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Adolfo León Atehortúa Cruz, docente y exrector de la Universidad Pedagógica Nacional, armó este lunes una carpa dentro del campus, en Bogotá; acomodó junto a ella un sofá y se sentó en él a esperar que el Gobierno atienda su petición. “Una mesa intersectorial donde esté el Ministerio de Educación y de Hacienda, rectores del Sistema Universitario Estatal (SUE), profesores y estudiantes, para dialogar y concertar soluciones de financiamiento a la educación”, le explicó el profesor a El Espectador. (Lea: Anuncian nueva movilización estudiantil para el 17 de octubre)
Hasta que no haya voluntad política, Atehortúa permanecerá en ese campamento las 24 horas, a la vista de los estudiantes. No comerá y solo beberá agua. Otros tres profesores se han unido a esta huelga de hambre, desde sus campus universitarios, ubicados en otras ciudades del país. Estos son: Juan Carlos Yepes, en la Universidad de Caldas; Luis Fernando Marín, de la Universidad del Quindío; y Orlando Aguirre, en la Universidad de Santander.
Su fin es exigir más dinero para funcionamiento y aumentar la base. El asunto es que lo propuesto por el Congreso son $500 mil millones. De ese dinero, solo será distribuido $55 mil millones para aumentar la base y el funcionamiento de las instituciones. Una suma, consideran los docentes, “francamente irrisoria”. Porque con esa plata las 32 universidades públicas en cuestión tendrán que sacar para el incremento salarial de 2019, además del incremento de gastos permanentes.
Es decir, "gastos como vigilancia que pagamos todas las universidades, aseo, mantenimientos. Eso sin contar los gastos que tenemos dolarizados como las licencias de softwares y gastos de dotación recurrentes en funcionamiento", concluyó Atehortúa. A esta protesta se sumará, mañana 17 de octubre, una nueva movilización convocada para horas de la mañana a nivel nacional.