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China tiene un problema inmenso: a diferencia de muchos países desarrollados, está envejeciendo sin haberse enriquecido primero. En pocos años, el Partido Comunista Chino (PCC) pasó de tener rígidas medidas para controlar los índices de natalidad a motivar a sus ciudadanos con campañas mediáticas para que tengan más hijos. La crisis es tal que el pico de nacimientos actual es el más bajo desde 1949, cuando se fundó la República Popular de China, situándose en 10,48 por mil habitantes.
Evidentemente no es una crisis económica, de hecho, el país sí se ha enriquecido. El problema es que no ha sido suficiente, pues el producto interno bruto per cápita chino es de una una tercera parte del tamaño de países como Corea del Sur o Japón. Según los datos publicados recientemente por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en 2019 nacieron 14,6 millones de bebés en China, medio millón menos que el año pasado y casi 1,5 millones menos que en 2017.
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El Gobierno lo sabe, por lo que ha implementado una agresiva campaña para solucionar el problema. De hecho, desde 2016 se abolió la medida de un hijo por familia. La eliminación de esta política no aumentó la natalidad puesto a que la gente se acostumbró a tener familias más pequeñas y el costo de la vida aumentó, dijo a la AFP Yi Fuxian, un experto chino de la Universidad de Wisconsin-Madison en Estados Unidos.
Según sus cálculos, la población en China "comenzó a disminuir en 2018", lo que contradice las estadísticas oficiales que indican que aumentó en 4,67 millones el año pasado y alcanzó 1.400 millones de personas a finales de 2019.
“Un hijo ya es suficiente para nosotros. Mis padres son demasiado mayores para ayudarnos a cuidar a un segundo, y los de mi esposa viven fuera de Pekín. No tendríamos con quién dejarle. También tendríamos que repartir entre dos hermanos los recursos que dedicamos a la educación del que ya tenemos, y entonces quizá ninguno de los dos recibiera una lo suficientemente buena”, afirma Xiaosong, un funcionario de 37 años.
Según expertos, la ley de un solo hijo se quedó obsoleta y fue pensada sin tener en consideración lo que podía ocurrir a largo plazo. Según Mei Fong, autor de "Un hijo: La historia del experimento más radical de la historia", afirmó a The Guardian: “La política fue redactada por científicos de misiles. Se basó en sistemas mecánicos, donde se establece un objetivo y luego se ajusta en consecuencia. Los cuerpos de las mujeres fueron tratados como motores, se configuran operaciones y se espera obtener un cierto rendimiento ", dijo.
Luego agregó: “El arquitecto de todo el proyecto (de un solo hijo) reconoció hace muchos años que una población que envejece podría ocasionar problemas, pero simplemente dijo que 'eso se podía ajustar. Como si los cuerpos de las mujeres pudieran ser tratados como palancas, movidos hacia arriba y hacia abajo ".
"Un problema lento y de largo plazo"
La ausencia de cualquier mención a la "planificación familiar" en un borrador del nuevo Código Civil que será presentado en el parlamento en marzo es revelador, pues indica que China podría eliminar las restricciones demográficas.
La política del hijo único fue introducida por el expresidente Deng Xiaoping para frenar el crecimiento demográfico y promover el desarrollo económico. La restricción se aplicó con multas y esterilizaciones y abortos forzados. El resultado fue drástico: la tasa de fertilidad bajó de 5,9 nacimientos por mujer en 1970 a cerca de 1,6 a finales de la década de 1990.
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Estas cifras ya tienen un impacto en la población activa. Según la NBS, la población en edad laboral disminuyó de casi un millón de personas el año pasado, llegando a 896.4 millones a finales de 2019.
Este es el octavo año consecutivo en el que la población en edad laboral (entre 16 y 59 años) disminuye y se prevé que la fuerza laboral se reducirá en un 23% en 2050, lo que podría causar problemas económicos. "El problema demográfico chino es lento y de largo plazo", vaticinan los expertos.
La economía china creció el año pasado un 6,1%, el peor resultado desde 1990, lastrado por la guerra comercial con Estados Unidos y la caída de la demanda interna. "Como los niveles de educación de China han aumentado, a corto plazo, el problema demográfico no debería afectar mucho al crecimiento económico", aseguró. Eso sí, a largo plazo, "si la tendencia continúa, frenará de manera importante el crecimiento económico", alertó.