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Los episodios de violencia en la campaña política en Bolivia se habían desatado días atrás, con enfrentamientos como el del pasado miércoles en una localidad rural del departamento de La Paz ante una sede del Movimiento al Socialismo (MAS), que derivó en el lanzamiento de cartuchos de dinamita y el incendio de una comisaría de Policía.
Pero los disturbios que más encendieron el ambiente político fueron los de ayer en la noche en Santa Cruz, la mayor ciudad de Bolivia y su capital económica, con destrozos en varias sedes del MAS.
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Al menos 80 personas pasaron la noche en comisaría, de las que unas doce fueron remitidas al Ministerio Fiscal y del resto la mayoría fueron liberadas este viernes, según la Policía Boliviana. El presidente del país, Evo Morales, calificó de golpistas a los violentos y los acusó de estar pagados desde la derecha opositora para conspirar contra la democracia en el país.
"Las elecciones no se ganan con bate, se ganan con voto. Las elecciones no se ganan con violencia, se gana con consciencia del pueblo boliviano", defendió durante un acto oficial. Morales citó expresamente de estar detrás de esta violencia al 21-F, un movimiento crítico con su Gobierno.
El oficialismo cargó además contra el Comité Cívico Pro Santa Cruz, una entidad que aglutina organizaciones sociales cruceñas, críticas igualmente con el Gobierno, con acusaciones de que la violencia fue premeditada por estos colectivos.
Los presidentes de las cámaras de Diputados, Víctor Borda, y de Senadores, Adriana Salvatierra, y miembros del Ejecutivo como el ministro de Gobierno (Interior), Carlos Romero, señalaron a estas organizaciones, si bien instaron a no responder a lo que calificaron de provocación de los opositores.
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Por su parte, el principal candidato opositor para los comicios de octubre, el expresidente boliviano Carlos Mesa, condenó en Twitter "la violencia y la provocación venga de donde venga".
"Frente a los desastres tan graves como los incendios de la Chiquitania, lo que se requiere es unidad para detenerlos, y no generar enfrentamientos que buscan un beneficio político", alertó.
La Chiquitania se encuentra en la región de Santa Cruz y es la zona más castigada desde hace semanas por el fuego en Bolivia, donde los incendios afectaron a cerca de 1,8 millones de hectáreas según datos oficiales, aunque la Gobernación cruceña y organizaciones conservacionistas elevan la cifra a más de dos millones.
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El senador cruceño Óscar Ortiz, tercero en la carrera electoral tras Morales y Mesa según las encuestas, culpó al MAS de ser el provocador de la violencia para esconder su "incapacidad" para frenar los incendios.
El órgano electoral de Bolivia advirtió en un comunicado de que estos hechos violentos pueden conllevar un delito electoral e instó al Ministerio Público a investigarlos.
Evo Morales concurre por el MAS a un cuarto mandato en los comicios del próximo 20 octubre, frente a ocho candidaturas de la oposición entre los que solo parece Mesa, por la alianza Comunidad Ciudadana, con opciones a forzarle a una segunda vuelta, a tenor de los últimos sondeos.