“Rafael Correa está sufriendo las consecuencias de sus actos”: Fernando Balda
El secuestro del político ecuatoriano ocurrido en 2012 tiene en aprietos a Rafael Correa en su país. En entrevista con El Espectador, Balda habla sobre la orden de prisión en contra del expresidente y lo que espera del juicio.
Jesús Mesa
Si Rafael Correa, expresidente de Ecuador, quisiera viajar al país que gobernó por diez años no podría hacerlo, a menos de que quisiera ir preso. Sobre el exmandatario pesa una orden de captura, emitida este año por una jueza, por haber incumplido con unas diligencias judiciales en el marco de la investigación que lo involucra a él en el secuestro del político ecuatoriano Fernando Balda, ocurrido en Bogotá en agosto de 2012.
Balda, quien luego del secuestro fue deportado a Ecuador ese mismo año, se encuentra en medio de un pleito judicial con Correa, a quien acusa de haber planeado su secuestro para llevarlo a su país y encarcelarlo. En entrevista con El Espectador, el político ecuatoriano habla de las pruebas que tiene en contra de Correa y por qué cree que el expresidente es víctima del sistema judicial que él mismo modificó.
¿Por qué dice usted que la orden de secuestrarlo vino de Rafael Correa?
Antes que nada, debo decir que yo inicié mi carrera junto al presidente Correa como asesor del presidente del Banco Nacional de Fomento. Durante ese tiempo me hice cercano a los círculos del presidente y aprovechando mi relación con Correa le presenté unos audios que me causaron preocupación. Allí empezaron mis problemas con él.
¿Cuál fue el motivo de su ruptura con Correa?
Por el año 2008, yo le denuncié a Correa unas grabaciones en donde se escuchaba hablar al exsecretario de gobierno, José Ignacio Chauvin —mano derecha del entonces ministro de gobierno, Gustavo Larrea—, sobre una labor de espionaje en contra de los hermanos del presidente. Él se alarmo, aunque no tomó ninguna decisión frente a eso. Pero luego el círculo cercano al presidente me empezó a hostigar.
(Puede leer: Cinco puntos para entender por qué Rafael Correa puede ir a prisión)
¿Qué decían esas grabaciones?
En los audios se puede escuchar un plan para buscar recursos para apoyar a la campaña de Correa. Allí se nombran a unos empresarios de apellido Ostaiza Amay, que terminaron siendo narcotraficantes y colaboradores de las Farc, según los computadores de Raúl Reyes. Correa sabía de la gravedad de lo dicho en esas grabaciones y por eso fue que me volví incómodo para el presidente.
¿Por qué emigra usted a Colombia?
Después del episodio de los audios yo me convertí en un crítico feroz del presidente y hablaba en diferentes medios de comunicación sobre casos de corrupción en su gobierno. Por esta razón, a mí me acusan de injuria y calumnia y de atentar contra la seguridad nacional y no tuve más remedio que emigrar.
¿Qué pruebas tiene de que Correa fue quien ordenó secuestrarlo?
Durante un foro privado en 2012 organizado en Medellín, en el que participaron figuras como por ejemplo el expresidente Uribe, asistió un señor llamado Raúl Chicaiza, de origen ecuatoriano, que terminó siendo un agente encubierto de Correa. Chicaiza se reunió conmigo y le informó al presidente de mis actividades, según su propia confesión. Estaban planeando la forma de llevarme de nuevo a Ecuador.
(Le recomendamos: Rafael Correa: el hombre más buscado de Ecuador)
¿Por qué dice esto?
Porque poco después de que me reúno con Chicaiza me hacen un operativo y me llevan a las oficinas de Migración con el objetivo de deportarme. Como yo salí huyendo de Ecuador nunca sellé mi pasaporte, pero yo contaba con documentos que avalaban mi estadía en Colombia como perseguido político. Allí revisaron mi expediente y vieron que yo tenía todo en regla, por lo que no pudieron deportarme. Pero un mes después me secuestran.
¿Qué recuerda de su secuestro?
El 13 de agosto a las nueve de la noche un carro me intercepta en el barrio Cedritos, en el norte de Bogotá, y cuatro personas me suben a la fuerza. El secuestro se frustró luego de que alguien llamara a la Policía, que media hora después logró frustrar el operativo. Cuando terminó todo yo estaba cerca a la zona de Guaymaral, en donde, tengo entendido, querían eliminarme.
¿Cuál fue el papel de Chicaiza?
Luego de que se frustrara mi secuestro capturaron a varios de los implicados, quienes confesaron que quien los había contratado había sido Raúl Chicaiza. El hombre les había ofrecido US$800 a cada uno por la operación. De hecho, según la confesión de Chicaiza ante la jueza Daniela Camacho, Correa lo llamó por teléfono en dos ocasiones, antes y después del operativo fallido, para preguntarle cómo había salido todo.
(Le puede interesar: El caso que puede llevar al expresidente Rafael Correa a la justicia)
¿Y por qué después de tantos años la investigación vuelva a abrirse?
Después de asumir, el presidente Lenin Moreno ordena la desclasificación de cualquier expediente con mi nombre y encuentran un documento denominado “Operación Guayacán”, en el que se narraba la infiltración de Chicaiza en el foro de Medellín, en el que yo iba a estar y los objetivos, que eran saber de mis actividades y de mi ubicación.
Pero Correa dice que esto es parte de un montaje para verlo preso…
Eso lo ha dicho para descalificarme, pero lo cierto es que Correa se contradice una y otra vez. Luego del foro de 2012, Correa dijo en su programa matutino que se había enterado de que el expresidente Uribe y algunos compatriotas estaban conspirando contra su gobierno. Pero ¿cómo lo supo si el foro era privado? Además, este año Correa dijo que nunca ordenó una operación de espionaje en mi contra, pero luego su asesor de seguridad Rommy Vallejo confirmó que sí hubo tal operación y que fue ordenada por el presidente. de la República para informar de mis actividades y mi ubicación. Entonces Correa cambia su versión y dice que sí , que sí ordenó algo contra mí, pero porque yo era un problema de seguridad nacional…
¿Por qué cree que Rommy Vallejo cambia su versión?
Vallejo sabía que nosotros teníamos los documentos que confirmaban los viáticos con los que se financió la “Operación Guayacán”, cuyo objetivo era el de infiltrar personal de seguridad ecuatoriano en el foro de Medellín y de informar sobre mi paradero. Mi defensa tenía los registros migratorios y los videos que confirmaban nuestra versión. Entonces Vallejo prefiere confesar que estaba haciendo su trabajo a que se le meta en la investigación del secuestro.
(Puede leer: Expresidente Rafael Correa, ¿cerca de ir a la cárcel? )
¿Correa se someterá a la justicia?
No creo, porque Rafael Correa está sufriendo las consecuencias de sus propios actos. El expresidente es víctima del aparato de justicia que él se encargó de deformar cuando estuvo en el poder. Los fiscales a cargo del caso han concordado en que las pruebas son suficientes para llamarlo a juicio, al igual que los jueces. Correa no se quiso presentar en la audiencia de vinculación porque, según su abogado, estaba muy ocupado para presentarse cada 15 días en el consulado de Bruselas, en Bélgica. Pero por ese despotismo ante la justicia fue que se pidió la prisión preventiva, como a cualquier ciudadano que incumple una orden judicial.
¿Usted quiere ver a Correa preso?
Mire, luego de mi secuestro yo fui deportado, sin ninguna justificación, por parte del Gobierno colombiano. Al llegar a Ecuador pagué una pena de dos años y medio de prisión por cargos que no lo ameritaban y se me negaron todas mis garantías. Yo no deseo que vaya preso, yo solo quiero que tenga un juicio justo como el que yo no tuve y que pague por lo que hizo. Es clave que el proceso se haga con todas las garantías, para que luego no vaya a haber inconvenientes con una posible nulidad por negársele el debido proceso.
JESÚS MESA
jmesa@elespectador.com
Twitter: @JesusMesa
Si Rafael Correa, expresidente de Ecuador, quisiera viajar al país que gobernó por diez años no podría hacerlo, a menos de que quisiera ir preso. Sobre el exmandatario pesa una orden de captura, emitida este año por una jueza, por haber incumplido con unas diligencias judiciales en el marco de la investigación que lo involucra a él en el secuestro del político ecuatoriano Fernando Balda, ocurrido en Bogotá en agosto de 2012.
Balda, quien luego del secuestro fue deportado a Ecuador ese mismo año, se encuentra en medio de un pleito judicial con Correa, a quien acusa de haber planeado su secuestro para llevarlo a su país y encarcelarlo. En entrevista con El Espectador, el político ecuatoriano habla de las pruebas que tiene en contra de Correa y por qué cree que el expresidente es víctima del sistema judicial que él mismo modificó.
¿Por qué dice usted que la orden de secuestrarlo vino de Rafael Correa?
Antes que nada, debo decir que yo inicié mi carrera junto al presidente Correa como asesor del presidente del Banco Nacional de Fomento. Durante ese tiempo me hice cercano a los círculos del presidente y aprovechando mi relación con Correa le presenté unos audios que me causaron preocupación. Allí empezaron mis problemas con él.
¿Cuál fue el motivo de su ruptura con Correa?
Por el año 2008, yo le denuncié a Correa unas grabaciones en donde se escuchaba hablar al exsecretario de gobierno, José Ignacio Chauvin —mano derecha del entonces ministro de gobierno, Gustavo Larrea—, sobre una labor de espionaje en contra de los hermanos del presidente. Él se alarmo, aunque no tomó ninguna decisión frente a eso. Pero luego el círculo cercano al presidente me empezó a hostigar.
(Puede leer: Cinco puntos para entender por qué Rafael Correa puede ir a prisión)
¿Qué decían esas grabaciones?
En los audios se puede escuchar un plan para buscar recursos para apoyar a la campaña de Correa. Allí se nombran a unos empresarios de apellido Ostaiza Amay, que terminaron siendo narcotraficantes y colaboradores de las Farc, según los computadores de Raúl Reyes. Correa sabía de la gravedad de lo dicho en esas grabaciones y por eso fue que me volví incómodo para el presidente.
¿Por qué emigra usted a Colombia?
Después del episodio de los audios yo me convertí en un crítico feroz del presidente y hablaba en diferentes medios de comunicación sobre casos de corrupción en su gobierno. Por esta razón, a mí me acusan de injuria y calumnia y de atentar contra la seguridad nacional y no tuve más remedio que emigrar.
¿Qué pruebas tiene de que Correa fue quien ordenó secuestrarlo?
Durante un foro privado en 2012 organizado en Medellín, en el que participaron figuras como por ejemplo el expresidente Uribe, asistió un señor llamado Raúl Chicaiza, de origen ecuatoriano, que terminó siendo un agente encubierto de Correa. Chicaiza se reunió conmigo y le informó al presidente de mis actividades, según su propia confesión. Estaban planeando la forma de llevarme de nuevo a Ecuador.
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¿Por qué dice esto?
Porque poco después de que me reúno con Chicaiza me hacen un operativo y me llevan a las oficinas de Migración con el objetivo de deportarme. Como yo salí huyendo de Ecuador nunca sellé mi pasaporte, pero yo contaba con documentos que avalaban mi estadía en Colombia como perseguido político. Allí revisaron mi expediente y vieron que yo tenía todo en regla, por lo que no pudieron deportarme. Pero un mes después me secuestran.
¿Qué recuerda de su secuestro?
El 13 de agosto a las nueve de la noche un carro me intercepta en el barrio Cedritos, en el norte de Bogotá, y cuatro personas me suben a la fuerza. El secuestro se frustró luego de que alguien llamara a la Policía, que media hora después logró frustrar el operativo. Cuando terminó todo yo estaba cerca a la zona de Guaymaral, en donde, tengo entendido, querían eliminarme.
¿Cuál fue el papel de Chicaiza?
Luego de que se frustrara mi secuestro capturaron a varios de los implicados, quienes confesaron que quien los había contratado había sido Raúl Chicaiza. El hombre les había ofrecido US$800 a cada uno por la operación. De hecho, según la confesión de Chicaiza ante la jueza Daniela Camacho, Correa lo llamó por teléfono en dos ocasiones, antes y después del operativo fallido, para preguntarle cómo había salido todo.
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¿Y por qué después de tantos años la investigación vuelva a abrirse?
Después de asumir, el presidente Lenin Moreno ordena la desclasificación de cualquier expediente con mi nombre y encuentran un documento denominado “Operación Guayacán”, en el que se narraba la infiltración de Chicaiza en el foro de Medellín, en el que yo iba a estar y los objetivos, que eran saber de mis actividades y de mi ubicación.
Pero Correa dice que esto es parte de un montaje para verlo preso…
Eso lo ha dicho para descalificarme, pero lo cierto es que Correa se contradice una y otra vez. Luego del foro de 2012, Correa dijo en su programa matutino que se había enterado de que el expresidente Uribe y algunos compatriotas estaban conspirando contra su gobierno. Pero ¿cómo lo supo si el foro era privado? Además, este año Correa dijo que nunca ordenó una operación de espionaje en mi contra, pero luego su asesor de seguridad Rommy Vallejo confirmó que sí hubo tal operación y que fue ordenada por el presidente. de la República para informar de mis actividades y mi ubicación. Entonces Correa cambia su versión y dice que sí , que sí ordenó algo contra mí, pero porque yo era un problema de seguridad nacional…
¿Por qué cree que Rommy Vallejo cambia su versión?
Vallejo sabía que nosotros teníamos los documentos que confirmaban los viáticos con los que se financió la “Operación Guayacán”, cuyo objetivo era el de infiltrar personal de seguridad ecuatoriano en el foro de Medellín y de informar sobre mi paradero. Mi defensa tenía los registros migratorios y los videos que confirmaban nuestra versión. Entonces Vallejo prefiere confesar que estaba haciendo su trabajo a que se le meta en la investigación del secuestro.
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¿Correa se someterá a la justicia?
No creo, porque Rafael Correa está sufriendo las consecuencias de sus propios actos. El expresidente es víctima del aparato de justicia que él se encargó de deformar cuando estuvo en el poder. Los fiscales a cargo del caso han concordado en que las pruebas son suficientes para llamarlo a juicio, al igual que los jueces. Correa no se quiso presentar en la audiencia de vinculación porque, según su abogado, estaba muy ocupado para presentarse cada 15 días en el consulado de Bruselas, en Bélgica. Pero por ese despotismo ante la justicia fue que se pidió la prisión preventiva, como a cualquier ciudadano que incumple una orden judicial.
¿Usted quiere ver a Correa preso?
Mire, luego de mi secuestro yo fui deportado, sin ninguna justificación, por parte del Gobierno colombiano. Al llegar a Ecuador pagué una pena de dos años y medio de prisión por cargos que no lo ameritaban y se me negaron todas mis garantías. Yo no deseo que vaya preso, yo solo quiero que tenga un juicio justo como el que yo no tuve y que pague por lo que hizo. Es clave que el proceso se haga con todas las garantías, para que luego no vaya a haber inconvenientes con una posible nulidad por negársele el debido proceso.
JESÚS MESA
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