Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Desde Colombia se siente que la situación en Venezuela está a punto de explotar. Con cada noticia que estalla, la sensación es que, tras años en crisis, la solución está cerca. Para los venezolanos, que viven una larga lista de problemas diariamente, la situación, sin embargo, es diferente. La mayoría no está pendiente de las noticias y vive su día a día tratando de sobrevivir de la mejor manera.
Ver más: Christopher Figuera, exdirector del Sebin, ¿qué pasó con él?
Leoncio Barrios, psicólogo y analista social, Doctor en Educación a la Familia y a la Comunidad (Universidad de Columbia, 1990), es profesor jubilado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y consultor, cuenta cómo la sociedad venezolana enfrenta los difíciles días que viven desde hace años, pero que desde el 23 de enero, se convirtieron en una montaña rusa de sensaciones.
Ese día, con la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino del país, los venezolanos se levantaron del letargo en el que estaban. Se reactivaron las manifestaciones en espera de un franco cambio. Tal como lo registraron la mayoría de medios de comunicación en el mundo.
Pero, de acuerdo con Leoncio Barrios, no todo el país reaccionó así. "Hay dos sectores en el país, uno que no es militante político pero sigue a la oposición y forma parte de los miles de millares que van a las marchas, desfilan y cacerolean. Y hay otro sector que no necesariamente es chavista, que es más neutral con relación a los planteamientos de la oposición y menos entusiasta frente a lo que pudiera ocurrir. Y un tercer sector, es el chavismo, el que apoya a Maduro, aún cuando no esté de acuerdo con su política, que es el que descalifica de plano todo lo que está pasando en en el país", explica el experto que, a continuación, hace un análisis de todo lo que pasa en Venezuela:
Dos cabezas
El asunto está en que el país vive una bicefalía simbólica. Aunque la gente de la oposición hable del presidente encargado, saben que no es el oficial, que no comanda ni la economía ni las fuerzas armadas. El que toma las decisiones sigue siendo Nicolás Maduro.Ver más: La tragedia de las fuerzas armadas de Venezuela
Lo que está pasando con Juan Guaidó tiene más efecto afuera. La gente de adentro, los venezolanos que trabajan, que tienen todas las calamidades de todo lo que pasa en el país, es decir la mayoría, está fuera del dilema de quién es el Presidente. Simplemente está resolviendo el día a día, la carestía de la vida, los apagones, tienen que conseguir hasta tres trabajos, ver cómo se movilizan porque el transporte es un problema. Esas cotidianidades tan fuertes consumen la energía del día a día del venezolano. Algo diferente de lo que cuentan los tuiteros, de la gente que consulta medios internacionales y, claro, de los que protagonizan la crisis del país.
Lo que piensa un venezolano
El venezolano de a pie claro que vive preocupado, pero no porque llegue una invasión armada, su preocupación primaria es resolver qué hacer sin agua y sin luz. Cómo conservar el pollo o la carne que consiguió porque en su casa no hay luz. Y aunque ha mejorado el suministro de comida, pues se encuentran muchas más cosas en los supermercados, pues ya no alcanza para comprarlos. Ya no hay filas largas, pero el salario mínimo no alcanza.
Lo que piensan de los militares
Existe un país activo, ese que pone cosas en Twitter, que vive en Facebook, que detesta a la cúpula militar. Pero hay que tener en cuesta que este país está en manos de los militares desde hace más de 20 años.Ver más: La opción militar que causa división en la Casa Blanca
Y por otro lado, está el otro país, los sectores populares. Esta gente está en otro tema, pasa muchas penurias y para ellos el militar es un soldado, es ese militar raso, su hijo, un vecino, un familiar, alguien de su círculo cercano. Pareciera que hay ahí una desvinculación total de la realidad. Ellos los ven como unos soldados que solo cumplen órdenes. A la cúpula ni la imaginan.
Así cambió la familia venezolana
Hay un gran sector de personas a los que yo llamo los "deshijados", padres a los que se les fueron los hijos. Ese es un sector que tiene también como una doble posición ante lo que ha ocurrido con la migración: sí hay dolor y tristeza del hijo y nietos lejanos, de la soledad, a lo cual no estábamos acostumbrados, pero también hay una satisfacción por esa partida. Ellos consideran que en el exterior sus familiares están mejor, más seguros. Es un doble sentir.En la clase popular o sectores de muy bajos recursos, familias muy numerosas en don son multifamilias en un hogar: viven tíos, abuelos, primos, son grupos familiares más complejos que una clase media que tienen papá. hijos y nietos, el que se vayan uno o dos o tres miembros de las clases bajas no produce la soledad que sienten los clases medias. Acá los niños se quedan con los abuelos mientras las mamás se van a trabajar, pero reciben plata y con eso se mantienen..
El racionamiento
No hay distorsión de la imagen que se ven en el exterior. Sin embargo, el país lleva su día a día. Indudablemente hay un nivel de ansiedad muy alto en la población en este momento. El problema de la energía eléctrica ha sido mucho más desesperante para los venezolanos que toda la crisis económica que hemos venido enfrentando, la de seguridad y la crisis en el sector salud. El tema de los apagones tiene a la gente enloquecida y la tiene así porque es que no se va solo la luz, sin energía no puedes ir a trabajar porque no hay metro, hay escuelas que no reciben los niños, empresas que cierran porque no tienen plantas, no tienes agua tampoco, y no sabes cómo conservar un pollo o la carne que consigues... es tremendo se altera toda la vida con los apagones.
La manifestaciones
La gente sale a protestar en masa, en gran parte acata las convocatorias de la oposición porque están desesperados. Hace cinco años solo era un sector social el que protestaba, hoy es una mezcla de lo que queda del sector más pudiente, y la gente de clases populares y se quejan porque la necesidad es mucha.Ver más: Los militares, los que sostienen a Maduro en el poder
No es que estén convencidos de los planteamientos de la oposición sino porque quieren salir de esta situación que los lleva a sobrevivir día a día.
Migración
Del 23 de enero para acá he visto en la gente de clase media, más gente decidiendo irse del país que gente que quiere quedarse, a pesar de la esperanza que generó Guaidó y los planteamientos de la oposición muchos pensamos que se iba a contener a la gente que se iba a ir. Nadie ha cambiado de opinión, los venezolanos no desisten de irse del país, a pesar de todo esto.Ver más: Así planeó Colombia la estrategia contra Maduro
Estados Unidos y la invasión militar
A los muy politizados o los más desesperados por la situación económica, la posibilidad de una invasión no les angustia, creen que eso les resuelve los problemas, que en 15 días el país se arreglará y que en tres meses toda la crisis estará resuelta. Ese sector tiene dos caras: la ignorancia, no sabe lo que significa una invasión, y la de estar convencido de que esta argucia política es necesaria e imprescindible dadas las actuales circunstancias. Y entonces pujan para que se dé. Pero hay otro sector, no necesariamente chavista o que apoye a Maduro, que ven con preocupación que eso se produzca.
Maduro
No ha sido un hombre que provoque algo. No tiene carisma, se le ha visto siempre como muy muy gris, un tipo poco querido en los sectores chavistas, que lo siguieron porque fue una decisión de Hugo Chávez, pero jamás lo aceptaron. Cada día las filas del chavismo se resienten. No tiene liderazgo, no tiene fuerza, no tiene nada ni en el gobierno ni entre la gente. Pero no ha surgido nadie que le pelee ese flojo liderazgo. La gente habla de Diosdado Cabello que tiene el poder de la fuerza.