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La tensión entre Turquía y Siria aumenta con el pasar de los días. Uno de los resultados es que el gobierno turco vuelva a amenazar con dejar pasar a Europa a todos los solicitantes de asilo que mantiene en su territorio, un escenario que Europa rechaza por completo. Luego del anuncio se endurecieron de inmediato los pasos fronterizos, por lo que varios centenares de migrantes que intentaban llegar a Grecia quedaron bloqueados en la zona de seguridad entre ambos países.
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"Quiero ser claro: ninguna entrada ilegal será tolerada", escribió el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, en Twitter, y subrayó que "Grecia reforzó la seguridad de sus fronteras" con Turquía.
Un alto responsable turco declaró el viernes que Turquía ya no impedirá cruzar la frontera a los migrantes que traten de dirigirse a Europa. Esta declaración se dio poco después de la muerte de 33 militares turcos en la región de Idlib, al noroeste de Siria, en ataques aéreos atribuidos por Turquía al régimen sirio, apoyado militarmente por Rusia.
Animados por el anuncio del gobierno turco, muchos refugiados en Turquía se aprovecharon de la situación y salían de Estambul para ir en bus o taxi a Edirne, ciudad turca cerca del puesto fronterizo griego de Kastanies, según un periodista de la AFP. "La frontera (greco-turca) está abierta (...), entonces hoy partimos para ir a Alemania", indicó Sebghatullah Amani afgano de 20 años, que vive desde hace tres años en Turquía.
Kyriakos Mitsotakis, quien se entrevistó con sus homólogos europeos sobre la situación en la frontera, advirtió que "Grecia no asumirá la responsabilidad de los trágicos hechos en Siria y no sufrirá consecuencias de las decisiones tomadas por otros". Horas antes, periodistas de la AFP vieron en el puesto fronterizo de Kastanies muchos camiones del ejército griego cargados con cercas de alambre de púas.
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Miedo a un nuevo flujo de migrantes
El jefe de Estado mayor griego y el ministro de Protección al ciudadano viajaron el viernes a Kastanies luego de la decisión gubernamental de hacer más "duro" el control de las fronteras, según una fuente gubernamental.
La agencia de prensa turca DHA señaló por su parte la llegada de otros migrantes a la costa de la Ayvacik, en la provincia de Çanakkale, al oeste de Turquía, buscando alcanzar la isla griega de Lesbos por barco.
Periodistas de la AFP constataron la llegada a Lesbos de dos barcos con 70 solicitantes de asilo a bordo, provenientes de Turquía, entre ellos muchas familias con niños.
Turquía, que acoge ya en su territorio 3,6 millones de refugiados sirios, teme que habrá más llegadas, pese al rechazo creciente de su presencia por la población. En 2015, más de un millón de refugiados y migrantes llegaron a Europa, hasta que la UE y Turquía acordaron regular sus desplazamientos. Bulgaria también reforzó sus fronteras terrestres con Turquía y su primer ministro Boyko Borisov indicó que se entrevistará el lunes con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, sin precisar por ahora el lugar.
El ministro búlgaro de Defensa, Krasimir Karakachanov, indicó que dos grupos de 30 migrantes cada uno trataron de entrar a Bulgaria por Turquía antes de ser detenidos por las autoridades turcas en la frontera. Además, mil soldados búlgaros y 140 unidades equipadas reforzarán el control de las fronteras, según el ministro.
Por su lado, el ministro del Interior austriaco, Karl Nehammer, indicó que su país está dispuesto a enviar fuerzas policiales para reforzar las fronteras de los países de los Balcanes.
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"El objetivo es parar a la gente en las fronteras exteriores (de la Unión Europea), no dejar atravesarlas", indicó. Un flujo similar al de 2015 no puede volver a ocurrir, agregó. En Grecia están hacinados más de 38.000 migrantes en campos en las islas de Lesbos, Chios, Samos, Leros y Kos, cuando esas instalaciones solo están habilitadas para recibir a 6.200 personas.