Cuando Cúcuta fue noticia mundial

El concierto desarrollado en Tienditas, en la capital de Norte de Santander, y el operativo de entrada de las donaciones internacionales que se llevará a cabo el día de hoy provocó un impulso turístico sin precedentes en la ciudad. Maduro movilizó a sus seguidores al otro lado de la línea divisoria, en el estado de Táchira, con un contraconcierto.

Jesús Mesa Mosquera / Cúcuta
23 de febrero de 2019 - 02:00 a. m.
Al concierto Venezuela Aid Live asistieron más de 200.000 personas. / EFE
Al concierto Venezuela Aid Live asistieron más de 200.000 personas. / EFE
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Después de mucho tiempo, los ojos del mundo volvieron a posarse en la ciudad de Cúcuta. Once años después del concierto que en su momento buscó calmar las entonces agitadas relaciones entre Colombia y Venezuela (16 de marzo de 2008), la capital del Norte de Santander volvió a ser la meca noticiosa de la región, aunque esta vez por dos razones: el concierto organizado por el británico Richard Branson y la posible entrega de las donaciones internacionales con las que la oposición venezolana busca presionar al gobierno de Nicolás Maduro.

Mucho ha cambiado desde el concierto Paz Sin Fronteras del 2008. Álvaro Uribe no es más el presidente de Colombia y Hugo Chávez falleció y heredó su lugar a Nicolás Maduro. Desde entonces, la situación social y económica en Venezuela se agravó a tal punto que desde el año 2017 han salido cerca de 3 millones de personas de ese país, y la ciudad de Cúcuta es la que ha sentido de primera mano el impacto de la crisis. Por eso, como en aquel año, Cúcuta sirvió de nuevo como puente entre ambas naciones, aunque esta vez con motivaciones diferentes. Desde enero se ha convertido en el epicentro de la presión internacional liderada por Colombia y Estados Unidos en contra del gobierno de Nicolás Maduro. Esta semana, dicha presión llegó a su clímax con la realización en tiempo récord de un concierto que congregó a miles de personas.

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Taxistas y quienes trabajan en los hoteles de la ciudad no recuerdan que Cúcuta haya recibido la atención que actualmente tiene, ni siquiera hace diez años. “Yo estuve en el concierto del 2008 y eso fue bueno, pero lo de estos días ha sido mejor, porque hay más trabajito”, afirmó Luis Moros, taxista, quien manifiesta estar feliz por la gran cantidad de turistas que llegaron a la ciudad en las últimas semanas. La ocupación hotelera en Cúcuta llegó al 100 % en sus 14 alojamientos rurales, 34 apartahoteles, cinco centros vacacionales, 18 hostales, 249 hoteles, dos refugios y 60 viviendas turistas, según cifras de la Alcaldía.

Leidy Flores, recepcionista de un pequeño hotel en el centro de Cúcuta, opina igual que Moros y dice estar contenta por la gran cantidad de visitantes que ha recibido la ciudad. “Desde el lunes tenemos las habitaciones llenas y esto nunca nos había pasado”, dice Flores, y afirmó que a su hotel han llegado extranjeros de todo tipo, cuando normalmente llegaban solo colombianos o venezolanos “varados”.

A 300 metros del Live Aid Venezuela, Nicolás Maduro montó Hands Off Venezuela, en Táchira. El concierto comenzó en las horas de la tarde, con un cartel de 40 artistas locales que convocó a miles de personas, según imágenes transmitidas por la televisión
oficial.

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En la pantalla gigante del escenario se difundieron mensajes como "para la guerra nada" o la imagen de la bandera nacional, mientras los animadores arengaban con consignas a favor de la Paz y en rechazo a la injerencia extranjera.

De la fiesta a la resaca

Pero a la euforia que provocó el evento también la acompañó la incertidumbre por lo que vendrá después. Muchos colombianos y venezolanos que asistieron al concierto saben que este sábado las cosas pueden cambiar en la frontera, cuando la oposición venezolana, liderada por Juan Guaidó, dé inicio al operativo de ingreso hacia territorio venezolano de las donaciones internacionales que están apiladas en el puente Tienditas.

“Tenemos fe de que la ayuda pase, pero también sabemos que las cosas se pueden poner feas”, dijo Hénderson López, un joven venezolano de 21 años que cruzó la frontera con un doble propósito: asistir al concierto y apoyar la entrada de las donaciones. “Aquí estaremos para apoyar la entrada de esas ayudas, pues así yo no me vaya a beneficiar, la ayuda es necesaria”, agregó.

El operativo tras el concierto es el que tiene los ojos del mundo puestos en Cúcuta. De su desarrollo depende gran parte de la estrategia internacional para provocar la caída de Nicolás Maduro en Venezuela. Este sábado, afirmaron dirigentes de la oposición venezolana como Gaby Arellano y José Manuel Olivares, se espera que las donaciones ingresen a Venezuela a través de tres puntos fronterizos: los puentes Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y Tienditas.

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De acuerdo con los líderes opositores, la ayuda humanitaria entrará “de día y de frente” y se hará de manera simultánea en cada uno de estos pasos fronterizos que tiene Colombia con Venezuela. Para facilitar el operativo, Migración Colombia anunció que el sábado cerrará temporalmente la frontera para “velar por el correcto desarrollo de la entrega”, aunque la forma como se hará es todavía un misterio.

“Nos han dicho que las mujeres somos las que vamos a abrir la frontera y allí vamos a estar”, dijo a El Espectador Jineth Ramírez, tachirense y voluntaria del operativo de entrada de las donaciones internacionales. Según la venezolana, un grupo de mujeres estará al frente de las caravanas y tienen esperanzas de que las Fuerzas Armadas desobedezcan a Maduro y les permitan el ingreso de los paquetes de ayuda.

Del otro lado de la frontera se espera que voluntarios leales a la causa de Juan Guaidó hagan parte de las caravanas que buscan persuadir a los militares de abrir paso y convencerlos de que en su país hay una crisis humanitaria, que ha sido desestimada por Maduro. Pero para los venezolanos que están del otro lado de la frontera, convencerlos será mucho más difícil de lo pensado.

Por Jesús Mesa Mosquera / Cúcuta

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