para pasar a territorio venezolano la asistencia donada por Estados Unidos y sus aliados, Guaidó pidió ayer a la comunidad internacional dejar “abiertas todas las opciones para lograr la liberación”. Lo mismo hizo su embajador ante el Grupo de Lima, Julio Borges: “Vamos el lunes, junto al presidente Guaidó, a la reunión del Grupo de Lima a presentar posiciones firmes que signifiquen una escalada en medidas diplomáticas, políticas y de uso de la fuerza en contra del régimen”. Mike Pompeo, secretario de Estado de la administración de Donald Trump también amenazó. Aseguró el domingo que Maduro tiene los días contados tras los disturbios registrados el sábado: “Las predicciones son difíciles. Elegir los días exactos es difícil”.

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El presidente colombiano, Iván Duque, sin embargo, dijo que el Grupo de Lima, que se reunirá este lunes en Bogotá, y que contará con la presencia del jefe del Parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, y el vicepresidente de EE. UU., Mike Pence, debe “arreciar” el cerco diplomático a Nicolás Maduro, sin dejarse llevar de “discursos belicistas”. Pero el cerco diplomático ya parece haber llegado a su tope. Colombia reconoce a Guaidó como el presidente y ya ordenó el regreso de todo su personal consular al país, tras la ruptura de relaciones diplomáticas con Colombia por parte del presidente Maduro.

Arlene B. Tickner, profesora de la Universidad del Rosario y columnista de El Espectador explica que aunque en Washington no hay, por el momento, un clima para otra intervención o guerra, todo está cambiando rápidamente. “Un cerco diplomático mayor no existe, ya EE. UU. aplicó la decisión más grave que era sancionar a PDVSA. Hay halcones del lado venezolano, colombiano y estadounidense que ven la salida militar como la más deseable y con lo ocurrido el sábado estamos lastimosamente más cerca de esa posibilidad. Estados Unidos podría estar más cerca que antes de tomar esa salida”, explica.

Sin embargo, dentro del Grupo de Lima la salida militar tiene pocos amigos. El bloque, creado en 2017 para promover una salida a la crisis, se reunió por última vez el 4 de febrero. Entonces, 11 de los 14 países integrantes pidieron un cambio “pacífico” de gobierno y llamaron a los militares a reconocer a Guaidó y permitir la entrada de ayuda. México se aisló del grupo al igual que Uruguay, que conformaron con la Unión Europea el Grupo de Contacto Internacional para Venezuela, que ya está en Caracas buscando una solución.

Pero los llamados a salidas militares suenan por todas partes. Más desde los hechos del sábado. Por eso, el ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, también salió al paso ayer. Advirtió que España no apoyaría una intervención militar extranjera en Venezuela. “No todas las posiciones están sobre la mesa. Hemos advertido claramente que no apoyaríamos y condenaríamos firmemente cualquier intervención militar extranjera, que esperamos que no se produzca”, dijo a Efe Borrell. Incluso Chile, miembro del Grupo de Lima y cuyo presidente, Sebastián Piñera, ha sido uno de los que más presión diplomática hace a Nicolás Maduro, también reiteró que la posición de su país es pacífica. “Chile no está disponible para otro tipo de alternativa”, señaló el Canciller, Roberto Ampuero.

¿Quiénes están promoviendo una salida militar? En Estados Unidos, Marco Rubio, senador por Florida, y Elliot Abrams, enviado de Trump a Venezuela, han mencionado esta como la única salida, al igual que las voces más radicales de la oposición venezolana, que pareciera estar detrás de Guaidó. El viernes el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció una injerencia de EE. UU. en la declaración que emitirá hoy el Grupo de Lima en Bogotá.

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Rodríguez aseguró que el texto contiene un párrafo que “condena la acción deliberada” del gobierno de Maduro “en caso de que no pueda operar canal humanitario” mañana 23 de febrero. “Añade que el gobierno de Venezuela está ‘poniendo en riesgo la vida e integridad de los venezolanos’, llama a ‘reconstruir el Estado’, a una ‘conferencia internacional’ con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y elimina la mención a una ‘transición pacífica sin el uso de la fuerza’” en el país suramericano.

La Cancillería colombiana emitió un comunicado en el que señala que “la reunión tiene como objetivo adoptar una declaración que contribuirá a continuar creando las condiciones para que haya y democracia en Venezuela”.

“Maduro le está apostando al desgaste, a ganar tiempo. El régimen tiene una retórica acostumbrada a la resistencia, el tiempo juega a su favor, en cambio los presidentes de la región, con excepción de Colombia que no puede sacar de su agenda a Venezuela por la migración y otros efectos de la crisis, se pueden cansar, todos tienen problemas internos en sus países que tienen que abordar. ¿Qué juega en contra de Maduro? Las sanciones”, explica Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.

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La salida pacífica y el diálogo son la única opción. El gobierno de Maduro lo sabe y por eso está en contacto con Elliot Abrams, enviado especial de Trump, y también con varios países de la Unión Europea que promueven las elecciones como la mejor solución. “Están buscando un interlocutor legítimo, que puede ser México o un país europeo, para acordar una fecha (así sea lejana) de elecciones, una alternativa que Guaidó acepte. Maduro no va a renunciar, ni a entregarse ni a rendirse a pesar de todo lo que está pasando”, agrega Rodríguez.

“Lo que pasó el sábado no fue el mejor desenlace para Guaidó y la oposición. No se ven cerca de hacer que caiga el régimen y casi todos, salvo unos cuantos militares que se entregaron, le siguen siendo fieles a Maduro. Triunfaron en grande en términos publicitarios, porque forzaron al líder chavista a una violencia moralmente injustificable. Fotos de camiones quemados son un símbolo poderoso para que la oposición consiga más respaldo. Pero la solución final no se ve cerca, la oposición necesita ahora un plan C que no sea militar y que incluya elecciones libres”, dice Adam Isacson, de Wola.

Por redacción internacional

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