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La Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) finalmente aprobó el modelo de recolección de basuras que propuso la administración de Enrique Peñalosa. Solo es cuestión de que se surtan algunas notificaciones para que el Distrito tenga luz verde y de esta manera pueda abrir oficialmente la licitación, que pone en marcha el nuevo modelo. Se calcula que este contrato costaría casi $8 billones, lo correspondiente a la remuneración que, en conjunto, recibirán los cinco ganadores durante ocho años y que se les pagará por medio de la tarifa de aseo.
(Lea: Bogotá y su nuevo plan de basuras para 12 años)
En esencia, la propuesta que presentó la administración tiene prevista la división de la ciudad en cinco zonas que, técnicamente, se llaman Áreas de Servicio Exclusivo (ASE). La idea es que en cada ASE una empresa o grupo de empresas se encarguen de recoger la basura, cortar el césped, entre otras funciones, excepto el reciclaje, que deberá quedar disponible para las personas u organizaciones que se dediquen a ese oficio.
Con el nuevo modelo, la Administración Distrital, en cabeza de la UAESP, podrá exigirles a los prestadores del servicio otras obligaciones como limpieza y pintura de postes, paredes, puentes y estructuras, entre otros, para garantizar el embellecimiento de la ciudad.
Otro cambio que se viene es que las empresas ganadoras barrerán más las zonas que les correspondan. En conjunto, hoy son barridos 186.000 kilómetros al mes, y la pretensión ahora es llegar a 277.000 kilómetros. También será incluida la zona rural, no solo Sumapaz, sino algunos sectores con esas características en Chapinero y Suba, por ejemplo.
El esquema con el que funcionan los recicladores también cambiará, puesto que ya no será el Distrito el encargado de pagarles directamente por la prestación del servicio, sino que serán los usuarios –vía factura y por medio de los operadores– quienes cancelarán por su oficio.
Poner en marcha ese modelo, además, terminará de una vez con el que está vigente, que comenzó a regir en diciembre de 2012, bajo la administración de Gustavo Petro. En ese entonces, Petro intentó que el servicio de aseo quedara en manos públicas, por medio del Acueducto, pero este no tenía la capacidad suficiente para asumir tal compromiso. Sin embargo, la empresa, por medio de su filial Aguas de Bogotá, se encargó desde ese momento del 52% del territorio, y el resto sí siguió en manos de otras tres empresas privadas: Lime, Aseo Capital y Ciudad Limpia.
(Lea:Los asesores del negocio de las basuras)
Esos privados quedaron con una remuneración fija (un promedio de $4.000 millones mensuales), algo que desaprueba la administración Peñalosa, porque el hecho de que tengan ese ingreso asegurado no les genera incentivos para mejorar el servicio. Cambiar esa remuneración y condicionarla a que cumplan a cabalidad sus funciones es una de las propuestas de la alcaldía con la nueva licitación.
Una vez se abra la licitación, se podrán presentar empresas tanto públicas como privadas. En este contexto, Aguas de Bogotá, que depende del Acueducto y presta el servicio en el 52% de la ciudad, no queda, de entrada, por fuera del proceso, pero la Alcaldía ha dado muestras de que no quiere que continúe por su difícil situación financiera.
Aunque a Peñalosa siempre le ha disgustado la participación de Aguas de Bogotá en el negocio del aseo, El Espectador constató que esa empresa pública busca un socio con el que pueda unirse para pujar en la licitación para quedarse, de nuevo, con una de las cinco áreas de recolección de basuras que están en juego. La pelea será dura, si se tiene en cuenta que hay empresas de Chile, España y Perú que se han mostrado interesadas en competir.
Con este modelo, según argumentó la Administración Distrital, se quiere lograr una prestación del servicio “adecuado a los estándares internacionales; modernizar el mobiliario urbano de aseo; fortalecer la cultura ciudadana implementando el reciclaje y aprovechamiento sostenible y generar estrategias para que sectores de la industria y otros actores de la cadena, utilicen materiales aprovechables en sus procesos”.
De quedar en firme, se espera que a mediados de año se conozcan las empresas que se encargarán de recoger la basura en la ciudad.