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El ayatolá (guía supremo de Irán), Alí Jamenei, descartó toda posibilidad de una guerra y también cualquier tipo de negociación con Estados Unidos tras el restablecimiento de las sanciones por parte de Washington.
Las declaraciones del ayatolá Jamenei aumentaron la presión sobre el presidente, Hasan Rohani, quien enfrenta varios problemas para responder al desplome de la moneda nacional, el rial, y a las recientes manifestaciones contra la inflación y la corrupción.
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El superior religioso, Jamenei, también parece descartar cualquier esperanza en cuanto a un diálogo con Washington, después del retiro unilateral del presidente estadounidense, Donald Trump, del acuerdo nuclear iraní alcanzado en 2015, seguido por el restablecimiento de las sanciones económicas del país norteamericano desde la semana pasada.
"Dirigentes estadounidenses han estado hablando descaradamente de nosotros en los últimos tiempos. Además de las sanciones, hablan de guerra y de negociaciones", dijo en su cuenta de Twitter en inglés.
"Déjenme decir a este respecto algunas palabras al pueblo: NO HABRÁ GUERRA, NI NEGOCIACIONES CON ESTADOS UNIDOS", añadió Jamenei.
Al mismo tiempo, el ministro de Defensa, Amir Hatami, dio a conocer un misil de corto alcance de nueva generación y prometió reforzar las capacidades balísticas de Irán.
La radiotelevisión del Estado IRIB indicó que la nueva versión del misil Fateh Mobin había "pasado las pruebas", y que era capaz de alcanzar blancos en tierra y en mar.
Las sanciones estadounidenses son para muchos iraníes -incluso para aquellos en las altas esferas del poder- un factor agravante para los problemas que sufre el país desde hacer largo tiempo.
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Los problemas también son internos en Irán
"Los problemas sustanciales (que afronta Irán) de hoy en día no vienen del exterior, son internos", sostuvo el ayatolá Jamenei.
"No digo que las sanciones no tengan impacto, pero se trata principalmente de la manera cómo las afrontamos", indicó.
Estas expresiones hacen eco a las críticas que viene recibiendo el presidente Rohani, especialmente de los Guardianes de la Revolución, el poderoso ejército de élite de la República Islámica.
Electo para un primer mandato en 2013, el presidente Rohani fue el principal motor del lado iraní del acuerdo internacional sobre el tema nuclear concluido en Viena en julio de 2015 entre Teherán y el Grupo 5+1 (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania).
Por este acuerdo, Irán limitó considerablemente su programa nuclear a cambio de un levantamiento de una parte de las sanciones internacionales que asfixiaban su economía. Según el último informe de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA), Teherán respetó sus compromisos y, a excepción de Estados Unidos, las otras partes mantuvieron el acuerdo.
Rohani fue reelecto para un nuevo periodo de cuatro años en mayo de 2017, con el apoyo de los reformistas.
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Desde su primera elección no ha dejado de ser atacado por los ultraconservadores, que tras el retiro y las denuncias de Estados Unidos en su contra, reafirmaron su desconfianza hacia Occidente.
Después de las protestas que han surgido tras los problemas económicos, los opositores han reprochado a Rohani haber abandonado a las clases sociales más pobres.
La salva de sanciones tras el retiro de Estados Unidos del acuerdo nuclear entró en vigor el 7 de agosto. Pero la economía iraní sufría ya desde antes, con una elevada tasa de desempleo y una fuerte inflación.
Por /AFP
