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Por "primera vez en la historia de Israel", según el presidente de Israel, Reuven Rivlin, ningún candidato obtuvo los apoyos suficientes para dirigir un ejecutivo. "¿Que ocurrirá ahora? Nadie lo sabe porque esto nunca antes ocurrió" resumía el jueves el diario Yediot Aharonoth. La ley fundamental de Israel, equivalente de la Constitución, prevé sin embargo una 'guía de supervivencia' para estos embrollos políticos.
Tras haber encomendado formar gobierno sucesivamente a los jefes de los dos principales partidos del país, el Likud de Benjamin Netanyahu y el Azul-Blanco de Benny Gantz, el presidente encargó el jueves a Yuli-Yoel Edelstein, presidente del Parlamento que encuentre a una personalidad apta para dirigir un futuro ejecutivo.
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Edelstein recibe este mandato en nombre del Parlamento, que tiene 21 días, hasta el 11 de diciembre, para presentar a Rivlin un documento firmado por al menos 61 diputados --de los 120 de la cámara única-- comprometiéndose a apoyar a uno de ellos para el cargo de primer ministro.
"El Estado de Israel atraviesa un período sombrío de su historia" declaró el presidente ante el parlamento, e instó a los disputados a actuar de forma "responsable" para evitar unas terceras elecciones en un año, tras las de abril y septiembre, que no hicieron posible la formación de un gobierno.
Gantz o Netanyahu
Benjamin Netanyahu, el más perenne de los primeros ministros de la historia de Israel, está apoyado por un bloque de derecha y religioso que suma 54 diputados.
Gantz tiene el apoyo de formaciones de centro-izquierda y también de diputados árabes, aunque éstos no integrarían su ejecutivo. Sus apoyos tampoco sumaron los 61 escaños.
Aunque no lograron formar gobierno Netanyahu y Gantz podrían recibir otra vez el encargo de hacerlo, y ello abriría la vía a nuevas negociaciones.
"Netanyahu privilegia sus intereses personales" cuando la "mayoría del pueblo votó por una política diferente a la suya" declaró el miércoles por la noche Benny Gantz, tras fracasar en su intento por formar un ejecutivo.
Gantz acusó a Netanyahu de haber erigido un "muro" para impedirle dirigir el país.
Este jueves, Netanyahu invitó a Gantz a entablar negociaciones directas. "Ven personalmente para negociaciones inmediatas, tú y yo, sin condiciones previas (...) Debemos hacer un último esfuerzo para formar juntos un gobierno de unión".
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El factor Mandelblit
Pero un asunto clave separa a ambos hombres: si llegaran a un acuerdo sobre un gobierno de unión nacional, cada uno desea ser el primero en gobernar en el marco de una rotación.
¿Por qué? Netanyahu, que podría ser inculpado en varios casos, quiere estar en el cargo si es que debe hacer frente a la justicia. Y Gantz, por su lado, rehusa compartir el poder con alguien que puede ser imputado.
Así, todas las miradas están fijadas en el fiscal general, Avichaï Mandelblit, que decidirá si inculpa a Benjamin Netanyahu por "malversación", "abuso de confianza" y "corrupción" en una serie de casos, de los que uno de ellos, el "caso Bezeq", es particularmente delicado.
En este asunto, Netanyahu es sospechoso de haber otorgado favores gubernamentales que pudieron aportar millones de dólares al jefe de la sociedad de telecomunicaciones Bezeq, a cambio de una cobertura mediática favorable por parte de uno de los órganos del grupo, el sitio Walla.
Una imputación podría reducir las posibilidades para Netanyahu de conseguir apoyos de diputados. En cambio, una exoneración podría convencer a los legisladores reticentes a unirse a él en una coalición.