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Ayer, durante la plenaria de la 49ª Asamblea General de la organización en Medellín, Uruguay decidió retirarse de la reunión. ¿La razón? La insistencia en la aprobación de una resolución para reconocer a Gustavo Tarré, representante de Juan Guaidó, autoproclamado presidente interino de Venezuela, como representante oficial de ese país en el seno de la organización.
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La iniciativa ya había causado profundas divisiones el pasado 9 de abril, cuando el secretario general de la OEA, Luis Almagro, promovió una resolución igual. Entonces, solo 18 países votaron a favor. Las delegaciones de México, Uruguay, Bolivia, Nicaragua, Guyana, Antigua y Barbuda y El Salvador ante el organismo finalmente la rechazaron alegando que iba en contra de las reglas de la OEA.
Este jueves, el mismo debate (el reconocimiento de Tarré) calentó la primera plenaria de la Asamblea en Medellín. El subsecretario de Relaciones Exteriores de Uruguay, Ariel Bergamino, anunció el retiro de su país de la Asamblea por no estar de acuerdo con la organización.
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“A partir de esta situación que desnuda un progresivo y sistemático vaciamiento de la institucionalidad y la normativa de esta organización, Uruguay se retirará de esta Asamblea”, manifestó Bergamino.
La delegación de Guaidó acreditada para la Asamblea General está compuesta, además de Tarré, por su representante ante el Grupo de Lima, Julio Borges, como jefe de misión, y otras nueve personas, entre ellas Carlos Vecchio, “embajador” del líder opositor ante EE. UU.
En diálogo con varios periodistas, Bergamino dijo que su país rechazó la resolución de aceptación de Tarré como representante en el Consejo Permanente porque “es un avasallamiento de la legalidad de la OEA y por lo tanto no se puede sino estar en contra de una acción de tal naturaleza”.
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“Nos retiramos de una Asamblea que está desnaturalizada”, dijo el subsecretario de Relaciones Exteriores de Uruguay. Aseguró que hay una dinámica en el funcionamiento interno de la OEA que erosiona su propia institucionalidad.
“Uruguay está trabajando para ayudar a construir un clima de serenidad y confianza que permita a los venezolanos resolver sus problemas en clave de acuerdo político, soberanía, no violencia y democracia. La comunidad internacional debe ayudar a crear ese clima de confianza, que no es fácil. Eso lleva tiempo y cuidado. Y eso es lo que no le sobra a Venezuela”, explicó Bergamino en Medellín.
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El uruguayo criticó a su compatriota Almagro por su papel en la organización. “Está por encima de todo ayudar a Venezuela, esta no es una competencia para ver quién tiene razón”, resaltó.
El vicecanciller de Uruguay dijo que “la Secretaría General se ha extralimitado en sus funciones y ha tenido también una concepción bastante laxa de lo que es la normativa institucional en la OEA. Uruguay no respalda la reelección de Almagro”.
Concluyó que Venezuela necesita construir el mejor futuro posible. “Acuerdos perfectos no existen, pero hay que buscar el mejor”.