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Varios grafitis con la palabra nazis fueron descubiertos este lunes en vehículos y en las instalaciones de un comedor de caridad en la localidad alemana de Essen, luego de que el establecimiento decidiera no aceptar más extranjeros.
En señal de protesta, el responsable de la asociación Jörg Sartor dijo que no limpiaría los grafitis de inmediato para "que todo el mundo pueda verlos".
La polémica decisión de este comedor popular de servir comida sólo a alemanes fue anunciada la semana pasada y despertó un apasionado debate en el país. El establecimiento se justificó explicando que el flujo de refugiados en los últimos años dejaba en desventaja a los pobres locales en cuanto al acceso de ayuda humanitaria.
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En su sitio de internet, el comedor popular precisó que los extranjeros respresentan actualmente dos tercios de sus visitantes. Por esta razón, "nos vemos obligados a aceptar en la actualidad solamente a clientes con un pasaporte alemán con el fin de garantizar una buena integración", escribieron los responsables del establecimiento.
Aclara que esta restricción durará hasta que la situación recupere un nivel normal.
Su responsable también mencionó como argumento de la decisión comportamientos irrespetuosos de jóvenes migrantes, especialmente hacia las mujeres, así como riñas en el interior del local, en las que no tenían consideración alguna hacia las personas mayores o las mujeres con niños.
"No cederé, ni ante los políticos de izquierda ni ante los de derecha", advirtió el hombre de 61 años al diario Bild. Su iniciativa fue criticada por unos 930 comedores populares alemanes, y rechazaron aplicar la misma regla bajo el argumento de que no quieren clasificar a las personas que tienen necesidades básicas.
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"El criterio es la pobreza, no la nacionalidad", declaró a la AFP Antje Trölsch, portavoz de un comedor popular en Berlín.
De su lado el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) expresó su apoyo a Sartor. El movimiento lamentó el hecho que "desde el mismo momento en que alguien critica las cosas y toma medidas, enseguida es calificado de nazi".
Desde 2015 Alemania ha recibido más de 1,2 millones de refugiados provenientes esencialmente de Siria, Irak y Afganistán.
Este flujo migratorio ha alimentado el aumento de la xenofobia en el país y contribuye al impulso del partido AfD, que ahora está representado en la Cámara de Diputados.