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Investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur (SUSTech), en Shenzhen, China, dicen haber logrado crear dos niñas gemelas modificadas con la herramienta de corta-pega genético CRISPR, según informa MIT Technology Review. Un día después del anuncio, su propia universidad ha emitido un comunicado en el que denuncia la mala praxis del director del estudio, Jiankui He. (Lea: ¿Llegó la hora de los bebés diseñados genéticamente?)
Según SUSTech, el científico se encuentra de excedencia sin sueldo desde febrero de 2018 hasta enero de 2021. La investigación se llevó a cabo fuera del campus y la universidad desconocía el proyecto.
El líder de la investigación anunció en un video que habían logrado eliminar el gen CCR5 para evitar que las hermanas nacieran con el virus del VIH del que es portador su padre. Además, según él, las niñas estarán protegidas contra la viruela y el cólera. Las gemelas habrían nacido sanas hace unas semanas.
El biólogo molecular Lluís Montoliu, del Centro Nacional de Biotecnología, pide cautela y escepticismo ante la noticia. “Andamos todos comentando una nota de prensa y dos vídeos que ha lanzado desde China este investigador. Suponiendo que todo lo que nos dice sea cierto, estaríamos ante un experimento de una irresponsabilidad colosal porque de aquí a la eugenesia hay un paso”, declara Montoliu a la Agencia Sinc.
Si el anuncio es cierto, lo que han logrado los investigadores chinos es generar personas con un gen inactivado que es la puerta de entrada a los linfocitos del VIH, por lo que son virtualmente inmunes al virus del SIDA. (Puede leer: Estos "nómadas del mar'" son los primeros humanos adaptados genéticamente para el buceo)
No sirve para curar: es eugenesia
La modificación genética que Jiankui asegura haber realizado no es una aplicación terapéutica de CRISPR. “No sirve para corregir una anomalía genética del embrión que pudiera dar lugar a una patología grave e incurable, se trata de un experimento de mejora genética”, alerta Montoliu. “No están curando a las personas sino creando personas con capacidades distintas”.
Durante el transcurso de esta investigación el equipo habría alterado los embriones de siete parejas en tratamientos de fertilidad, con el resultado de un único embarazo hasta ahora. Cuando otro equipo chino logró editar por primera vez los genes de un embrión humano en una placa de laboratorio en 2015, se desató la protesta mundial y las peticiones de científicos de todo el mundo para no usar esta tecnología para modificar humanos, al menos por el momento.
En esta búsqueda global cada vez más competitiva de aplicaciones para la edición de genes, esperamos destacar”, señalaron Jiankui y su equipo en un comunicado hecho público el año pasado. Los científicos predijeron que su innovación “superará” la invención de la fertilización in vitro, cuyo inventor fue galardonado con el Premio Nobel en 2010. (Lea también: ¿Seremos obligados a tener “bebés a la carta”?)
¿Pero por qué han podido los investigadores chinos hacer un experimento que viola las normas éticas sobre el uso de CRISPR? “En China no rigen las mismas leyes sobre edición de genes que en el resto de países –aclara Montoliu–. Este país no solo no firmó el convenio de Asturias de 1997, sino que tampoco prohíbe la implantación de bebés editados genéticamente. EE UU y Reino Unido, que tampoco firmaron el convenio y pueden editar embriones humanos en el laboratorio, tampoco pueden transferir los embriones editados a mujeres para su gestación”.
Sin embargo, todas las afirmaciones de Jiankui He son difícilmente comprobables, ya que no ha publicado los resultados de la investigación en ninguna revista científica. Solo aparecen referencias en dos documentos médicos publicados on line este mes.
La afirmación de que China ya ha hecho alteraciones genéticas en seres humanos llega justo cuando los principales expertos del mundo se desplazan a Hong Kong para asistir a la Segunda Cumbre Internacional sobre la Edición del Genoma Humano. (Lea: Una técnica genética que asusta a los genetistas)
“La caja de resonancia que ha conseguido este investigador es enorme al lanzar el anuncio justo hoy. Por ello seamos críticos, escépticos y cautelosos. No sería la primera vez que tenemos que desdecirnos de un estudio de China, donde la competencia es feroz entre los investigadores”, añade Montoliu.