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Los "chalecos amarillos", un movimiento de protesta que surgió en Francia para rechazar el aumento del impuesto a los carburantes parece haber contagiado a los belgas. En Bélgica, el movimiento de los "chalecos amarillos" llegó a Bruselas. Sin embargo, una semana antes aparecieron en la región belga de Valonia, donde la policía detuvo a decenas.
Ayer cerca de 300 personas se manifestaron en Bruselas. La policía detuvo a unas 60 personas por transportar objetos prohibidos como cúters, bengalas de humo o bombas lacrimógenas, indicó a la AFP una portavoz policial.
Las primeras detenciones, con incautación de objetos, se produjeron a primera hora de mañana, cuando pequeños grupos se dirigían hacia el principal punto de encuentro.
La encrucijada es además un punto neurálgico del tráfico rodado, situado entre el barrio europeo y la oficina del primer ministro belga Charles Michel.
Ver más: ¿Quiénes son los chalecos amarillos y por qué protestan?
La manifestación recorrió a continuación las calles del dentro al grito de "¡El pueblo somos nosotros, Charles Michel estás acabado'" e intentó acercarse a los edificios oficiales, protegidos por cordones policiales.
El lunes, un 'youtuber' belga Gary Ducran decidió anular la concentración que había convocado el viernes a través de Facebook, a causa de las "importantes" exigencias impuestas por la policía para su celebración.
Hoy marchas en Francia
El ministro del Interior de Francia, Christophe Castaner, anunció que reservará el sábado los Campos Elíseos de París a los peatones y que habrá "sistemáticos" controles de identidad, ante la prevista manifestación de los "chalecos amarillos"."Los Campos Elíseos estarán abiertos a los peatones con un dispositivo muy estricto en todos los accesos (...) Podrán entrar, pero habrá controles de identidad, se registrarán los bolsos", explicó el ministro, quien quiere evitar nuevos incidentes como los del pasado sábado, cuando hubo enfrentamientos entre algunos manifestantes y las fuerzas del orden.
Ver más: Los chalecos amarillos, pesadilla de Macron, lo persiguen hasta Argentina
Representantes del movimiento contra la subida de los carburantes se reunieron con el Gobierno francés por primera vez el pasado martes y estaba previsto que tuvieran una entrevista con el primer ministro francés, Edouard Philippe. Pero la citra fue fallida.
Dos miembros de los "chalecos amarillos" acudieron al Palacio de Matignon, residencia oficial del primer ministro, pero uno lo hizo con media hora de retraso y el segundo accedió por una entrada discreta para no ser visto por la nube de periodistas que los esperaba a la entrada.
"No represento a nadie, o al menos no más que otros", dijo uno de ellos que denunció haber recibido "presiones" y "amenazas" de otros "chalecos amarillos" para no asistir y que prefirió no prolongar la discusión con el Gobierno "para no traicionar a nadie".
El segundo representante, cuya identidad no fue revelada, dialogó durante más de una hora con Philippe y el ministro de la Transición Ecológica, François de Rugy -que ya se había reunido el martes pasado con otros dos portavoces-, en un encuentro "útil, respetuoso y franco", según el jefe del Gobierno.
Ese grupo empezó a movilizarse contra la subida de los impuestos al carburante, que el Gobierno francés aplica para financiar la transición energética, pero las demandas ahora incluyen la reclamación de medidas contra la disminución del poder adquisitivo de las clases medias rurales.
A pesar de los disturbios del pasado sábado en los Campos Elíseos, el movimiento tiene aún un notable apoyo ciudadano en Francia, del 75 % según las encuestas.
Antes de recibir a los "chalecos amarillos", Philippe se había reunido con representantes de los principales sindicatos del país y otras asociaciones, que solicitaron una respuesta concreta para acabar con esta crisis.
Pese al anuncio de Macron esta semana de adaptar los impuestos sobre carburantes al precio del petróleo o aumentar las primas de reconversión de vehículos contaminantes, el Gobierno se ha mantenido firme en su decisión de aumentar de nuevo a partir de enero las tasas al diesel y la gasolina en 6 y 3 céntimos, respectivamente.
La anulación de este gravamen es actualmente la principal exigencia del colectivo, que mantiene la manifestación de este sábado en los Campos Elíseos, como el sábado pasado, cuando se produjeron altercados con las fuerzas del orden.