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El vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, ratificó este martes el compromiso de la Administración del presidente, Donald Trump, de retornar a la Luna en los próximos cinco años, y vaticinó que la primera mujer y el próximo hombre que vuelvan a pisar el satélite de la Tierra serán estadounidenses.
"Como el presidente Donald Trump ha dejado claro: la política de esta Administración es que Estados Unidos vuelva a enviar astronautas estadounidenses a la Luna dentro de los próximos cinco años", dijo Pence en un discurso en la reunión nacional del Consejo del Espacio.
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Al intervenir en la reunión nacional del Consejo del Espacio, que se celebró en el Centro Espacial y de Cohetes ubicado en la localidad de Huntsville (Alabama), Pence consideró el regreso de los astronautas estadounidense a la Luna como el "próximo salto gigante" del país. De igual forma, resaltó que Estados Unidos prevé "desarrollar tecnología para ir a Marte y mundos más allá".
El vicepresidente destacó la presencia en el encuentro del astronauta Edwin "Buzz" Aldrin, el piloto del módulo lunar del Apolo 11, la primera misión que puso a un hombre en la Luna y que este 2019 celebra su 50 aniversario. Durante esa misión, que partió de la Tierra el 16 de julio de 1969 y aterrizó cuatro días después en la Luna, Aldrin y Neil Armstrong, ambos astronautas estadounidense, lograron caminar sobre la superficie lunar.
En respuesta al vicepresidente, el administrador de la NASA, Jim Bridenstine, escribió en Twitter "desafío aceptado". "Iremos a la Luna con nuevas tecnologías y sistemas innovadores para explorar más ubicaciones en la superficie de lo que nunca se creyó posible", señaló Bridenstine en un declaración incluida en la web de la NASA, en la que indicó que Trump ha ordenado volver al satélite antes de 2024.
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En esa declaración, llamada "Explore Moon to Mars" (Explorar la Luna a Marte), Bridenstine dijo que esta vez EE.UU. "se quedará en la Luna". "Y luego usaremos lo que aprendamos en la Luna para dar el siguiente gran salto: enviar astronautas a Marte", añadió.
En 2011, la NASA puso fin a los vuelos de sus transbordadores espaciales y, desde entonces, depende de Rusia para llevar a sus astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI).
Trump pidió en abril de 2017, tres meses después de asumir el cargo, que la NASA acelerara sus planes de exploración espacial, cuya meta es enviar humanos a Marte en la década de 2030, para que un estadounidense pise el planeta rojo durante su primer mandato o, "en el peor de los casos", en un eventual segundo.