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Casi año y medio ha pasado desde el ataque con cuchillo que sufrió la comunicadora Paola Andrea Noreña, quien quedó al borde de la muerte tras ser atacada en abril de 2017 cuando salía de su trabajo en la Universidad Minuto de Dios. El principal sospechoso del hecho, Miguel Rozo Trujillo, expareja de la periodista y quien permanecía en la cárcel Modelo, recobró este lunes la libertad por orden del Juez 42 de Garantías de Bogotá por vencimiento de términos.
(Lea: “Agresor de Paola Noreña no dejó de acosarla hasta que produjo el ataque”: Fiscalía)
Aunque el juez determinó que el sujeto no puede acercarse a la joven ni a miembros de su familia, la abogada de la comunicadora, Viviana Benavides, de la Secretaría de la Mujer, lamentó la decisión e indicó a la emisora RCN Radio que aún faltaba al menos un mes para que se sustituyera la medida de privación de libertad del presunto atacante.
"Estamos inconformes con esa decisión debido a que faltaban 40 días para que se cumpliera el plazo para la solicitud de sustitución de medida y, además de ello, con la motivación que dio el juez al sustituir dicha medida de aseguramiento. Apelamos la decisión", aseguró la abogada en diálogo con RCN Radio.
El hombre fue capturado en abril de 2017, días después del ataque y responde por el delito de feminicidio agravado en modalidad de tentativa, cargo que no aceptó.
(Lea: Capturan al sospechoso de haber atacado a Paola Noreña)
En la audiencia de acusación, realizada en julio de 2017, la Fiscalía aseguró que los comportamientos del supuesto implicado le permiten inferir, más allá de toda duda razonable, que él es el mismo hombre encapuchado que a las 5:48 p.m. del 6 de abril de 2017 abordó por la espalda a la comunicadora y la agredió con cuchillo en múltiples ocasiones, nueve días después de que ella decidiera terminar la relación entre los dos.
La Fiscalía aseguró que la joven sospechó desde el inicio de Rozo Trujillo, a quien conoció en esa universidad y con quien tuvo un noviazgo que se prolongó por seis meses. “Cuando terminó su jornada laboral en la Universidad Minuto de Dios, se fue caminando por la carrera 77 por el costado del Colegio Minuto de Dios, cuando un hombre más alto que ella la tomó por el cuello y de forma inmediata y sin mediar palabra, le cortó el cuello en el lado derecho. Al forcejear, el sujeto le cortó también el dedo meñique de la mano derecha y por último le propinó un corte en el rostro en el costado derecho que se extendió hasta la cabeza, pasando por la oreja”, indicó en su momento el ente investigador.
(Lea: Presunto agresor de Paola Noreña intentó visitarla en la clínica)
Inicialmente, la joven fue trasladada hasta la clínica Partenón, en la que recibió atención prioritaria. Una vez en la clínica Méderi, a donde fue trasladada posteriormente, Paola dijo que el agresor era un hombre de estatura alta, delgado pero fornido, cuyas características le fueron familiares desde el inicio. Pero cuando le preguntaron por qué sospechaba de Rozo Trujillo, ella se refirió a las actitudes extrañas que tuvo durante la relación y que se hicieron más evidentes cuando decidió separarse de él.
“Había observado en esta persona un comportamiento obsesivo, escribiéndole y llamándola de forma desesperada a su celular, y siendo abordada el día anterior a los hechos”, indica la Fiscalía. Sumado a eso, los familiares insisten en que durante la relación el hoy detenido se exaltaba con facilidad, rompía en llanto de manera reiterada y trataba de controlarla. “No le gustaba que fuera a teatro o a patinar, sus grandes pasiones”.
Pero una vez ella decidió romper con él, le hacía visitas inesperadas y le enviaba mensajes de Whatsapp, en los que pedía que no lo dejara. “La víctima llegó a temer por la seguridad de su hermana menor, con la que compartía la residencia, y en una ocasión le pidió que apagara las luces de la casa, para hacerle pensar a su exnovio que no había nadie. A pesar de las reiteradas negativas que recibía, no descansó el acoso obsesivo hasta el día en que se produjo la agresión”.
Dentro del material probatorio relacionado en el escrito de acusación, la Fiscalía incluyó entrevistas y documentos que le permitirían probar en juicio que Rozo Trujillo fue la persona que atacó a su expareja. Entre ellos, hace referencia a los testimonios de peritos fotográficos, miembros de las autoridades que atendieron el caso, médicos, familiares de la víctima y profesionales forenses.
También tiene en cuenta órdenes de interceptaciones telefónicas, videos de seguridad de la Universidad Minuto de Dios, 24 informes de los investigadores, así como valoraciones médico-legales. En caso de ser hallado culpable, Rozo Trujillo podría pagar hasta 40 años de cárcel.
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