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La renuncia del presidente de Bolivia, Evo Morales, causó un terremoto político en Latinoamérica. Con 14 años en el poder, Morales era el jefe de estado que más tiempo llevaba al mando de su país en la región.
Durante esos años, Morales estrechó fuertes lazos con diferentes gobiernos de la región, especialmente de izquierda. Ante la noticia de su salida de la presidencia, muchos de esos aliados salieron en defensa del mandatario indígena, a quien señalaron de ser una "víctima de un golpe de estado".
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue el primero en condenar "categóricamente" lo que denunció como un "golpe de Estado" en Bolivia, después de que Morales anunciara su renuncia.
"Condenamos categóricamente el golpe de Estado consumado contra el hermano presidente @evoespueblo. Los movimientos sociales y políticos del mundo nos declaramos en movilización para exigir la preservación de la vida de los pueblos originarios bolivianos víctimas del racismo", escribió Maduro en la red social Twitter.
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Cuba, por su parte, acusó a la derecha de haber perpetrado un "violento golpe de Estado".
"La derecha con violento y cobarde golpe de Estado atenta contra la democracia en Bolivia", tuiteó el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel, que reclamó además una "movilización mundial por la vida y la libertad de Evo".
Otro de los que se pronunció fue el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, quien también calificó lo ocurrido en Bolivia como "un golpe de estado" que, según él, "obligó" a Evo Morales a renunciar.
"Es lamentable que América Latina tenga una élite económica que no sepa cómo vivir con la democracia y la inclusión social de los más pobres".
El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, también se solidarizó con el exmandatario boliviano y manifestó que en ese país se consumó un "golpe de estado".
"Nosotros, defensores de la institucionalidad democrática, repudiamos la violencia desatada que impidió a @evoespueblo concluir su mandato presidencial y alteró el curso del proceso electoral" escribió Fernández en Twitter.
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El líder peronista manifestó también que era imperativo que los bolivianos fueran a elecciones lo más pronto posible. "Bolivia debe volver cuanto antes al sendero de la democracia a través del voto popular y sin proscripciones", opinó Fernández.
Su madrina política, Cristina Fernández de Kirchner, cuestionó la respuesta de la comunidad internacional a la crisis que vivió Bolivia en las últimas semanas.
"En Bolivia, manifestaciones violentas sin ningún tipo de limitación por parte de las fuerzas policiales, incendian viviendas y secuestran personas mientras las Fuerzas Armadas le “sugieren” al presidente indígena y popular Evo Morales que renuncie", trinó Fernández de Kirchner.
La expresidenta argentina pidió que "haya pronunciamientos y, sobre todo, acciones claras en defensa de la democracia, independientemente de cuál sea la orientación política de los gobiernos que surgen de la voluntad popular".
Por su parte, el gobierno mexicano, liderado por Andrés Manuel López Obrador, le ofreció a Morales asilo en su país en caso de que lo llegue a solicitar, informó el domingo el canciller de ese país. Hasta este lunes el ofrecimiento no había tenido respuesta por parte del mandatario boliviano.
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Más tarde, el gobierno español criticó este lunes en un comunicado la intervención del ejército y de la policía para forzar la renuncia de Morales. El ministerio de Exteriores español, que había celebrado el anuncio de unas nuevas elecciones formulado horas antes por el ya expresidente, condenó que este proceso "se haya visto distorsionado por la intervención de las fuerzas armadas y de la policía sugiriendo a Evo Morales que presentara su renuncia".
"Esta intervención retrotrae a momentos ya pasados de la historia latinoamericana", denunció en su comunicado.
Una reacción sorpresiva fue la del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo que lo que le sucedió a Evo Morales en Bolivia deja una "importante lección" para su país.
"Las denuncias de fraude electoral resultaron en la renuncia del presidente Evo Morales. La lección para nosotros es la necesidad, en nombre de la democracia y la transparencia, de contar los votos que se pueden auditar. ¡El VOTO es un signo de claridad para Brasil!", trinó el mandatario brasileño.
Mientras que el gobierno de Argentina, todavía comandado por Mauricio Macri El Gobierno de Argentina, aseguró este lunes que no hay "elementos" para describir lo ocurrido en Bolivia como un "golpe de Estado", según expresó el canciller, Jorge Faurie, en una conferencia de prensa en Buenos Aires.
"En este momento y siguiéndolo paso a paso, no están los elementos de describir esto como un golpe de Estado ya existente", dijo el ministro de Relaciones Exteriores tras la reunión del gabinete de ministros en la Casa Rosada, en referencia a la renuncia este domingo, en medio de una fuerte tensión social, de Evo Morales como presidente, cuya dimisión fue pedida por las Fuerzas Armadas.
En Colombia, el gobierno de Iván Duque pidió una "reunión urgente" del consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) y que "los ciudadanos bolivianos se puedan expresar libremente en las urnas y elegir a un nuevo gobierno con plenas garantías para su participación".
Colombia "solicita a la Secretaría General la convocatoria de una sesión del Consejo Permanente, de manera urgente, a fin de buscar soluciones a la compleja situación institucional que se presenta en el Estado Plurinacional de Bolivia", indicó el ministerio de Exteriores en un comunicado.
Mientras que Perú solicito este domingo una transición democrática en Bolivia luego de la renuncia del presidente Evo Morales tras semanas de protestas por su controvertida reelección y tras perder el respaldo de las Fuerzas Armadas y la Policía.