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Al dirigirse a la cumbre del G20, el presidente francés Emmanuel Macron pudo haber esperado un respiro de las protestas en casa, donde los manifestantes han adoptado chalecos amarillos como su emblema.
Pero al bajarse de su avión en Buenos Aires el miércoles, la primera persona que vio -un empleado del aeropuerto- estaba vestida con una de estas prendas de alta visibilidad.
Los chalecos amarillos, la vestimenta altamente visible utilizada por los trabajadores de los servicios de emergencia, se han convertido en un símbolo de las cada vez más enérgicas protestas en Francia, desatadas por un incremento en los impuestos al combustible.
Ver más: ¿Quiénes son los chalecos amarillos y por qué protestan en Francia?
Macron espera reducir las emisiones de carbono y enfrentar el reto a largo plazo del cambio climático, pero los manifestantes aseguran que las familias de bajos ingresos son las más afectadas.
Un movimiento popular
Dos de cada tres franceses apoyan las protestas de los "chalecos amarillos" contra el incremento del precio de los carburantes, según dos encuestas publicadas este miércoles.Además ocho de cada diez estiman que las medidas anunciadas por el presidente Emmanuel Macron para limitar el impacto de la subida prevista para el 1 de enero son "insuficientes".
Esta encuesta Opinion Way, realizada para LCI, RTL y Le Figaro, muestra un apoyo constante de los franceses a estas manifestaciones cuyo balance se eleva a dos muertos y cerca de 600 heridos en once días de protestas y bloqueos de carreteras.
Ver más: Protestar con chaleco amarillo
Una encuesta Elabe para la cadena BFMTV publicada este miércoles muestra incluso que la popularidad de los "chalecos amarillos" crece entre la opinión pública. En total, 75% de los encuestados (+5% en una semana) secunda o siente simpatía por el movimiento.
Asimismo, la mayoría de los encuestados considera que las medidas anunciadas el martes por Macron para intentar calmar la cólera de los manifestantes son insuficientes.
También dijo que lanzará una gran consulta nacional durante los tres próximos meses para elaborar una hoja de ruta para ayudar a Francia a pasar a una economía de bajas emisiones de carbono sin penalizar a las familias de bajos ingresos.
Ver más: Pese a protestas, Macron insiste en aumento a impuestos
Sin embargo, el mandatario centrista se negó a dar marcha atrás en el aumento del impuesto a los carburantes, que entrará en vigor el próximo año, alegando que es una medida necesaria para luchar contra la contaminación y el calentamiento global.
Aunque inicialmente se centró en un rechazo al aumento de la fiscalidad de los carburantes, el movimiento de los "chalecos amarillos" se ha extendido hasta convertirse en un movimiento contra la pérdida del poder adquisitivo, los impuestos considerados excesivos y las pensiones insuficientes.