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Durante varios meses, la administración de Donald Trump lanzó serias amenazas contra Cuba por los ataques acústicos. La relación, que en tiempos de Barack Obama había llegado a los niveles más altos, llegó a su punto más difícil por cuenta de los ataques.
Incluso en octubre, el presidente Donald Trump acusó a Cuba de no hacer lo suficiente para "prevenir una serie de ataques acústicos contra los diplomátios estadounidenses en La Habana".
Según datos de Washington, 24 estadounidenses en Cuba sufrieron una agresión acústica. "Creo que Cuba sabía, Cuba es responsable", aseguró el mandatario cuando la prensa lo consultó sobre el tema. El mandatario no hizo más comentarios al respecto, más allá de asegurar que lo ocurrido en La Habana fue "un ataque muy inusual".
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Pues ahora resulta que los ataques, que según el Departamento de Estado habrían comenzado según Washington en 2016, no están confirmados. El Departamento de Estado de EE.UU. admitió este martes, por primera vez, que no está seguro de que los supuestos ataques sufridos por 24 estadounidenses en Cuba fueran una agresión acústica, como habían sostenido hasta el momento.
"Yo no descarto nada. No estoy diciendo que sea un ataque acústico, pero sí sabemos que hay un elemento acústico asociado con ellos, que puede ser parte de otro estilo de ataque", afirmó hoy el director adjunto de seguridad diplomática del Departamento de Estado, Todd Brown, en una audiencia en el Senado sobre este tema.
Varios senadores le habían preguntado por un informe preliminar del FBI, filtrado recientemente a la prensa, en el que se indica que su investigación en La Habana no ha encontrado pruebas de que sean ondas sónicas las causantes de los daños a la salud sufridos por ese grupo de personal diplomático y sus familiares.
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La Asociación Estadounidense del Servicio Exterior dijo que los afectados presentaron "daño traumático cerebral leve y pérdida de la audición, además de síntomas como desequilibrio, fuertes dolores de cabeza, dificultades cognitivas e inflamación cerebral".
El gobierno cubano siempre negó responsabilidad en los incidentes y aseguró estar investigando el caso. Nunca recibieron pruebas de las acusaciones ni EE.UU. compartió la información que supuestamente tenía al respecto. ¿Qué puede decir ahora Trump?