Así va el pulso entre los indígenas y Lenín Moreno en Ecuador

Las comunidades indígenas y el presidente Lenín Moreno continúan enfrentados en Ecuador. El mandatario culpa a otros por las marchas y defiende su decisión de retirar los subsidios al combustible.

Camilo Gómez / @camilogomez8
10 de octubre de 2019 - 03:00 a. m.
Miles de indígenas marcharon en la militarizada ciudad de Quito contra el “paquetazo”. / AFP
Miles de indígenas marcharon en la militarizada ciudad de Quito contra el “paquetazo”. / AFP

Clases suspendidas a escala nacional, vías bloqueadas, operaciones petroleras congeladas, saqueos, heridos, detenidos e incluso dos muertos. Así está Ecuador hoy, tras más de dos semanas de intensas protestas. La crisis desatada por el denominado “paquetazo”, una serie de medidas que el presidente ecuatoriano Lenín Moreno adoptó a finales de septiembre y que significó el alza de precios y la eliminación del subsidio a los combustibles, aumenta con el paso de los días. Desde hace cuatro décadas, Ecuador, el país latinoamericano con el precio de combustible más bajo, destinaba millones de dólares para subsidiar el hidrocarburo en su pueblo, y Moreno fue el primer presidente que se atrevió a quitar ese subsidio.

El gobierno ha buscado responsabilizar a Rafael Correa, expresidente de Ecuador, y al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela de las manifestaciones. “Más que sospechas o temores es realidad. Hay decenas de ciudadanos de otra nacionalidad (…) Del país del señor de los bigotes que acaba de hacerse el gracioso con la situación de Ecuador”, denunció el vicepresidente de la nación, Fernando del Rincón. “Los saqueos, el vandalismo y la violencia demuestran que hay un intento de romper el orden democrático”, agregó Moreno. Entre tanto, la situación se agrava con una mesa de diálogo endeble de lado y el rechazo de la comunidad indígena a la “mano amiga” del mandatario, quien finalmente aceptó la ayuda de la Organización de Naciones Unidas para mediar en la crisis. Vea también: Crisis en Ecuador: La mala hora de Lenín Moreno 

La tensa situación incluso llevó al Ejecutivo a trasladarse de Quito, la capital, a la ciudad costera de Guayaquil, ante las manifestaciones que tienen acorralado al gobierno, y los frecuentes enfrentamientos entre las movilizaciones indígenas y las autoridades en las calles condujeron a que la Cruz Roja suspendiera sus actividades en el país, debido a la falta de seguridad para cumplir con sus labores. En medio del estado de excepción decretado por Moreno, los medios han mostrado el vandalismo perpetrado por algunos manifestantes y también la represión cometida por las autoridades policiales, que han enfrentado las protestas por la fuerza. La prensa local destacó que un grupo de policías allanó una emisora por una supuesta “incitación a la discordia”. Le puede interesar: Los indígenas ponen en jaque a Ecuador

Tras el alboroto interno, el expresidente Correa ha aparecido desde el exterior para pedir unas elecciones anticipadas a las cuales, afirmó, se presentaría como candidato “si es necesario”, aunque no podría ocupar la presidencia, pues se encuentra inhabilitado. Su llamado aparece justo cuando debía enfrentar un juicio por el caso de corrupción Arroz Verde, por lo que se acusa particularmente a la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) de fomentar la desestabilización del país para favorecer al exmandatario, algo que la organización ha rechazado.

Las comunidades indígenas de Ecuador señalan que no han salido a marchar por el expresidente Correa sino por ellos. Su descontento con el gobierno de Moreno va más allá del aumento de la pérdida del subsidio de combustibles o los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) que acogió Moreno, pues dicen que ya llevan varios años de frustración y decepción porque consideran que el presidente ha incumplido algunas de sus promesas como, por ejemplo, la preservación de tierras ancestrales o el acceso a educación. Los manifestantes demandan la derogación del decreto con el que además del lío por el combustible se pierden derechos de los trabajadores públicos, como la reducción de quince días de vacaciones para empleados del sector público, también la supresión de aranceles para bienes tecnológicos y la eliminación del anticipo al impuesto de renta, medidas demandadas por el FMI para emitir los préstamos.

Esta no es la primera vez que las protestas indígenas acorralan a un mandatario con efectividad, pues en las últimas tres décadas los movimientos le costaron la presidencia a Jamil Mahuad (1998-2000) y a Lucio Gutiérrez (2003-2005). También lograron desbaratar la negociación de un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos en 2006 y le generaron problemas a Correa en su último período cuando este decidió dar vía libre a la explotación petrolera en la reserva natural de Yasuní, en la Amazonia ecuatoriana. A la poderosa protesta indígena se han sumado otros sectores, como los sindicatos de trabajadores, transportistas, estudiantes universitarios y opositores al gobierno. Vea también: Primeros choques en marcha indígena en Ecuador

Según Santiago Basabe, analista político, los indígenas tienen un poder considerable en Ecuador que va más allá de su representatividad en la población, pues cuentan con una gran fuerza de convocatoria y miles de personas dispuestas a alcanzar el objetivo que definan sus líderes comunales. Aunque la protesta se ha visto manchada por actos vandálicos, la Conaie ha señalado que los responsables de estos son “elementos profesionales, expertos en caotización” y ajenos al objetivo del movimiento. También agregaron que se han identificado a algunos responsables y se les ha aplicado “justicia indígena”, que consiste en un castigo físico y oral, y no quieren que estos episodios distraigan la atención pública sobre su objetivo: derrumbar el decreto de Moreno.

El pulso entre las comunidades indígenas y el gobierno se mantiene, pese a la concentración masiva que llegó a Quito el miércoles, sin que ningún sector ceda y con un diálogo estancado, pues mientras los manifestantes se niegan a conversar hasta que el decreto sea derogado, Moreno se mantiene firme en su posición y continúa con las medidas asegurando que las medidas son buenas para el pueblo, que no confía en esta idea. “De acá no nos vamos hasta que el FMI no se vaya”, reza el movimiento de la Conaie.

https://www.elespectador.com/noticias/el-mundo/la-otra-cara-de-las-protestas-ecuatorianos-ofrecen-agua-policias-y-manifestantes-articulo-885217

Por Camilo Gómez / @camilogomez8

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