Limbo electoral en Bolivia, ¿ganó o no ganó Evo Morales?
Los resultados de las elecciones bolivianas dejaron una incertidumbre inédita en el país. Evo Morales logró a último momento sacar la diferencia necesaria para ser reelegido sin necesidad de irse a una segunda vuelta, bajo la sombra de denuncias por parte de la oposición sobre un presunto fraude. Mientras la OEA recomendó una segunda votación, Morales asegura que los números son claros e indiscutibles.
- Redacción Internacional con información de AFP
La pregunta que muchos en Bolivia y en todo el mundo se hacen es si Evo Morales efectivamente ganó las elecciones presidenciales. Desde hace un par de días el actual mandatario afirmaba tener la seguridad de haber superado a su contrincante, Carlos Mesa, con la ventaja suficiente para no ir a una segunda vuelta. La oposición, sin embargo, alega fraude, basada en algunas irregularidades que se presentaron durante el conteo de votos. La OEA y una buena parte de la comunidad internacional la apoyan y han invitado a llevar a cabo una seguenda vuelta.
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La pregunta que muchos en Bolivia y en todo el mundo se hacen es si Evo Morales efectivamente ganó las elecciones presidenciales. Desde hace un par de días el actual mandatario afirmaba tener la seguridad de haber superado a su contrincante, Carlos Mesa, con la ventaja suficiente para no ir a una segunda vuelta. La oposición, sin embargo, alega fraude, basada en algunas irregularidades que se presentaron durante el conteo de votos. La OEA y una buena parte de la comunidad internacional la apoyan y han invitado a llevar a cabo una seguenda vuelta.
La cronología de los hechos, efectivamente muestra que durante todo el proceso luego de que cerraran las urnas hubo tropiezos. El órgano electoral publicó en la noche del jueves el recuento al 99,99 %, porque el 0,01 % restante corresponde a cuatro actas de votación anuladas en la región amazónica de Beni. Este cómputo da a Evo Morales, candidato a la reelección por el gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS), el 47,07 % de votos, por el 36,51 % del opositor Carlos Mesa, de la alianza Comunidad Ciudadana. Así las cosas, el presidente lograría evitar la segunda vuelta por tan solo un 0,56 %.
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La ley electoral es clara, pues exige el 50% de los votos más uno o el 40 % con 10 puntos de ventaja sobre el segundo y desde esta perspectiva no hay dudas sobre el proceder jurídico. Este es el argumento central de Morales para rechazar una segunda votación, llegan a señalar que se trata de una campaña racista en contra suya y del electorado rural boliviano. Carlos Mesa, sin embargo, afirma que el Órgano Electoral de Bolivia no ha sido claro.
Y es que el organismo se limitó a publicar los datos en su web sin emitir pronunciamiento alguno sobre su proclamación oficial. La presidenta, María Eugenia Choque, compareció en público por última vez el pasado miércoles, rechazando entre sollozos que haya fraude, y después el cómputo dejó de realizarse públicamente en un hotel de La Paz. Poco después también ese mismo día se conocía la renuncia del vicepresidente de tribunal electoral, Antonio Costas, en desacuerdo con la forma en que se difundieron unos resultados provisionales.
El partido Comunidad Ciudadana aportó poco antes de publicarse el resultado una serie de documentos para probar la manipulación de actas, que seguidamente salió a refutar la ministra de Salud, Gabriela Montaño, entre cuestionamientos de cómo ante una acusación tan seria no eran los titulares de Presidencia o Comunicación los que comparecían. Mesa difundió un video a poco de publicarse el conteo, en el que reiteraba su llamamiento a los bolivianos a una movilización pacífica hasta forzar una segunda vuelta.
Poco antes se había rodeado de otros opositores y dirigentes cívicos en una nueva coordinadora en defensa de la democracia. Morales por su parte acudía a la televisión estatal para defender la constitucionalidad de su victoria y reiterar que las denuncias de fraude son un nuevo intento de "golpe de Estado" de la derecha, una acusación recurrente en sus más de trece años de Gobierno en situaciones similares. Su Gobierno se ampara en el reconocimiento a este nuevo triunfo de aliados políticos como Cuba o Venezuela, cuestionando a la OEA por haber dudado del proceso incluso antes de la votación.
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Para algunos, sin embargo, se debería respetar la decisión. Es el caso del priodico boliviano La Razón, el cual aseguró en su editorial de hoy que los resultados mal que bien deben ser legítimos, pues "ocho fuerzas políticas de la oposición avalaron el proceso con su participación en la votación más competitiva desde 2005. Resulta por ello poco democrático que hoy condicionen el reconocimiento del resultado a la obligatoriedad de que haya segunda vuelta, arguyendo para ello el discurso del fraude”.
El medio asegura que esto se refuerza teniendo en cuenta que la oposición ya manejaba desde antes el discurso de que si Morales ganaba sería por irregularidades. "A la espera de que concluya el cómputo definitivo de votos, obstaculizado por la quema de instalaciones de los tribunales electorales departamentales, es importante que, en lugar de demostraciones de fuerza en las calles, tanto el oficialismo como la oposición (hoy encabezada por el candidato Mesa) hagan esfuerzos por pacificar el país. La democracia, la estabilidad política, la convivencia social, la estabilidad económica no pueden ser rehenes de consignas autoritarias que no respeten el voto", agrega el texto.
Críticas a observadores
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, respaldó a los observadores y pidió a Bolivia esperar una auditoría de todo el proceso electoral, acordada entre La Paz y el organismo, para después proclamar ganadores. Pero ninguna precisión sobre la fecha ni las condiciones de ese examen técnico se han comunicado hasta el momento.
Mientras tanto, otros gobiernos de la región lanzaron su respectiva opinión: "Argentina, Brasil, Colombia y Estados Unidos, junto a la comunidad democrática internacional, sólo reconocerán resultados que reflejen realmente la voluntad del pueblo boliviano", advirtieron los cuatro países en un comunicado el jueves.
Protestas violentas
Tras la difusión de los primeros resultados que descartaban un balotaje, la oposición y organizaciones civiles comenzaron el miércoles un paro parcial de actividades, con el objetivo de mantener la presión por una segunda vuelta. Las manifestaciones definitivamente son uno de los más grandes miedos en este momento, pues se presentan en un contexto de violencia general en diferentes partes del mundo.
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Durante la semana fueron quemadas cinco oficinas electorales en ciudades del país, mientras activistas opositores mantienen un asedio en torno a las oficinas del TSE y han chocado con partidarios de Morales en La Paz, Santa Cruz (este), Cochabamba (centro) con saldo de dos heridos. En Potosí (suroeste) hay una huelga, mientras que en Tarija (sur) y Sucre (sureste) se reportaron marchas.
Morales también ha sacado a las calles a sus militantes, con masivas concentraciones, en La Paz y Cochabamba, y las pretende replicar en otras ciudades. Como corolario de la tensión, un frente opositor se articuló en torno a Mesa, para exigir el balotaje y con la bandera de seguir con las protestas de manera indefinida.