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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, abogó hoy al recibir el Premio Carlomagno en Aquisgrán por emprender profundas y rápidas reformas para refundar el proyecto europeo, al tiempo que criticó el "fetichismo" alemán respecto al superávit presupuestario y comercial.
Tras recibir la medalla con la imagen del emperador Carlomagno, que le distinguió con el prestigioso galardón por "su visión de una nueva Europa", Macron instó a "actuar ya" para construir ese espacio capaz de "decidir por sí mismo" y enfrentar los "grandes desafíos" del mundo actual tanto a nivel económico como político.
Ante un auditorio en la Sala de la Coronación de Aquisgrán en el que se encontraban otros ocho jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el rey de España, Felipe VI, y la canciller alemana, Angela Merkel, Macron abogó por hacer de Europa "una potencia geopolítica" y "diplomática".
"Estamos ante grandes amenazas y no podemos dejar que otros decidan por nosotros", aseguró el presidente francés y recalcó que Europa tiene "el deber de mantener la paz y la estabilidad" en Oriente Medio, en referencia a la retirada unilateral de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán.
En este sentido, afirmó que, si los europeos aceptan que otras grandes potencias, "incluidas las aliadas", decidan por ellos, no serán más "soberanos".
El premiado defendió "un fuerte multilateralismo" a nivel internacional, también en el plano comercial frente a la amenaza proteccionista de Estados Unidos, y recalcó que con una concepción "puramente nacional" Europa no podrá actuar ante problemas como los relacionados con el medio ambiente o la inmigración.
Además, criticó duramente a los nacionalismos, que pueden provocar "divisiones mortales", e instó a no "dejarse dividir" ni "renunciar nunca a la defensa de la democracia, del debate, rechazando la violencia".
Respecto a la negociación con Alemania de sus propuestas de reforma de la Unión Europea (UE), que debería concluir el próximo junio, Macron recalcó que cree en "un presupuesto europeo mucho más ambicioso" y en una zona euro "más integrada" con un presupuesto propio.
"No seamos débiles y elijamos", dijo, y aseguró que en Alemania "no puede haber un perpetuo fetichismo en relación con los excedentes presupuestarios y comerciales, porque se logran a costa de los otros", en referencia al récord de superávit que registra ese país desde hace varios años.
Por su parte, Merkel, que fue la encargada de la intervención de "laudatio" de Macron antes de que recibiese el premio, evitó entrar en detalles respecto a las propuestas europeas del mandatario francés, aunque reconoció que es necesario "un nuevo punto de partida para Europa".
La canciller alemana aseguró que Europa ya no puede esperar que Estados Unidos le "proteja" de los conflictos en el mundo, la mayoría de los cuales tienen lugar "a las puertas" del viejo continente.
"Ya no es así", dijo, y calificó de "extremadamente complicada" la situación en Oriente Medio tras el abandono del pacto nuclear con Irán por parte de Estados Unidos, al tiempo que instó a todas las partes a la "moderación".
Merkel sostuvo que Europa necesita la "pasión" que Macron ha traído consigo y señaló que los europeos deben "encontrar juntos respuestas muy concretas" a los desafíos globales. "La tarea de Europa es tomar su destino en sus propias manos", afirmó, y destacó el valor de la unidad europea en las últimas décadas, que ha "traído paz, libertad y democracia".
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Merkel subrayó que los europeos "solo pueden afrontar juntos los grandes desafíos globales" a los que se enfrenta el mundo actual.
"Debemos encontrar juntos respuestas muy concretas" a los mismos, dijo y aseguró que para ello es necesario "un nuevo punto de partida para Europa".
La canciller, encargada de realizar la "laudatio" del premiado, afirmó que Europa necesita la "pasión" que Macron ha traído consigo.
"Ha llegado al escenario un joven europeo para el que la integración es una evidencia", señaló.
Destacó que el presidente francés "sabe lo que mantiene unida" a Europa, sabe como ésta debe evolucionar y mantiene la "capacidad de asombro" con los valores del continente.
Asimismo, indicó que Europa debe ser algo más que una moneda y un mercado común y añadió que la integración es el "proyecto decisivo" de un continente que "encuentra de nuevo la esperanza cuando se abre al futuro".
Por último, Merkel recordó que Siria, por ejemplo, tiene frontera prácticamente con la Unión Europea (UE) al estar geográficamente cerca de Chipre y subrayó la necesidad de encontrar una solución tanto al conflicto sirio como a la situación creada tras la salida de EEUU del pacto nuclear con Irán.
"La tarea de Europa es tomar su destino en sus propias manos", afirmó y destacó el valor de la unidad europea en las últimas décadas que ha "traído paz, libertad y democracia y es la "garantía para el futuro" puntualizó la canciller alemana.
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