Pedro Sánchez, nuevo presidente de España

El líder socialista consiguió los apoyos suficientes para forzar la salida del presidente español Mariano Rajoy tras un escándalo de corrupción.

Jesús Mesa
01 de junio de 2018 - 12:01 p. m.
Pedro Sánchez es el primer presidente que llega al poder tras una moción de censura, y también el primero que es investido sin ser diputado. / AFP
Pedro Sánchez es el primer presidente que llega al poder tras una moción de censura, y también el primero que es investido sin ser diputado. / AFP

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“Esto no es una trama del Partido Popular, es una trama contra el Partido Popular”, estas fueron las palabras que dijo en 2009 el entonces líder de ese partido, Mariano Rajoy, al ser notificado de una investigación en contra de la colectividad por actos de corrupción. Nueve años después, el hoy destituído presidente del gobierno español carga esas palabras como una cruz, pues el PP fue encontrado culpable de haber participado en el entramado de corrupción más grande de la historia reciente de España.

La decisión de la Audiencia Nacional española de condenar a exfuncionarios del PP por el llamado Caso Gürtel, en el cual se investiga una red de contratos amañados entre empresarios y cargos del PP desde 1999 hasta 2005, tuvo una repercusión política inmediata. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), encabezado por su líder, Pedro Sánchez, convocó a una moción de censura en contra del mandatario, con el objetivo de removerlo del Palacio de la Moncloa.

La audiencia en contra de Rajoy comenzó ayer, poco después de que Sánchez lograra el apoyo de 180 de los 350 diputados del Parlamento español. Antes de este logro, las cuentas de los analistas políticos en España hablaban de un apoyo de 151 votos para los socialistas, que incluían los votos de los diputados del partido de izquierda Podemos. Los votos de los nacionalistas vascos y catalanes estaban en juego.

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Pero  Sánchez movió sus fichas y consiguió lo impensado: la adhesión de los grupos independentistas, con los que alcanzó votos de sobra para obligar a Mariano Rajoy a salir del poder.

Así, con el respaldo de la Cámara garantizado, Pedro Sánchez será investido por el Congreso y el rey podrá firmar el decreto de su nombramiento como presidente del gobierno.

La jugada maestra de Sánchez, de acuerdo con Mario Aller San Millán, profesor español de las universidades Javeriana y Sergio Arboleda, estuvo en garantizarles a estos grupos que el presupuesto general propuesto por el PP se mantuviera.

“En estos presupuestos, Rajoy les había garantizado bonos por 500 millones de euros, así que con su decisión de no modificarlos, los vascos se libran de Rajoy y se quedan con el dinero”, dice.

Sánchez, de 46 años, se convierte en el primer presidente del gobierno español en no haber sido elegido popularmente. La moción de censura, lejos de la negatividad que su nombre sugiere, es un procedimiento que debe ser siempre constructivo.

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Ello quiere decir que uno de los requisitos imprescindibles que debe reunir es el de la presentación de un candidato a la presidencia del gobierno, que en este caso sería Pedro Sánchez, secretario general del PSOE.

“Su permanencia al frente de la presidencia del gobierno es dañina, y es un lastre no sólo para España sino para su partido”, le dijo Sánchez a Rajoy en los debates de la mañana de este jueves, dominados por duros cruces de acusaciones entre ambos.

Rajoy, por su parte, señaló a Sánchez de que su ambición e incapacidad electoral fueran la única causa de la moción, trató de imponer su propia versión de la sentencia de Gürtel y puso en marcha el ventilador de la corrupción para embarrar al PSOE en su caída, pero la decisión por parte del Parlamento ya estaba tomada.

El ave fénix

Derrotado en las últimas dos elecciones y luego expulsado del liderazgo de su partido antes de regresar por la puerta grande, Pedro Sánchez ganó una apuesta arriesgada para alcanzar el poder en España.

“Rajoy ya forma parte de un tiempo pasado al que este país está a punto de pasar página, y lo que conviene a España es mirar al futuro sin miedo”, expresó este jueves durante su aplaudida intervención en la sesión convocada por él mismo en el Parlamento español.

Nacido el 29 de febrero de 1972 en Madrid, Sánchez creció en una familia acomodada, de padre empresario y madre funcionaria. Al tiempo que le dedicaba muchas horas al baloncesto (mide 1,90 m) estudió Economía, primero en su ciudad y luego en Bruselas. Además es un hincha acérrimo del Club Atlético de Madrid.

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Amante de la política desde joven, según sus compañeros de clase, fue concejal y luego diputado. Sánchez se mostraba como la cara de la renovación del PSOE, que venía desgastado por los dos periodos de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Propulsado en 2014 a encabezar un PSOE debilitado gracias a las  primarias del partido, llegó segundo por detrás de Mariano Rajoy en las elecciones presidenciales de diciembre de 2015.

Después de la elección, Sánchez intentó formar un gobierno de coalición con los partidos emergentes de Podemos y Ciudadanos, pero la iniciativa fracasó, algo que un año después se vio reflejado en las urnas.

En la repetición de elecciones en junio de 2016, el PSOE registró su peor votación desde el restablecimiento de la democracia española en 1977. Los malos resultados hicieron que Sánchez fuese expulsado por una rebelión interna de su partido, que lo culpaba del fracaso del PSOE en los comicios de ese año.

Pero 2017 marcó el inicio de su meteórico regreso. Volvió al PSOE luego de ser elegido secretario general, el más joven en la historia de ese movimiento político, y lo hizo de manera apabullante, con 46 % de apoyo por parte de sus copartidarios.

El caso Gürtel fue la excusa perfecta que encontró Sánchez para recuperar el protagonismo perdido. La moción de censura, que algunos calificaron de apresurada, fue audaz, pues, como lo dijo el editorial de El País, “Sánchez ha vuelto. No como fusible de una crisis, ni como presidente accidental, sino con las ambiciones de quedarse”.

@JesusMesa

Por Jesús Mesa

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