El controvertido laboratorio acusado de la crisis de opiáceos en EE. UU.
La compañía ha sido demandada por 1.600 ciudades, condados y estados de Estados Unidos por supuesta publicidad engañosa para impulsar la venta de opiáceos en ese país. Dice estar al borde de la bancarrota.
- Redacción Internacional
En 2018 la epidemia de sobredosis siguió empeorando en Estados Unidos: se registraron, según datos provisionales más de 70.000 muertes, según el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un organismo de Naciones Unidas.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) atribuyen a los opiáceos más del 66% de estas muertes. Una emergencia de salud pública, declaró Donald Trump en 2017. Con razón, pues los fallecimientos por opiáceos superan el total de muertes por VIH, accidentes de tráfico o armas de fuego.
Esta crisis comenzó a principios de 2010 por el uso de fármacos con receta médica, como oxicodona y otros analgésicos. Se calcula que 11 millones de personas en EE. UU. dependen de ellos para tratar dolores incapacitantes.
Ver más: La crisis que mata a EE. UU.
De acuerdo con el CDC, “las drogas vinculadas con mayor frecuencia a las muertes por sobredosis accidental fueron fentanilo, heroína y cocaína, mientras aquellas relacionadas con los suicidios por sobredosis fueron la difenhidramina, la hidrocodona, la alprazolam y la oxicodona”. Todas legales, pues son producidas por laboratorios.
El laboratorio de la polémica
Autoridades en Estados Unidos acusan a los laboratorios de minimizar la información sobre la adicción que causan estos medicamentos y a los médicos de sobremedicar: sólo en 2012 se prescribieron 250 millones de recetas de opiáceos. Varios laboratorios ya están en los tribunales, sin embargo, la que más demandas enfrenta es la compañía farmacéutica Purdue Pharma.Hoy este gigante laboratorio está acosado por varios litigios de gran calibre y que la tendrían cerca de la bancarrota, según informó este lunes The Wall Street Journal (WSJ).
¿Por qué? Resulta que Purdue Pharma fabricó el fármaco OxyContin, un potente y adictivo analgésico, derivado semisintético del opio descubierto en Alemania en 1917 para aliviar el dolor con más efectividad que la morfina.
Hoy más de 1.600 ciudades, condados y estados del país han demandado a este laboratorio por supuestamente usar publicidad engañosa para impulsar las ventas de los opiáceos que han contribuido al aumento de las muertes por sobredosis, señala la agencia Efe.
Ya en 2007, la compañía y tres de sus ejecutivos fueron condenados a pagar una multa de 634,5 millones de dólares por engañar al público sobre el riesgo adictivo del analgésico OxyContin, que comercializa desde su aprobación por las autoridades en 1995.
Ver más: Aumentaron las muertes en EE. UU. por sobredosis de opioides
Los usuarios encontraron que machacar las pastillas de OxyCotin y esnifar el polvo o inyectárselo por vía intravenosa, aumentaba sus efectos. La compañía hizo una pastilla casi irrompible, pero la crisis, al parecer, ya estaba desatada. Además en el mercado había otros competidores.
Purdue se defiende diciendo que sólo tiene el 2% del mercado. Pero un informe del Financial Times reveló los dueños de Purdue Pharma, tras declararse culpables en una demanda de 2007 por haber comercializado ilegalmente el OxyContin, crearon otra empresa: Rhodes Pharmaceuticals, que también fabrica productos "basados en opioides que contienen fármacos altamente adictivos como la oxicodona, la morfina y la hidrocodona, de acuerdo con una base de datos de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EU (FDA). Muchos de sus medicamentos se producen en fábricas propiedad de Purdue", señala el medio de comunicación.
Ver más: Las sobredosis colectivas en EE. UU.
!Entonces las dos firmas, Rhodes y Purdue, representan el 6% del mercado de opioides en EE. UU. Esta combinación está en el séptimo lugar entre los fabricantes de opioides por participación de mercado, detrás de Teva, el gigante productor de medicamentos genéricos, y muy por delante de otros grupos farmacéuticos que fueron mencionados en demandas, como Johnson & Johnson y Endo",agrega el Financial Times.
La polémica con la nueva empresa más nueva de los Sackler es que patentó un nuevo medicamento como una forma de buprenorfina, un opiáceo leve que se usa para aliviar los síntomas de la abstinencia. Causa indignación, según el FT porque "la familia Sackler, que en esencia se ha beneficiado de las adicciones a los opiáceos, pronto podrían beneficiarse del antídoto".
La familia Sackler
Hasta que explotó la crisis de los opiáceos, los Sackler era una de las familias más importantes en el mundo de la filantropía: salas de varios de losmuseos más importantes del mundo fueron financiadas por ellos. Como "el ala del Louvre en la que está el Código de Hammurabí -el texto jurídico más antiguo de la Historia de la Humanidad- y el Palacio del rey persa Darío I lleva el nombre de quien pagó su construcción", señala una crónica del periódico El Mundo."Los Sackler ganaron miles de millones de dólares con la venta de analgésicos opiáceos. En 2016, Forbes calculó su riqueza combinada en 13 mil millones de dólares (mdd), casi todos derivados de sus intereses en la industria farmacéutica, y dijo que la fortuna se reparte entre 20 miembros de la familia", publicó la revista Milenio.
Ver más: Márketing de farmacéuticas vinculado a crisis de opioides en EE. UU.
En declaraciones al The Wall Street Journal, la farmacéutica aseguró que tiene "amplia liquidez" y que se debe a los usuarios de su medicación, a proveedores y a otros socios, pero según fuentes cercanas al asunto considera acogerse a la ley de quiebras para afrontar los procesos legales.
Según medios especializados, es habitual en EE. UU. que las compañías acudan a tribunales de bancarrota para tratar de limitar sus responsabilidades, y en este caso acogerse a la ley paralizaría los procesos que Purdue afronta y le ofrecería un resorte para cerrarlos bajo la supervisión del juzgado.
Aunque de momento versiones apuntan a que la compañía baraja esta opción, WSJ señala que Purdue transfería la mayor parte de sus beneficios a miembros de la familia propietaria de la empresa, los Sackler, por lo que sus activos pueden no ser suficiente para cubrir las obligaciones.
En 2018 la epidemia de sobredosis siguió empeorando en Estados Unidos: se registraron, según datos provisionales más de 70.000 muertes, según el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un organismo de Naciones Unidas.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) atribuyen a los opiáceos más del 66% de estas muertes. Una emergencia de salud pública, declaró Donald Trump en 2017. Con razón, pues los fallecimientos por opiáceos superan el total de muertes por VIH, accidentes de tráfico o armas de fuego.
Esta crisis comenzó a principios de 2010 por el uso de fármacos con receta médica, como oxicodona y otros analgésicos. Se calcula que 11 millones de personas en EE. UU. dependen de ellos para tratar dolores incapacitantes.
Ver más: La crisis que mata a EE. UU.
De acuerdo con el CDC, “las drogas vinculadas con mayor frecuencia a las muertes por sobredosis accidental fueron fentanilo, heroína y cocaína, mientras aquellas relacionadas con los suicidios por sobredosis fueron la difenhidramina, la hidrocodona, la alprazolam y la oxicodona”. Todas legales, pues son producidas por laboratorios.
El laboratorio de la polémica
Autoridades en Estados Unidos acusan a los laboratorios de minimizar la información sobre la adicción que causan estos medicamentos y a los médicos de sobremedicar: sólo en 2012 se prescribieron 250 millones de recetas de opiáceos. Varios laboratorios ya están en los tribunales, sin embargo, la que más demandas enfrenta es la compañía farmacéutica Purdue Pharma.Hoy este gigante laboratorio está acosado por varios litigios de gran calibre y que la tendrían cerca de la bancarrota, según informó este lunes The Wall Street Journal (WSJ).
¿Por qué? Resulta que Purdue Pharma fabricó el fármaco OxyContin, un potente y adictivo analgésico, derivado semisintético del opio descubierto en Alemania en 1917 para aliviar el dolor con más efectividad que la morfina.
Hoy más de 1.600 ciudades, condados y estados del país han demandado a este laboratorio por supuestamente usar publicidad engañosa para impulsar las ventas de los opiáceos que han contribuido al aumento de las muertes por sobredosis, señala la agencia Efe.
Ya en 2007, la compañía y tres de sus ejecutivos fueron condenados a pagar una multa de 634,5 millones de dólares por engañar al público sobre el riesgo adictivo del analgésico OxyContin, que comercializa desde su aprobación por las autoridades en 1995.
Ver más: Aumentaron las muertes en EE. UU. por sobredosis de opioides
Los usuarios encontraron que machacar las pastillas de OxyCotin y esnifar el polvo o inyectárselo por vía intravenosa, aumentaba sus efectos. La compañía hizo una pastilla casi irrompible, pero la crisis, al parecer, ya estaba desatada. Además en el mercado había otros competidores.
Purdue se defiende diciendo que sólo tiene el 2% del mercado. Pero un informe del Financial Times reveló los dueños de Purdue Pharma, tras declararse culpables en una demanda de 2007 por haber comercializado ilegalmente el OxyContin, crearon otra empresa: Rhodes Pharmaceuticals, que también fabrica productos "basados en opioides que contienen fármacos altamente adictivos como la oxicodona, la morfina y la hidrocodona, de acuerdo con una base de datos de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EU (FDA). Muchos de sus medicamentos se producen en fábricas propiedad de Purdue", señala el medio de comunicación.
Ver más: Las sobredosis colectivas en EE. UU.
!Entonces las dos firmas, Rhodes y Purdue, representan el 6% del mercado de opioides en EE. UU. Esta combinación está en el séptimo lugar entre los fabricantes de opioides por participación de mercado, detrás de Teva, el gigante productor de medicamentos genéricos, y muy por delante de otros grupos farmacéuticos que fueron mencionados en demandas, como Johnson & Johnson y Endo",agrega el Financial Times.
La polémica con la nueva empresa más nueva de los Sackler es que patentó un nuevo medicamento como una forma de buprenorfina, un opiáceo leve que se usa para aliviar los síntomas de la abstinencia. Causa indignación, según el FT porque "la familia Sackler, que en esencia se ha beneficiado de las adicciones a los opiáceos, pronto podrían beneficiarse del antídoto".
La familia Sackler
Hasta que explotó la crisis de los opiáceos, los Sackler era una de las familias más importantes en el mundo de la filantropía: salas de varios de losmuseos más importantes del mundo fueron financiadas por ellos. Como "el ala del Louvre en la que está el Código de Hammurabí -el texto jurídico más antiguo de la Historia de la Humanidad- y el Palacio del rey persa Darío I lleva el nombre de quien pagó su construcción", señala una crónica del periódico El Mundo."Los Sackler ganaron miles de millones de dólares con la venta de analgésicos opiáceos. En 2016, Forbes calculó su riqueza combinada en 13 mil millones de dólares (mdd), casi todos derivados de sus intereses en la industria farmacéutica, y dijo que la fortuna se reparte entre 20 miembros de la familia", publicó la revista Milenio.
Ver más: Márketing de farmacéuticas vinculado a crisis de opioides en EE. UU.
En declaraciones al The Wall Street Journal, la farmacéutica aseguró que tiene "amplia liquidez" y que se debe a los usuarios de su medicación, a proveedores y a otros socios, pero según fuentes cercanas al asunto considera acogerse a la ley de quiebras para afrontar los procesos legales.
Según medios especializados, es habitual en EE. UU. que las compañías acudan a tribunales de bancarrota para tratar de limitar sus responsabilidades, y en este caso acogerse a la ley paralizaría los procesos que Purdue afronta y le ofrecería un resorte para cerrarlos bajo la supervisión del juzgado.
Aunque de momento versiones apuntan a que la compañía baraja esta opción, WSJ señala que Purdue transfería la mayor parte de sus beneficios a miembros de la familia propietaria de la empresa, los Sackler, por lo que sus activos pueden no ser suficiente para cubrir las obligaciones.