Colombiana vinculada con el Estado Islámico está en el país

Ana Paula Echeverría, capturada el pasado 7 de noviembre en Suiza, llegó a Bogotá esta semana tras ser deportada. Ahora su paradero es incierto.

Jesús Mesa
09 de marzo de 2018 - 03:04 a. m.
La colombiana llegó al país el  miércoles 7 de febrero desde Madrid, España. / Migración Colombia
La colombiana llegó al país el miércoles 7 de febrero desde Madrid, España. / Migración Colombia
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Meses después de que fuese capturada en Suiza, la colombiana Ana Paula Echeverría fue expulsada y deportada al país por hacer parte presuntamente del Estado Islámico. La joven, de 23 años, cayó el pasado mes de noviembre en el marco de un gigantesco operativo policial conjunto por Francia y Suiza para capturar a miembros y simpatizantes de células del grupo yihadista en ese país.

Echeverría llegó al país el pasado miércoles en horas de la mañana procedente de Madrid, España. Al arribar al aeropuerto El Dorado, la colombiana fue entrevistada brevemente por Migración Colombia y siguió su camino, por lo que su paradero por ahora es desconocido.

Al haber llegado en condición de deportada y no detenida, las autoridades migratorias colombianas comprobaron que sobre Echeverría no pesaba ningún requerimiento judicial, según fuentes consultadas por El Espectador. Por no tener orden de captura pendiente, la joven colombiana puede moverse por el país en libertad.

A pesar de que Echeverría había emigrado a Suiza a muy temprana edad, e incluso había adelantado sus estudios en ese país, el pasado mes de febrero las autoridades suizas decidieron que su permanencia allí era una amenaza para la seguridad nacional. Con base en esas consideraciones y teniendo en cuenta la normativa de inmigración, decidieron expulsarla a su país, de acuerdo con el Ministerio para Asuntos Policiales de Suiza.

Tras su captura, a la joven de 23 años le fueron presentadas grabaciones de ella misma hablando con su esposo sobre posibles atentados que llevarían a cabo, entre ellos uno en la ciudad de Niza, en Francia. Ante la evidencia, Echeverría confesó que había participado en dichas conversaciones, pero que los ataques nunca se llevaron a cabo.

Ver más: Suiza deporta a colombiana vinculada con el Estado Islámico

Su esposo, el bosnio Milutin Jakovljevic, de 27 años, fue otra de las personas que cayeron en el operativo policial, en el cual se capturó a diez hombres y una mujer. De acuerdo con medios suizos, la pareja estaba en el radar de las autoridades franco-suizas desde hace tiempo, específicamente desde el año 2014, cuando Jakovljevic comenzó a frecuentar reuniones con grupos de jóvenes radicalizados, provenientes en su mayoría del sur de Europa.

De acuerdo con el diario suizo Le Temps, Jakovljevic no ocultaba sus creencias religiosas e incluso las publicaba a través de sus redes sociales. “Yo ya era musulmán a la edad de quince años, luego me di por vencido. Me convertí hace un año nuevamente. Radicalizado”, dice una de las capturas de pantalla de las redes del bosnio publicadas por Le Temps.

El activismo virtual del bosnio había alertado a las autoridades suizas sobre una posible célula del grupo terrorista en su país. Sin embargo, lo que habría provocado la captura tanto de Jakovljevic como de Echeverría habría sido su presunta participación en un grupo de chat por la aplicación de mensajería Telegram, muy utilizada por el grupo yihadista por la dificultad para descifrar los mensajes.

El grupo, según medios franceses, contaba con más de 400 miembros, incluyendo a los terroristas Adel Kermiche y Abdel Malik Petitjean, quienes perpetraron el asesinato del padre Jaques Hamel, en una capilla de la región de Normandía, en verano del 2016.

El hecho que condujo finalmente a la captura del bosnio, y por ende de la joven colombiana, fue una serie de chats en los que incitaron a un niño de 14 años a cometer un atentado en París. El joven fue capturado el 20 de octubre, pero la noticia se hizo pública meses después, tiempo en el que las autoridades aprovecharon para rastrear los mensajes. Allí dieron con Jakovljevic y luego con Echeverría.

 

Historias paralelas

La historia de Ana Paula Echeverría y de su esposo Milutin Jakovljevic tiene coincidencias. La joven colombiana, nacida en San Cristóbal, Venezuela, se mudó a Colombia tras la separación de sus padres. Con maletas en mano, Ana Paula, su madre Luz María Rodríguez y su hermano menor, Juan Camilo, se radicaron en Yumbo, Valle, en donde vivían algunos familiares. Sin embargo, cuando Echeverría cumplió seis años, su madre decidió que era el momento de emigrar de nuevo, esta vez a Suiza.

Ana Paula y su familia se radicaron en la pequeña ciudad de Lausana, en donde ella y su hermano terminaron sus estudios de bachillerato. Y fue allí, trabajando como camarera, que conoció en 2013 a Milutin, un joven acuerpado, que había tenido algunos trabajos como obrero de construcción y que, como Ana Paula, había llegado a Suiza de niño, aunque en su caso huyendo de la guerra.

Tras sus primeros encuentros, rápidamente los dos jóvenes se organizaron para vivir juntos. Y aunque en principio parecían una pareja normal, de acuerdo con sus familiares, según reveló en un reportaje la revista Semana, la relación entre Ana Paula y Milutin dio un giro en el año 2014, cuando el joven bosnio comenzó con su proceso de radicalización.

Ver más: ¿La colombiana en Suiza planeó atentados?

A pesar de que Milutin se consideraba musulmán, fue en ese año que a través de videos y otros medios comenzó a estudiar el islamismo radical. Jakovljevic cambió su nombre a Abd al Muhaymin al-Bosnie y habría redirigido su vida a reclutar y adoctrinar jóvenes.

La radicalización de Milutin habría influido también en Ana Paula, con quien tiene dos hijos de cuatro y siete años. Tras su conversión, la joven colombiana abandonó su empleo, cerró sus redes sociales, comenzó a utilizar la burka y se involucró en las actividades yihadistas de su esposo.

De hecho, al ser detenida, la Fiscalía suiza acusó a la colombiana de haber violado la ley federal que prohíbe los grupos Al Qaeda y Estado Islámico (EI) y de haber apoyado a una organización criminal.

Por ahora, mientras Echeverría está en Colombia, su esposo sigue preso en Francia, a la espera de ser procesado. En el limbo quedaron sus dos hijos, de nacionalidad suiza y quienes permanecen en el país europeo.

Por Jesús Mesa

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